Condenan al kinesiólogo Matías Blanco a tres años y cuatro meses de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer la profesión

La jueza Claudia Greco consideró acreditados los abusos cometidos contra tres pacientes en Cañuelas. El profesional llegó en libertad y seguirá libre hasta que la sentencia quede firme. Las familias de las víctimas destacaron el acompañamiento de la fiscal María Victoria Huergo y valoraron el fallo como un paso reparador.

Judicial11/11/2025Leandro BarniLeandro Barni
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Matías Adrián Blanco, nacido hace 39 años en La Pampa, fue condenado por 3 casos de abuso sexual.

En una sala pequeña del Tribunal Correccional N° 4 de La Plata, se conoció la sentencia contra el kinesiólogo Matías Adrián Blanco, de 39 años, acusado de haber abusado sexualmente de tres pacientes en su consultorio de la calle Rivadavia al 883, en Cañuelas. La jueza Claudia Elizabeth Greco lo condenó a tres años y cuatro meses de prisión y a la inhabilitación especial perpetua para ejercer la kinesiología, además del pago de costas.

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La jueza Claudia Elizabeth Greco, del Tribunal Correccional N° 4 , consideró acreditada la autoría del kinesiólogo Blanco.

El fallo de 27 páginas no se leyó en audiencia pública. Las partes fueron citadas para la firma y notificación. Blanco evitó así el contacto con la prensa y con los familiares de las víctimas. Salió en silencio, apenas estampó su rúbrica. A diferencia de lo que había solicitado la fiscalía, el tribunal no ordenó su inmediata detención, por lo que el profesional continuará en libertad hasta que la condena quede firme y no se presenten recursos de apelación.

En el pasillo quedaron las familia querellantes, la fiscal María Victoria Huergo y el abogado querellante Mariano Pazo, dialogando y conteniendo a las víctimas tras tres años de proceso judicial. “Hubo templanza, compromiso y confianza en la Justicia. Gracias a ellas este fallo fue posible”, expresó la fiscal, visiblemente satifescha.

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Familiares y allegados aguardaron la notificación del fallo en los pasillos de Tribunales.

Un proceso de silencio y vergüenza

El caso se inició en abril de 2021, cuando la docente S. D., de 51 años, se presentó en la Comisaría de la Mujer de Cañuelas para denunciar que durante una sesión de kinesiología el profesional había abusado de ella. Luego de que la noticia tomara estado público, se sumaron dos nuevas denuncias: la de J. G. M., de 18 años, y la de N. B., de 30, quienes describieron hechos similares.

“Fue muy duro pasar por todo esto —relató la madre de la víctima adolescente—, atravesar la instancia policial, judicial, leer tu historia en los medios, sentir vergüenza frente a familiares y conocidos. Pero hoy sentimos que valió la pena”. En todos los casos, las mujeres habían concurrido al consultorio por dolencias físicas y coincidieron en señalar tocamientos y roces de carácter libidinoso durante las sesiones.

La jueza Greco consideró “debidamente acreditada” la autoría del acusado. En su fallo enumeró los elementos probatorios que sostienen la condena: las declaraciones de las tres víctimas, los informes psicológicos y las pericias oficiales. “El imputado, en su carácter de kinesiólogo, abusó de la confianza depositada por sus pacientes, tocándolas con intención sexual”, escribió en su resolución.

Fundamentos del fallo

La magistrada ponderó como agravantes la condición de profesional de la salud del acusado, la pluralidad de víctimas y la corta edad de una de ellas. También valoró el daño psicológico probado en las tres mujeres, acreditado por informes y testimonios periciales. “Los hechos se produjeron en un ámbito de intimidad y vulnerabilidad. Las víctimas acudieron a recibir un tratamiento médico, no una agresión”, sostuvo la jueza.

Entre los atenuantes, se mencionó la falta de antecedentes penales y el “buen concepto social y profesional” que algunos testigos brindaron sobre el imputado. Sin embargo, Greco concluyó que la gravedad de los hechos y la extensión del daño imponían una sanción efectiva y la inhabilitación perpetua para ejercer la kinesiología.

El tribunal rechazó los planteos de nulidad formulados por la defensa —a cargo del abogado Alejandro Drago—, quien había cuestionado la actuación de la querella particular. “No se advierte motivo que invalide su intervención conforme lo previsto por el Código Procesal Penal”, afirmó Greco.

 “Te cuido, pero te daño”: el alegato fiscal

Durante el juicio oral, la fiscal María Victoria Huergo había pedido cinco años de prisión y la detención inmediata del acusado. En su alegato, definió el comportamiento de Blanco como un “modus operandi” basado en la confianza y la manipulación.

