La lucha del abogado cañuelense que logró una condena ejemplar para el hombre que casi mata a su hija

Judicial 11 de diciembre de 2021 Por El Ciudadano
Guillermo Arias tomó la defensa de Ximena cuando la Justicia investigaba a Russo Irisarri bajo la carátura de ‘lesiones leves’. El agresor intentó asesinar a la víctima con crueldad. Le terminaron dando 14 años de prisión.
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Guillermo Arias, en su estudio. Fue el abogado de su hija y logró una condena ejemplificadora para el agresor.

Leandro Barni

Las pruebas llevadas a la causa penal fueron fundamentales y, tanto la fiscalía como la querella, solicitaron una pena mucho más grave. Los jueces a cargo del proceso aceptaron la requisitoria por unanimidad. Fue después de una larga lucha judicial.
En consecuencia, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 8 de Lomas de Zamora condenó a 14 años de prisión a Leonel Russo Irisarri, quien fue encontrado culpable del intento de femicidio de Ximena Arias por una brutal agresión. El hecho fue denunciado en octubre de 2018, en Villa Diamante, Lanús.
Detrás de esta sentencia se halla Guillermo Arias, el padre de la víctima. Se trata de un abogado que se mueve entre nuestra ciudad y Lanús. Y quizá este caso haya sido el más importante de su vida. Tuvo que defender a su única hija, ni más ni menos.
“Fue producto de una relación que mantuvo. El hombre ejerció, en principio, violencia psicológica y simbólica, además de celos. La aisló de sus vínculos, hasta pasar a las lesiones físicas”, cuenta el letrado en su visita a la Redacción de El Ciudadano. Según contó Arias, la violencia se desencadenó cuando la chica le anunció a su pareja la decisión de terminar con la tormentosa relación sentimental.
El hombre le pegó trompadas y patadas. Además, intentó someterla sexualmente, denunció la víctima. Y con una estatuilla de un santo le abrió la cabeza. Recibió 18 puntos de de sutura. También, quiso ahorcarla y usó una almohada para atacarla. Ante esa maniobra de asfixia, la mujer simuló su muerte. De este modo, logró que el golpeador se alejara de la escena, dejando un reguero de sangre en la habitación. Para ese entonces, el hombre había tomado una cuchilla de la cocina.
Su padre contó que la víctima -entonces de 31 años-, tenía las lesiones a la vista y “eran siniestras”. Cuando Arias tomó la defensa, comprendió que era indispensable cambiar de carátula a ‘intento de homicidio’. “La fiscal de primer instancia de género de Lanús, la caratuló como ‘lesiones’ y luego recaratuló como ‘lesiones leves’. Me presenté como particular damnificado, llevé medidas cautelares y un montó de escritos y pruebas contra los médicos del hospital, impugné la calificación. Hasta puse un perito, además de testigos de una circunstancia de otro suceso de violencia. La fiscal luego dispuso la calificación de ‘lesiones agravadas’, recusé a la fiscal, fui a Cámara y logré convencer al juez de Garantías. Y ya en el juicio oral pude revertir todo y ser acompañado por la fiscal del juicio. Fue un logro que un padre abogado defienda a su hija víctima, además de decirle un montón de cosas durante los alegatos, pero que los progenitores no pueden porque no son parte como abogado,” resaltó Arias.
Para este doctor en leyes, este tipo de criminales, “son psicópatas. No aceptan una separación, que la mujer les diga ‘no’; entonces van por la violación, como hizo con mi hija. La asfixió y le pegó con un Cristo de yeso”.
Finalmente, Russo Irisarri fue condenado por los ‘intento de homicidio calificado por cometerse contra su pareja y por una mujer en contexto de violencia de género en grado de tentativa’. Todo gracias a un padre que no claudicó.