Eduardo Borri y la crisis de la maquinaria agrícola

El presidente de la Cámara advierte que por la caída de ventas corre riesgo el personal, que tuvo un incremento del 40% en el sector en los últimos cuatro años. Exige reglas claras. : “Si no hacemos algo para proteger a los trabajadores, se puede complicar”, dice.

El Ciudadano Campo 31/05/2023 Martín Millán 
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El Ingeniero Borri apunta a la sequía y dice que se necesita mayor protección a través de la Ley de Fomento.

El Ingeniero Eduardo Borri, presidente de la Cá­mara Argentina Fabricantes de Maquinaria Agrícola, (CAFMA), se refirió a la merma de hasta un 80% que prevén para la venta y los serios problemas que existen para mantener una continuidad en los puestos de trabajo, que habían cre­cido un 40% en el sector en los últimos cuatro años 

En diálogo con El Ciu­dadano, comentó que “la sequía provocó una serie de perjuicios que comenza­ron a sentirse en el segundo semestre del año pasado, cuando la ausencia de las lluvias comenzó a ser una realidad que le dio de lleno a los productos del campo, como el trigo. Por otra par­te, el panorama se preveía complejo también para los granos gruesos”. 

Un aliciente al que apun­ta Borri y que atenuó el cierre del 2022, fue que el primer semestre resultó bueno en términos de ven­tas y permitió a la industria cerrar ese año con récord. 

“Los efectos de la sequía arrancaron para nosotros en el segundo semestre del año pasado y empezamos este 2023 con una muy baja cantidad de ventas. Hay quienes hablan de una caí­da del 50%, otros del 80%. Estamos deseosos de que este año pase lo más rápi­do posible, que la sequía se vaya y que volvamos a tener un 2024 similar a los años anteriores. Hay mucha preocupación en el sector, porque las fábricas han in­vertido y tomado gente”, sostuvo el empresario. 

Foto Página 6 abajoEl sector de metal agro tuvo un superávit de 60 millones de dólares y necesitan incentivos .

Según Borri, “en un pla­zo de tres a cuatro años, la industria de maquinarias agrícolas incrementó su staff de empleados un 40% al pasar de 26.000 pues­tos en 2019 a 40.000 en la actualidad. Esto significa que, si uno aplica matemá­tica pura, ante una caída de un 50% en las ventas, y si esto se prolonga por mucho tiempo, si no hacemos algo para proteger a los trabaja­dores, se puede complicar”. 

-¿Hay alguna señal po­sitiva en este contexto? 

-Argentina cuenta con una ventaja y es que la ma­yoría de nuestras fábricas están localizadas en el inte­rior, donde el tejido social es muy fuerte y hay mucho vínculo con nuestra gen­te. Entonces, desprenderse de un colaborador que nos costó muchísimo conseguir y formarlo para el año que viene volver a incorporarlo cuando afloje la sequía, es una locura. 

-¿Hay ayuda del Esta­do? 

-Ya sea el Banco de la Nación Argentina o el Ban­co Provincia de Buenos Ai­res, brindan apoyo al sector porque son dos fuertes ju­gadores en el financiamien­to del agro. Y en menor medida, las entidades fi­nancieras privadas. Obvia­mente que la banca privada hace un esfuerzo también. Esta semana se firmará un convenio con el BNA para conseguir un financiamien­to específico para el sector, para aquellos que dan prue­ba de que verdaderamente están fabricando aquí en la Argentina. Es muy necesa­rio para subsistir. 

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Ley de Fomento 

En el contexto de los re­clamos históricos del cam­po, el de la industria de las maquinarias agrícolas nacionales} es contar con una diferenciación oficial respecto de las empresas que solamente ensamblan o poseen una integración menor, aun cuando estén radicadas en el país. 

Desde el sector se puja por la aprobación de una Ley de Fomento para la in­dustria local. 

“El peso del sector de maquinaria agrícola local se encuentra muy por enci­ma de las firmas extranje­ras. De los 40.000 puestos de trabajo que se generaron en los últimos cuatro años, el 90% fueron responsabi­lidad de la industria nacio­nal”, dice Borri. 

Asimismo, planteó que “el 50% de las ventas que se generan en el sector son de productos importados, 50% son nacionales, pero el 70% del financiamiento se lo llevan esos productos importados”. 

“Por eso es clave poder defender esta ley como ha tenido la industria automo­triz. Es decir, cuanto más integrás o producís en la Argentina, más beneficios tenés”, enfatizó. 

El presidente de CAF­MA, apuntó, por otro lado, que “la industria local es superavitaria, ya que ex­porta más de lo que noso­tros necesitamos para se­guir fabricando, pero en el caso de las empresas mul­tinacionales instaladas acá es totalmente lo contrario. Es decir, nosotros tuvimos un superávit de alrededor de 60 millones de dólares y ellos un déficit de 400 a 500 millones de dólares en 2022″. 

Ante la falta de clari­dad en muchos aspectos, el dirigente pidió que las reglas sean claras y recla­mó citando el ejemplo de la industria brasileña. “Si uno no integra un determi­nado porcentaje que puede ser del 50%, 60% o 70% a nivel local, no te financian. Entonces, lo que estamos buscando con el BNA, por ejemplo, es algo específico, pero sin el marco de una ley no se puede sostener en el tiempo. Cambian los fun­cionarios, vienen nuevas presiones y esto se termina cayendo. Este proyecto de ley lleva por lo menos más de diez años y damos vuel­tas y vueltas cada vez que tenemos una nueva instan­cia”, se quejó Borri.

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