Un corte de luz postergó la sentencia del kinesiólogo acusado de abuso sexual

Matías Blanco fue juzgado por tocamientos a tres mujeres entre 2019 y 2021. Ayer, no se pudo redactar el veredicto y la jueza Claudia Grecco tampoco logró realizar la firma electrónica. La fiscal pidió 5 años de prisión. Se define el lunes.

Interés general10/11/2025Leandro BarniLeandro Barni
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El kinesiólogo Matías Blanco, protagonista de los abusos. Sería inhabilitado de por vida por la Justicia.

Un corte de energía eléctrica en el edificio de los tribunales penales de La Plata, y sus inmediaciones, impidió que se conociera la sentencia en el juicio contra el kinesiólogo Matías Blanco. La falla, que sorprendió a empleados, abogados y el público presente, ni siquiera permitió redactar el veredicto ni realizar la firma electrónica de la jueza Claudia Grecco. La lectura fue reprogramada para este lunes.

Con el alegato del defensor Alejandro Drago concluyó el juicio oral contra Blanco, acusado de tres abusos sexuales simples –tocamientos– a pacientes mujeres entre 2019 y 2021. La jueza, titular del Juzgado Correccional N°4, debía dictar su veredicto cuando ocurrió el apagón.

Durante el debate, la fiscal María Victoria Huergo pidió cinco años de prisión, inhabilitación perpetua para ejercer la profesión y la inmediata detención del imputado. Sostuvo que Blanco “aprovechó la confianza derivada del vínculo terapéutico para someter a sus pacientes a situaciones de abuso” y destacó la coherencia de los relatos. Las peritos psicólogas coincidieron en que las denunciantes mostraban signos compatibles con trauma y ansiedad.

El doctor Drago solicitó la absolución de su cliente, que llegó al juicio en libertad. “No hay certeza objetiva de que Blanco haya cometido los hechos denunciados”, dijo. 

Admitió que pudo existir “un roce involuntario no sexualizado”, pero sostuvo que “no se puede condenar a una persona por un único testimonio”. En caso de condena, pidió la pena mínima de seis meses y sin inhabilitación profesional.

Drago alegó, además, que la kinesiología implica contacto físico frecuente, lo que pudo generar malentendidos, y que los hechos eran “materialmente imposibles”. 

Testigos –pacientes, empleados y colegas– aseguraron que los boxes del consultorio no tenían techo, estaban separados por Durlock y con circulación de personas, lo que hacía improbable un abuso sin ser advertido.

La fiscal destacó que las víctimas no se conocían y que no existían vínculos entre ellas, lo que reforzaba la credibilidad de sus relatos. El caso, que tomó estado público en 2021, generó protestas frente al consultorio de Blanco en la calle Rivadavia al 800 y hasta la instalación de una urna para recibir denuncias anónimas.

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