Crimen en San Esteban: “Salieron a matarlo y mi hijo solo quería cantar”

Agustín Quiñones fue asesinado el 7 de diciembre en la entrada de una fiesta clandestina. Su madre pide justicia. La familia de la víctima inició su propio rastrillaje ante la inacción de la Policía. A Lucas Giacomini, principal acusado, lo habrían visto en Isidro Casanova.

Policiales02/02/2025El CiudadanoEl Ciudadano
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Agustín Quiñones quería ser cantante, dijo su madre. Giacomini lo ajustició con un arma y ahora la familia busca al asesino en La Matanza.

Agustín Quiñones, de 18 años, fue asesinado el 7 de diciembre pasado en la entrada de la quinta ‘La Lorita’. Por el caso, solo detuvieron a Lucas Natanael Figliomeni (propietario del arma utilizada en el ataque). Pero el principal acusado, Lucas Giacomini (22), es buscado por los propios familiares y amigos de la víctima en La Matanza. Es más, aseguran que el autor del disparo salió a robar en los últimos fines de semana...

Ante la falta de información por parte de la Policía, los amigos de ‘Taka’, quienes ya cortaron la Ruta 3 pidiendo justicia, viajaron a Isidro Casanova para encontrar al culpable. Así lo hacen todos los días, pegando carteles y hablando con los vecinos. Es más, se comenta que Giacomini anda por la zona y hasta lo vieron en una barbería.

Damián, el tío de Quiñones, explicó lo que pasó durante esa madrugada de diciembre: “Fuimos a una fiesta, porque durante toda la noche pasaba mucha gente invitándonos. Acá, en el barrio, nos conocemos todos, entonces sabíamos de que había una joda muy grande. Pero cuando llegamos, no nos dejaban ingresar. Cobraban 10.000 pesos y estábamos sin plata”.

“Mi sobrino, que era cantante, les pidió si podía pasar y a cambio, entonaba algunas canciones. Pero se negaron y salieron a hablarnos mal. Uno preguntó quién era el cantante y ahí empezó lo peor: le pegaron a Agustín y después arrancaron a tirar tiros. Giacomini le pegó el disparo certero y mi sobrino apenas caminó como pudo, un par de metros”, agregó.

Agustín era el primero en agarrar un micrófono en las reuniones y soñaba con presentarse en los principales escenarios de la zona. En comunicación con El Ciudadano, su madre aseguró que “seguirán buscando al culpable”. Y dio a entender que la Policía bajó la guardia en su tarea.

En medio del corte de ruta por el pedido de justicia, ella, con todo el dolor encima, dijo ante las cámaras: “Salieron a matarlo, no le dieron posibilidad de defenderse, de nada.  Mi hijo solo quería ir a cantar, había un duelo musical con alguien que estaba adentro. Le tiraron a matar y dejaron a una familia destruida”.

Peritos de la Policía Científica, al ser convocados por las autoridades de la Justicia, revisaron la escena y lograron determinar que presentaba un certero impacto de bala en la región del rostro, estimándose que el joven habría sido agredido mediante la utilización de una pistola 9 milímetros, ya que, al requisar el escenario del crimen, fueron incautadas vainas de un arma de dicho calibre.

Una vecina de Cañuelas, que salió a caminar encapuchada por seguridad, comentó: “Todos lo apañan acá, en Casanova. El fin de semana salió a robar, pero nadie lo busca. Voy a todas las comisarías de La Matanza y nadie sabe del hecho, se pasan la pelota entre todos y para colmo, el encargado de seguir el caso en Cañuelas está de vacaciones. Igual, muchas ganas de esclarecer el hecho no tienen, es una vergüenza que pase esto. El muchacho anda por Los Pinos y San Petersburgo”.

Además, la mujer, que apareció en varios medios, agregó: “Estamos con miedo porque esta gente anda armada. Nos dijeron que hay plomo para todos...”.

Hasta el momento, declararon más de veinte testigos, entre ellos la dueña de la quinta ‘La Lorita’, donde sucedió el crimen. La mujer, domiciliada en Villa Luzuriaga, se desentendió de los hechos, justamente por el temor.

Varios grupos organizados de los kilómetros, González Catán y San Justo visualizaron la cara del asesino. “En sus redes sociales dice que no le teme a nada, que ya perdió a su papá y mataron a sus amigos, por eso hace lo que quiere. A él le mataron un amigo chorro por andar robando, a mí me sacaron a mi primo”, comentó otro familiar.

En medio de las investigaciones, se puso sobre la mesa una problemática en toda la zona: el control de las piletas y los terrenos usurpados en las afueras de Cañuelas. “Cuando dicen que La Matanza avanza es cierto. Avanza sobre Cañuelas y trae lo peor: delincuencia, usurpadores y asesinos”.

Cara a cara con el abuelo
Desesperados, los amigos llegaron a la vivienda donde vivía Giacomini antes del crimen. Ahí, apareció Jorge, el abuelo, que decidió salir al cruce: “No lo veo hace más de un mes y no tengo nada que ver con lo que pasó. Acá no vive nadie conmigo; entiendo el dolor de la familia, pero nosotros no sabemos qué es lo que él hace”.

Y sobre el final, fue lapidario: “Yo soy un hombre de trabajo desde toda la vida y ahora estoy jubilado. Si mató a alguien, que pague lo que tenga que pagar”.

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