“Cuando uno va a un kinesiólogo, confía. Esa confianza fue usada para someter. Llevó a las víctimas a un estado de indefensión en el que no podían distinguir entre un contacto profesional y uno abusivo”, dijo la fiscal. Y añadió una frase que resonó en la sala: “Aquí se da el caso de ‘te cuido, pero te daño’. Cuando el chacal está adentro, es muy difícil defenderse”.

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La fiscal María Victoria Huergo destacó la valentía y templanza de las víctimas.

Huergo destacó que ninguna de las denunciantes presentaba signos de fabulación y que sus relatos fueron consistentes a lo largo del proceso. “Las marcas emocionales permanecen. El impacto en sus vínculos, su sexualidad, su autoestima, persiste hasta hoy”, remarcó.

El abogado querellante Mariano Pazo, representante de J. G. M., pidió también la pena máxima y la inhabilitación perpetua. Subrayó la multiplicidad de víctimas, la condición de profesional de la salud y la edad de la joven, que tenía 18 años al momento de los hechos. “Mi asistida aún no puede acercarse a un consultorio. Tiene pánico. El daño es irreversible”, afirmó.

Un juicio con voces cruzadas

Durante el debate, Blanco negó todos los cargos. Dijo que “jamás tuvo una actitud libidinosa o de contenido sexual con ninguna paciente”. Para demostrar sus maniobras, incluso se paró detrás de su abogado y simuló los movimientos que realizaba durante las sesiones. “Esto es kinesiología pura”, explicó.

La defensa buscó desvirtuar los relatos señalando que muchas pacientes habían declarado no haber tenido inconvenientes con el acusado. Pero la fiscal Huergo refutó ese argumento: “Los abusadores eligen a sus víctimas. Que haya personas que no sufrieron nada no invalida los abusos acreditados”.

También fue desestimada la versión de que una de las denunciantes habría tenido conflictos familiares que habrían motivado la denuncia. La propia fiscal verificó en el sistema judicial que no existía ninguna causa de ese tipo y advirtió sobre eventuales sanciones por falso testimonio.

Las peritos psicólogas oficiales, María Elina del Rosario Iriart y Vanesa Bermann, coincidieron en que los discursos de las víctimas no mostraban rasgos de invención. “Tenían un recuerdo fotográfico de lo ocurrido, sin contradicciones ni elementos estereotipados”, declararon.

El impacto 

Entre los familiares se mezclaban el alivio y la duda. “Nos quedamos con la tranquilidad de que hubo justicia, pero también con el temor y la duda de que siga atendiendo gente mientras la sentencia no esté firme”, expresó el padre de una de las jóvenes.

La fiscal reconoció ese temor: “Hasta que no quede firme, la ley le permite seguir libre. Pero la condena y la inhabilitación ya están dictadas, y eso es un mensaje muy claro a la sociedad”.

El fallo también fue valorado por organizaciones locales que acompañaron a las víctimas durante el proceso. “Es un paso hacia adelante en un contexto donde muchas mujeres no tienen los recursos simbólicos, materiales ni familiares para sostener una denuncia de este tipo”, señalaron.

Las tres víctimas que se animaron a denunciar fueron apoyadas por sus padres y entornos cercanos. Una de ellas lo hizo luego de leer la nota periodística sobre el primer caso. Otra contó que su madre, al verla angustiada, decidió ponerse al frente. Y la tercera, la más grande, describió su vergüenza por haber vivido algo así en medio de una vida familiar tradicional. “No es fácil contar que te pasó algo así con alguien a quien respetabas como profesional”, dijo.

 Una condena que no cierra la historia

Pese a la condena, Blanco no irá preso por ahora. Solo cumplirá la pena una vez que la sentencia quede firme, lo que ocurrirá tras las instancias de apelación. Tampoco podrá volver a ejercer la kinesiología, aunque la inhabilitación deberá ser notificada formalmente al Colegio de Kinesiólogos de la Provincia de Buenos Aires.

Mientras tanto, las familias esperan que el fallo sirva de antecedente y estímulo para otras posibles víctimas que nunca denunciaron. “Siempre hubo rumores de más casos, pero nadie quiso hablar. Es muy difícil enfrentarse a todo esto. Hoy, al menos, sabemos que no fue en vano”, resumió una de las mujeres al salir del tribunal.

En el pasillo, antes de retirarse, la fiscal Huergo abrazó a los padres de J. G. M. “La Justicia no repara todo, pero al menos reconoce lo que pasó. Y eso también sana”, dijo.

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Leandro Barni
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Finalizaron los alegatos en el juicio oral contra Matías Blanco, imputado por tres hechos con pacientes mujeres. La fiscal pidió cinco años de prisión, inhabilitación profesional perpetua y su inmediata detención. La defensa reclamó la absolución. El viernes se conoce el fallo.

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