Entre las pasarelas del Mercado Agroganadero de Cañuelas, a veces se pueden percibir las viejas costumbre que se heredaron del Mercado de Liniers. Una de ellas es el dialogo con los consignatarios después de las ventas diarias, cuando la adrenalina de defender el producto del trabajo y crianza de otros a los mejores valores posibles, es sumamente importante.

El Ciudadano charló con Juan Santillán, consignatario de hacienda de vasta experiencia en el mercado ganadero. Sin ir más lejos, es el presidente de la Cámara que los nuclea. 

Nacido hace 57 años, se unió a Jorge Lanusse en mayo de 2003 y desde entonces llevan a adelante la firma bautizada con sus apellidos. Antes, también convocado por el propio Lanusse, se incorporó a MALABE (Madero, Lanusse y Beláustegui), casa consignataria que funciona desde 1986, fundada por Pedro y Antonio Lanusse.

También trabajó en Aguirre Vázquez de Rosario.
El tema, claro, tiene que ver con el mercado y sus vaivenes. Especialmente en estos tiempos convulsionados por la política.

-¿Cómo comenzaron las ventas tras las elecciones?
-Como en las PASO, cuando hubo una devaluación y una suba el precio de la hacienda, se esperaba algo por el estilo, sobre todo por parte de los exportadores. Obviamente, eso hizo que el piso de la vaca china suba y por defecto hace que el piso para las otras categorías esté más alto.

-La ganadería también sufrió con la sequía. ¿Cómo actuó el productor?
-Venimos de una situación climática terrible esperando el Niño, y parece que en estos últimos días, coincidente con la semana de las elecciones, vinieron las lluvias. Eso generó que las entradas mermaran al ingreso de la primavera. Entonces, la gente que puede y que no tiene obligaciones, trata de retener y eso redunda en menor entrada. Y ante menor oferta, mejores precios.

-¿Es posible que están ante las puertas de una recuperación?
-Con esta tendencia actual de los valores, si lo analizás, probablemente estemos en una recuperación y a lo mejor una leve suba con respecto al año pasado. Además de la inflación, que siempre algo de suba arroja. Así y todo, el productor no especula, el productor retiene.

-Ante estos precios actuales, ¿cómo reaccionará el consumo interno con un futuro aumento de precios en carnicerías y supermercados?
-Es una incertidumbre porque reacciona ante cualquier cosa. Cuando va a la carnicería, al almacén o a la pizzería; cuando tiene que pagar los servicios o el gasoil en el interior más profundo donde no se consigue o se pagan precios desorbitantes. Por suerte, la cultura del argentino es mucho consumo de carne, se trata de su alimentación casi principal. Y si lo comparás con otros productos, tiene una relación lógica.

-Antes del aumento, ¿la carne estaba en un precio justo?
-Te diría que estaba barata hace un tiempo, y hoy tiene una relación más o menos lógica. Los carniceros tienen margen porque han subido los precios después de la devaluación y cuando hubo menos demanda, no se estabilizaron. En estos momentos que se reacomodó y subió un poco, tienen margen para no subir tanto al precio de la carne.

-Se habla de una retención del productor más que de especulación, ¿ese es el factor por el que se va menos hacienda en el MAG?
-No es por cuestiones de especulación financiera, si no por tratar de hacer una diferencia porque probablemente el productor no tiene que hacer ninguna inversión en este momento. Sin embargo, va a tener que hacerla porque ya tienen que pagar los dueños del campo mixto y alguna siembra, algún trabajo de fumigación. Entonces, van a tener que vender.

-¿Qué pasa con el productor lotero?
-También está muy complicado por lo que vale el maíz. Algunos decían que no conseguían o  había que pagarlo a precios exorbitantes.  Entonces, ese productor no puede retener mucho, tiene que vender con una terminación justa, porque cada kilo le sale más de lo que vale el kilo vivo.