El primer animal se faeneó el 21 de marzo de 1900; 92 años después, fue privatizado y desde entonces funcionó en Mataderos, donde el viernes sonó la última campanada. Toda la estructura, desde el lunes, será trasladada a estas tierras. Y bienvenida, claro. A fin de cuentas, ese pedazo de historia que despegó de la Ciudad de Buenos Aires con la excusa del “impacto ambiental” del que hablan sus legisladores, hoy será un beneficio para nuestro distrito en un predio gigante que le dará trabajo a miles de personas.
Su construcción demandó 20 millones de dólares y está en la vanguardia. “Desde Cañuelas a la mesa de los argentinos y al mundo”. Ese podría ser el eslogan de quienes semana a semana se encargan de vender la hacienda.
Una frase propia del marketing, está claro. Lo que ahora se necesita desde la Rosada es una política que permita que los habitantes de nuestro país puedan nutrirse de un alimento necesario por su alto valor en proteínas, hierro, vitamina B, minerales, zinc, selenio y fósforo. No sólo se trata de comer el asado, tan arraigado a nuestras costumbres.
Con un 8% de suba en el mes de abril y partiendo desde los 1.000 pesos el kilo de cualquier corte, no resulta accesible para todos. El salto inter-anual es del 67,9%, casi 10 puntos por encima de la inflación. Alguien se debe hacer cargo. Sobre todo, el que prometió encender la parrilla.