Padre Federico, el exorcista de Cañuelas

Es la única persona autorizada por la diócesis de Gregorio de Laferrere para combatir a los demonios. El cura de la Iglesia de Santa Rosa le abre la puerta a El Ciudadano y cuenta los casos de esta actividad tan antigua como vigente. Y cargada de mitos.

Interés general28/12/2022 Leandro Barni
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El padre Federico es un experto en la realización de exorcismos. Cuenta lo que puede sobre una práctica vigente.

Federico Villalba es el párroco del templo Nuestra Señora de Fátima, ubicado en el kilómetro 45 de la Ruta 3, en Santa Rosa. Y es también el cura autorizado por el obispo de Gregorio de Laferrere para realizar el ritual más misterioso y estremecedor de la liturgia católica. Sobre el tema dio una charla en el templo mayor cañuelense llamada ‘La verdad del exorcista’.

Hace casi una década que Villalba es religioso y fue el obispo anterior, Gabriel Barba, el que lo encaminaría para enfrentar la posesión diabólica y los rituales de exorcismo.

Este cura recién actúa  después de que los médicos y los psiquiatras ya no encuentran respuestas. “Se llega a estas personas de manera extraordinaria, no son casos comunes. El obispo discernió que sea yo, en la diócesis, el encargado para esta tarea. Y es algo que existió desde siempre en la Iglesia. Figura en el Derecho Canónico.

Con la aparición de la psicología y la psquiatría se generó cierta confusión, inclusive dentro de la Iglesia. Entonces, lo que antes era posesión demoníaca se trataban como un trastorno psquiátrico. Pero esto es distinto cuando aparece otra persona, como el demonio, que es otra persona, no humana”, dice el cura, de 41 años, en diálogo con El Ciudadano.

Casa Caeiro
El exorcismo se produce bajo ciertas condiciones ambientales y físicas, con ayuda de hombres para sostener al poseso, mientras el padre trabaja con oraciones, el crucifijo y agua bendita, en un perímetro sagrado. Los exorcismos son mucho menos espectaculares que en la literatura y el cine.

El religioso tiene orden de su obispo de no confraternizar ni entrar en diálogos con estas personas. Y en más de una ocasión los poseídos se mueven con una fuerza impresionante y en ocasiones son doblegados por los auxiliares y atacados con las armas del ritual católico.

En casi una década de sacerdote afirma no recordar con cuántos diablos se cruzó, pero afirma que en la actualidad está detrás de cinco casos.

Se trata de un ritual igual para todos. Es un ritual de la Iglesia, sin la presencia de público.

“Siempre hay algún caso que sorprende más. Estaba en Gonzalez Catán con alguien cuya piel se puso pálida, con las venas marcadas, se le retrajeron las encías, se afilaron los dientes y la boca se le puso negra, como si hubiera bebido un líquido oscura y quedó todo teñido. Fue fuerte desde lo físico. Después, en otros casos hay distintas manifestaciones”, recuerda. Pero a la hora de contar algunos detalles, esquiva y dice que “no puedo decir si era un hombre o una mujer. Se piden muchas reservas para esta actividad”. Tal vez como haciendo alguna excepción cuenta que “un papá, con un caso ya dado de alta, dijo que ‘si no hubiera visto a mi hija así, nunca lo hubiera creído’. Muchos hasta no cruzarse con esta realidad no se la plantean”.

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Cuadro de Goya. San Francisco de Borja realizando un exorcismo.

Debido a estos fenómenos, las personas directamente lo pueden llegar a visitar para consultar o informarse sobre el exorcismo. “También algunos son enviados por otro sacerdote, que es lo ideal, sobre todo cuando llega con un diagnóstico previo. Enseguida no se cree que la persona tiene el demonio, no se le puede generar sugestión. Y es aconsejable que antes se descarten problemas físicos con médicos y especialistas. También hay que agotar la parte psicológica y psiquiátrica. Hay manifestaciones que son claras de la presencia demoníaca y que advierte el sacerdote preparado en exorcismos”, cuenta.

Niños y adultos pueden caer bajo estas posesiones, inclusive los animales.

“Hay diversas formas en el obrar del demonio. El demonio es un ángel, por lo tanto es puro espíritu. Lo que hace es oprimir de una manera tal el alma que la encierra, la ata y toma posesión del cuerpo, que lo empieza a manejar haciendo las veces del alma. Por eso es que aparece otro yo, otra personalidad, con gestos en la cara, en la mirada, en las palabras, inclusive hablando otras lenguas, lanzando escupitajos y con una fuerza sobrenatural. Puede ser alguien muy delgado pero hay que estar conteniendo entre cinco o siete hombres. Todos signos evidentes de una posesión”, explica.

Y en general, hay dos razones por las que el demonio eligió a un ser vivo: “Puede ser porque la persona lo convocó y le abrió las puertas o partir de algún maleficio”. Los infectados con esta dolencia, se curan, y en otros casos, cuando el cuadro es persistente, pueden ser necesarios varios encuentros de exorcismo antes de lograr que el cuerpo sea liberado.

De todo el material audiovisual y literario que hay en torno a este tema, Federico responde que “solo me remito a mis tareas pastorales y exorcistas, pero lo poco que vi está lleno de elementos para cautivar, sin mucha raíz en la realidad”.

Lo concreto es que, en la era de las redes sociales y las pantallas digitales, el exorcismo se sigue practicando de manera discreta en cualquier lugar del mundo. Y Villalba se ha convertido en un referente de esa praxis. Lo llaman y escriben desde otros lugares de nuestra diócesis.

La charla brindada el mes pasado, que fue seguida por algunos curiosos y gente ligada a la Iglesia, no pudo ser registrada a pesar de que una cámara de un teléfono celular había sacado fotos. ¿Incredulidad?

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