La misteriosa clínica extraterrestre de Cañuelas

Interés general 21 de febrero de 2023 Por Leandro Barni
En un campo sobre la Ruta 3, con un plato volador en la entrada, Carlos Jerez afirmaba curar el cáncer y otras enfermedades con ciencia alienígena. ¿Mito o realidad? El ufólogo Luis Burgos reconstruyó la historia con El Ciudadano.
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En la entrada de la Planta de Investigaciones Científicas, sobre la Ruta 3, había una réplica de un plato volador.

Desde fines de la década del ‘60 se dedica a estudiar y comentar sobre los ovnis. Es el presidente de la Fundación Argentina de Ovnilogía e integrante del grupo Investigadores de Campo Unidos. Se trata de Luis Burgos, de 67 años. En estos tiempos en los que se difunden videos de todo el mundo con avistamientos de objetos voladores,  el ufólogo platense respondió  el llamado de El Ciudadano.

“Hay miles de objetos dando vueltas en el espacio y esto no nos aporta mucho. La Estación Espacial tiene alrededor unos 15 mil objetos dando vueltas, cualquier cosa llama la atención. Hay desde tornillos. Tenemos que tener cuidado con estas cosas. No olvidemos que son los mejores desinformadores. Nosotros queremos clarificar el tema y saber de nuestro territorio, que es tan extenso y que es difícil investigar. Y es fundamental contar con un testigo”, explica.

Burgos dedicó toda su vida a investigar el fenómeno extraterrestre y siguió un caso muy popular en Cañuelas: la famosa  clínica con tecnología alienígena, que hizo ruido en la década del ‘70 y  todavía da lugar a misteriosas historias.

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La única foto que se conoce de Jerez. Se hacía llamar doctor.

La clínica de ET

 “A mediados de los años ‘60, hace su aparición en nuestro país un viejo encantador de serpientes. O en pocas palabras, un gran estafador: Carlos Eduardo Jerez, quien instaló años más tarde, y a metros del kilómetro 77 de la Ruta 3, una ‘Planta de Investigaciones Científicas Argentina Internación de Neurología’, como rezaba su tarjeta personal, de la cual era su director general, obviamente”, escribe Burgos en su blog bajo el título ‘Ummitas en Argentina’.

Según el investigador nacido en Ensenada, Jerez era un técnico de radio y televisión que había “decorado” junto a su esposa las instalaciones con antenas y una réplica de plato volador en la entrada. Fue fabricado en 1975, con chapas y acrílico azul para las ventanas. En el interior había aparatos con cables, osciloscopios, campanas de aluminio y luces con las cuales decía “curar” a pacientes terminales enfermos de  cáncer. Jerez aseguraba tener “contactos” con seres de ‘Ummo’, quienes le inculcaron los tratamientos a través de rayos gamma y energía cibernética.

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‘Ummo’ es el nombre de un supuesto planeta que orbitaria alrededor de la estrella denominada Wolf 424, situada en la constelación de Virgo. Los habitantes de ese mundo habrían visitado la Tierra en 1950 con el objetivo de contactar a los humanos que, según la leyenda urbana, recibieron elevados conocimientos científicos.

No hay certeza de cuando empezó toda está historieta. Pero surgen en Francia y en España. Y hasta existe un símbolo Ummo, que fue visto y fotografiado en un ovni cerca de Madrid, en 1967. Tiene una suerte de ‘H’, con sus brazos laterales curvos y una barra vertical en el centro. 

“Era un farsante”, califica Burgos, que asegura que el proyecto científico lo había iniciado su abuelo Gaspar Asprella, en Francia, a inicios del siglo XX. Y en esa clínica había una placa metálica con el símbolo de Ummo, igual que la que se veía en la clínica cañuelense, que rezaba: “El Servicio de Inteligencia Hono en memoria de los fundadores de esta planta-1901” y una lista de quince nombres.

“Este embaucador, no solo vociferaba ser heredero de un proyecto científico revolucionario de su pobre abuelito, sino que por sus venas corría sangre extraterrestre, por lo tanto decía ser un ser híbrido. A su vez, se jactaba que todo el personal de la su planta provenía de Ganimedes (N. de R: el satélite natural más grande de Júpiter y el sistema solar)”, destaca el ufólogo.

Con Jerez al mando, había un desfile de unos veinte pacientes diarios. Todos los que pasaban por ahí eran recibidos por médicos que trabajaban en la clínica extraterrestre.

“La sociedad cañuelense era consciente de la situación. Muchos creían, la mayoría dudaba y una minoría decidió tomar el toro por las astas y denunciar al falso médico Alcaraz Luizzi, para lo cual se dirigieron al Círculo Médico de Cañuelas y de Morón. En 1976, la planta fue cerrada por la subsecretaría de Salud bonaerense y Jerez, además de ser detenido, fue puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, en manos de la dictadura de (Jorge Rafael) Videla, pero por los contactos que mantenía con los militares, a los pocos meses recuperó la libertad y su identidad pasó al olvido”, narra Burgos.

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Burgos vino a Cañuelas desde La Plata, producto de su fanatismo por los eventos cósmicos.

Al parecer, Jerez resurgió en su Baradero natal como encargado de una fábrica de papel higiénico llamada Hono (el nombre del presunto servicio de inteligencia del planeta ‘Ummo’) y hasta fue acusado de homicidio y ejercicio ilegal de la medicina, a mediados de los años noventa.

Luego no se supo más nada, no se sabe si está vivo o muerto. En 1972, se hacía un festival primaveral, y un grupo de alumnos de la Escuela Técnica representó una carroza con un plato volador con extraterrestres. Burgos no descarta que Jerez y su clínica hayan influenciado en la elección de ese tema.

Y hace unos años, el ufólogo platense se acercó a nuestra ciudad a rastrear el caso. “Casi nadie recordaba el suceso, excepto algunos vecinos que habían escuchado la versión por boca de otros. Resultaba obvio que ya poco y nada quedaba en pie de la falsa clínica ET. Al final de la jornada, pudimos localizar adentro de La Noria, entre una arboleda, el escenario donde funcionó la conexión ummita en Argentina”, explica.

“Allí, donde hoy se ubica una estación de peaje, nos quedamos observando y reflexionando sobre este sitio, que en otrora estafó a enfermos terminales con la excusa de sanaciones milagrosas vía extraterrestres. En nuestros días, desgraciadamente aquellos conceptos lo mantienen vigentes ‘varios pilluelos mercantilistas’ con el pretexto de mensajes y contactos con los ‘hermanos mayores del cosmos’ y otras yerbas. Pasaron años, décadas y los charlatanes, las sectas y el comercio temático sigue vivo. Todo sea por el signo pesos”.

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