Más de cinco décadas igual con un peligro potencial

Localidades 03 de marzo de 2020 Por El Ciudadano
Semanas atrás se cumplieron diez años del fallecimiento de Sharon, la mujer intentó cruzar un antiguo y precario puente en Máximo Paz Oeste en medio de una de las inundaciones más graves del distrito. Ese cruce peatonal, que hoy se mal utiliza para vehículos, se mantiene igual hace más de medio siglo.
puente 1
Imagen tomada hace una semana: el puente sigue igual.

Diez años atrás Cañuelas sufrió en febrero una de sus peores catástrofes naturales luego de que en media hora cayeran alrededor de 75 milímetros de agua lo que llevó a colapsar los sistemas de desagües pluviales que venían soportando varios días de intensas lluvias. Diferentes canalizaciones y arroyos del partido también se desbordaron por el temporal.
Estos excesos produjeron inundaciones en el centro urbano, en los barrios de Santa Anita, Primero de Mayo, Libertad, San Ignacio y en la localidad de Máximo Paz.
Históricamente la zona oeste de la localidad maximopaceña es una de las más afectadas por las inundaciones y precisamente ese lugar es el epicentro del trágico recuerdo de este artículo.
Resulta que una de las bifurcaciones del Arroyo Cañuelas parte al medio los barrios de la zona oeste y por ello hace muchísimos años alguien construyó un puente para unir los suburbios. El Ciudadano buscó referencias con tradicionales vecinos de Máximo Paz y no se sabe ciertamente quien lo edificó; aunque sí se certificó que ese angosto puente cuenta con una antigüedad mayor a los 50 años y fue el paso de peatones, caballos o carros cuando el campo predominaba sobre la modesta urbanización actual.
En esa jornada fatal Elena ‘Sharon’ Guzmán se dirigía en su caballo desde el barrio Belgrano, su lugar de residencia, hacia el barrio La Torre para visitar a su familia y decidió cruzar por el puente que estaba bajo el agua y cuya visión era nula.
La crónica redactada en este medio decía, “Al llegar al puente de Combate de los Pozos –un cruce angosto y sin barandas– el caballo se resistió a pasar porque el agua estaba medio metro por encima de la calzada, producto de las lluvias del día anterior. Pero Sharon –una chica “corajuda”, habituada a cabalgar desde la infancia– apuró al animal para que avanzara. La sospecha es que a mitad del recorrido pisó el vació y cayó hacia un costado, despidiéndola hacia las aguas caudalosas”. Tras dos días de una intensa búsqueda su cuerpo fue hallado a 150 metros de la autopista Ezeiza–Cañuelas a unos cuatro kilómetros del lugar de la caída.
A una década del accidente este medio se acercó al lugar y constató que ese cruce sigue igual, no cambió nada. Los vecinos comentan que en algún momento se agregaron barandas de protección pero el paso del tiempo, el óxido y las inundaciones posteriores se llevaron las pasajeras ‘obras’.
Lo único que progresó fue la densidad poblacional de la zona y, por ende, la probabilidad de más accidentes. Actualmente Máximo Paz Oeste casi que iguala la cantidad de habitantes del casco histórico de la localidad; por ese puente pasan más familias, más chicos y más vehículos que hace diez años por lo que hay una mayor exposición a una nueva desgracia.
Otro factor que vuelve más peligroso el lugar son sus inmediaciones. La calle de tosca, Combate de Los Pozos, unida por el cruce de hormigón presenta deformaciones en ambas partes del trayecto y, además, en los días de lluvia este relleno se vuelve resbaloso para los transeúntes y automotores que pasan de un lado a otro.
A lo largo de los años distintas agrupaciones políticas y sociales de la zona han buscado acuerdos con organismos provinciales y nacionales –Acumar– pero hasta el momento no se obtuvieron resultados. Por otra parte, las diferentes administraciones municipales tanto radicales como peronistas no llegaron a gestionar alguna solución. Cabe resaltar que la problemática de la explosión poblacional de los barrios de ‘atrás de la vía’, como se denomina localmente, se dio en la última década. ¿Nadie previó este crecimiento desorganizado y sin obras de infraestructura?, mientras tanto el ‘puentecito’ sobrevive a los diferentes colores políticos de turno y los vecinos aguardan respuestas. 

Marcelo Romero