Está muy bien el homenaje a las víctimas de la guerra que se libró en los ‘70 entre los grupos terroristas y los militares. Pero al día siguiente, habrá que mirar hacia adelante. Y en ese horizonte no se ve un panorama alentador porque son tiempos difíciles en la Argentina. Con un común denominador en las charlas urbanas: la economía.
El Gobierno deberá hacerse cargo del alarmante estado en el que se encuentra nuestro país. También, la oposición que acompañó el Presupuesto. Las páginas de El Ciudadano Campo, que acompañan la habitual edición semanal de El Ciudadano, no dejan mentir: no sólo subió alrededor del 30% la carne en el transcurso de 2023; además, estamos ante la peor cosecha de soja de los últimos 20 años.
Los números son dramáticos y las recetas del ministro Sergio Massa fracasaron y fracasarán porque nunca funcionaron. Si la meta era bajar la inflación, perdió por goleada. Desde que reemplazó a Martín Guzmán, subió más de 30 puntos. Recibió un dólar oficial a 130 pesos y ya superó los 200. Ni hablar del blue, que será “ilegal” pero es el que consume la gente. Oscila los 400. Y los alimentos, por las nubes.
Ya es demasiado grave manotear la caja de los jubilados para planchar a los dólares finacieros y la sangría de divisas. Obligar a vender bonos en dólares para recibir pesos es como engañar a un niño.
Massa es el pasado. Por suerte aparecen caras nuevas en la política, como Fernando Burlando, que ayer estuvo en Cañuelas, o Milei, furor en las encuestas. También hay que tener memoria a la hora de votar.