Atalaya abrió una nueva sucursal en Cañuelas

El megaproyecto que abarca la construcción de la Universidad de Morón y varios espacios gastronómicos empezó a mostrar el trabajo que se viene gestando hace años. Atalaya, la casa de las típicas medialunas, tuvo su presentación formal en la semana y se espera una gran concurrencia para este sábado y domingo. 

Fundado en 1942 en Chascomús, la empresa inició una carrera de captación de franquicias por todo el conurbano, Canning, La Plata y Zárate. Y ahora le tocó el turno a Cañuelas en una zona fundamental, a metros del ingreso principal a la ciudad por la calle Libertad y de paso para los viajantes que se dirigen al sur.  

El ‘Día de los Enamorados’ fue la fecha elegida para cortar la cinta. Desde temprano, los empleados se dispusieron a decorar el salón para recibir a los invitados. Amigos, comerciantes, allegados y periodistas se dieron cita al emprendimiento, el primero en este estilo en Cañuelas. 

Con algo se tenía que diferenciar. El local de Atalaya dio el puntapié inicial entre rondas de café, las clásicas medialunas y, por supuesto, cada grupo de personas contó con su equipo de mate. Las chicas dedicadas a la atención al público lucieron boinas campestres y hubo degustación para todos los presentes. Los alfajores y los conitos, incluidos en la carta, ya están entre los más exquisitos en la región del dulce de leche. 

Pero atención, porque el negocio estará concurrido durante toda la franja del día, ya que la firma sumó varias novedades a sus estantes, como por ejemplo, los sandwichs, tostados, hamburguesas, empanadas y un menú light. En cuanto a bebidas, la oferta también es variada. 

Los encargados que llevaron a cabo el emprendimiento en la ruta 205 son Adrián Dattilo, Jorge Jaime y Patricio Barrere. “Es una gran apuesta para la ciudad de Cañuelas, ya que nos encontramos en una zona estratégica”, le dijo Dattilo a El Ciudadano. Y agregó que “el público va a ser variado y extenso, ya que contaremos con los viajantes, los estudiantes de la universidad y los clientes de la cervecería que se está levantando. Además, del otro lado, se está reconstruyendo una casona que también será destinada para un proyecto comercial”. 

Por otra parte, Jaime agradeció a todos los que hicieron posible la obra: “Todo lo que se ve es fruto del trabajo de todos: socios, arquitectos, empleados y afines. Las chicas han hecho una gran tarea decorando el lugar”. 

El local integra uno de los frentes del edificio donde se emplazará la Universidad de Morón. Claudio Maurizi, uno de los desarrolladores del proyecto, adelantó: “En breve, la universidad emitirá un comunicado sobre la habilitación de las carreras. Sólo nos resta colocar el techo y la parte eléctrica; de la parte interior se encargan ellos”. 

“Los locales, como este de Atalaya, van a aportar y serán una forma de autoabastecimiento para la entidad educativa. Esperamos que estén terminados antes de que abra la universidad. En su mayor parte, son negocios gastronómicos”, anticipó Maurizi.