Eliminar las PASO y reasignar recursos es una gran medida
El Gobierno Nacional enseña sus números y, le guste a quien le guste, está cumpliendo con la meta que se fijó cuando asumió Javier Milei, hace casi un año. La inflación está a la baja, el superávit fiscal es una realidad y empieza a haber un repunte en el consumo, justo antes de las Fiestas.
El método puede resultar cruel para muchos producto del ajuste, pero la mayor parte de la sociedad –al menos desde las encuestas– parece acompañar en esta primera etapa.
La motosierra, ahora mismo, tiene que atravesar a las PASO. Y el proyecto que se envió al Congreso tiene un justificativo. Mientras se discute el miserable monto de las jubilaciones mínimas y los bolsillos aprietan como nunca, ¿es necesario gastar 45 mil millones de pesos en una interna partidaria?
La cifra surge de la boca de Manuel Adorni, el vocero oficial. Ese número –45.445 millones, exactamente– le costó a los contribuyentes ir a votar en agosto de 2023, cuando se llevaron adelante las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, que fueron creadas en 2009. Hoy, el monto rondaría los 160 millones, nada menos.
La realidad es que se tratan de encuestas demasiado caras y genera incomodidad en la gente, que tiene que ir a votar más de una vez. Y aunque suele interpelar a los oficialismos, también pueden generar movimientos desestabilizadores. Sobre todo, si las cosas no andan bien.
No debería ser el caso porque Milei tiene el dólar bajo control, aunque todavía hay una cierta incertidumbre sobre el efecto que generará la salida del cepo, que todos intuyen será entre febrero y marzo, a más tardar.
Ahora bien, si a la supresión de las PASO se le suma el recorte que habrá a la financiación de los partidos políticos –muchos de ellos, insignificantes–, habría un horro de otros 100 millones de pesos. Una fortuna, a fin de cuentas, que podría reasignarse a otras áreas sensibles. Por ejemplo, la educación, que tantos reclamos genera en los argentinos.