Asumieron las nuevas autoridades del Consejo Escolar para el período 2025–2027

Las nuevas autoridades del Consejo Escolar de Cañuelas asumieron este viernes con la particularidad de que todos sus integrantes son un de un mismo sector político. Son todos de Fuerza Patria. 

La transición se había inicado una semana antes con la sesión preparatoria establecida por la Ley 13.688. Allí se definieron las autoridades que conducirán el Consejo durante el período 2025–2027, en un recambio que coincidió con el cierre de tres mandatos y la continuidad de una consejera que renovó su función.

Hasta el 10 de diciembre, el organismo se integraba por representantes de distintas fuerzas, con un esquema plural que combinaba miembros de Unión por la Patria y de la Unión Cívica Radical. Ese diseño había permitido, a lo largo del período anterior, sostener una dinámica de trabajo basada en la articulación entre visiones políticas diversas, apoyada en una alta frecuencia de sesiones ordinarias y extraordinarias motivadas por la demanda administrativa y operativa del sistema educativo local.

En ese funcionamiento cotidiano se consolidó un esquema de trabajo que, pese a las diferencias políticas internas, priorizó la búsqueda de consensos. La representación opositora, ejercida por Andreana Larregui, formó parte de todas las comisiones y contribuyó a una dinámica donde el disenso no obstaculizó la resolución de los problemas escolares. La presencia de visiones contrapuestas impulsó debates internos, pero siempre orientados a la solución de las necesidades de los establecimientos educativos y a la protección del interés superior de los alumnos. Ese mecanismo de diálogo, aún en medio de tensiones propias de cualquier ámbito laboral, fue considerado un elemento valioso de la etapa que culminó.

Con la asunción del nuevo período institucional, la configuración política del Consejo experimentó un giro significativo. Tras el recambio, los seis cargos quedaron en manos de una misma fuerza. La nueva estructura quedó integrada por Guido Peralta como presidente; Alejandra Toloza como vicepresidenta; César Godoy como secretario; Gastón Zampone como tesorero; Florencia Correa como vocal primera; y Marcelo Di Giácomo como vocal segundo. La continuidad de Toloza se dio en el marco de la renovación de su mandato, mientras que concluyeron sus funciones Telma Martínes y Andreana Larregui, quienes no regresarán al cuerpo deliberativo.

Entre el 10 de diciembre del período anterior y el 10 de diciembre del actual, el Consejo registró un total de 93 sesiones, de las cuales 45 se realizaron durante el último año, 46 en el año previo y 2 en los primeros 20 días de actividad luego de la asunción. Además, la agenda incluyó sesiones extraordinarias durante enero, debido a la continuidad de las escuelas abiertas de verano y a las disposiciones necesarias para proveedores que atienden emergencias en edificios educativos.

El proceso administrativo posterior a la sesión preparatoria se completó con la jura protocolar, realizada el viernes 12 por la tarde en la Escuela Estrada, ubicada en Mitre 1250. La ceremonia formalizó la incorporación al nuevo período de las autoridades electas, al tiempo que permitió reconocer la trayectoria de los consejeros salientes. Según la normativa vigente, el cuerpo ya había comenzado a sesionar en los días previos, cumpliendo con los plazos y etapas establecidos para la transición institucional.

La unificación política del Consejo Escolar delineará una dinámica de trabajo diferente respecto de la composición previa. El nuevo período se desarrollará en un contexto de creciente digitalización administrativa impulsada por la Provincia de Buenos Aires, que exige a los organismos educativos registrar de manera virtual demandas, intervenciones, procesos contables y respuestas a los establecimientos. Esta modalidad estandariza la operatoria en los 135 consejos escolares bonaerenses y permite un seguimiento en tiempo real de las problemáticas edilicias, las necesidades de equipamiento y la asignación de recursos.

En Cañuelas, esa digitalización se combina con una agenda de alta intensidad operativa. En los últimos años, el Consejo ha sostenido un esquema de dos actos públicos diarios, sumado al trabajo con proveedores y a la atención de emergencias en escuelas abiertas durante el verano. La administración cotidiana se articula con inspectores, directivos y cooperadoras, al igual que con empresas del distrito que han intervenido en proyectos de infraestructura escolar mediante aportes solidarios.

El nuevo cuerpo asumirá la conducción en un escenario económico exigente, con la necesidad de planificar inversiones, ejecutar recursos y gestionar las demandas de un sistema educativo en expansión. La continuidad de una línea política unificada podría permitir mayor coherencia en la toma de decisiones, aunque también plantea el desafío de preservar los niveles de consenso y articulación institucional que caracterizaron a la etapa anterior.