Eduardo Borri y la crisis de la maquinaria agrícola
El presidente de la Cámara advierte que por la caída de ventas corre riesgo el personal, que tuvo un incremento del 40% en el sector en los últimos cuatro años. Exige reglas claras. : “Si no hacemos algo para proteger a los trabajadores, se puede complicar”, dice.
El Ingeniero Eduardo Borri, presidente de la Cámara Argentina Fabricantes de Maquinaria Agrícola, (CAFMA), se refirió a la merma de hasta un 80% que prevén para la venta y los serios problemas que existen para mantener una continuidad en los puestos de trabajo, que habían crecido un 40% en el sector en los últimos cuatro años
En diálogo con El Ciudadano, comentó que “la sequía provocó una serie de perjuicios que comenzaron a sentirse en el segundo semestre del año pasado, cuando la ausencia de las lluvias comenzó a ser una realidad que le dio de lleno a los productos del campo, como el trigo. Por otra parte, el panorama se preveía complejo también para los granos gruesos”.
Un aliciente al que apunta Borri y que atenuó el cierre del 2022, fue que el primer semestre resultó bueno en términos de ventas y permitió a la industria cerrar ese año con récord.
“Los efectos de la sequía arrancaron para nosotros en el segundo semestre del año pasado y empezamos este 2023 con una muy baja cantidad de ventas. Hay quienes hablan de una caída del 50%, otros del 80%. Estamos deseosos de que este año pase lo más rápido posible, que la sequía se vaya y que volvamos a tener un 2024 similar a los años anteriores. Hay mucha preocupación en el sector, porque las fábricas han invertido y tomado gente”, sostuvo el empresario.
Según Borri, “en un plazo de tres a cuatro años, la industria de maquinarias agrícolas incrementó su staff de empleados un 40% al pasar de 26.000 puestos en 2019 a 40.000 en la actualidad. Esto significa que, si uno aplica matemática pura, ante una caída de un 50% en las ventas, y si esto se prolonga por mucho tiempo, si no hacemos algo para proteger a los trabajadores, se puede complicar”.
-¿Hay alguna señal positiva en este contexto?
-Argentina cuenta con una ventaja y es que la mayoría de nuestras fábricas están localizadas en el interior, donde el tejido social es muy fuerte y hay mucho vínculo con nuestra gente. Entonces, desprenderse de un colaborador que nos costó muchísimo conseguir y formarlo para el año que viene volver a incorporarlo cuando afloje la sequía, es una locura.
-¿Hay ayuda del Estado?
-Ya sea el Banco de la Nación Argentina o el Banco Provincia de Buenos Aires, brindan apoyo al sector porque son dos fuertes jugadores en el financiamiento del agro. Y en menor medida, las entidades financieras privadas. Obviamente que la banca privada hace un esfuerzo también. Esta semana se firmará un convenio con el BNA para conseguir un financiamiento específico para el sector, para aquellos que dan prueba de que verdaderamente están fabricando aquí en la Argentina. Es muy necesario para subsistir.
Ley de Fomento
En el contexto de los reclamos históricos del campo, el de la industria de las maquinarias agrícolas nacionales} es contar con una diferenciación oficial respecto de las empresas que solamente ensamblan o poseen una integración menor, aun cuando estén radicadas en el país.
Desde el sector se puja por la aprobación de una Ley de Fomento para la industria local.
“El peso del sector de maquinaria agrícola local se encuentra muy por encima de las firmas extranjeras. De los 40.000 puestos de trabajo que se generaron en los últimos cuatro años, el 90% fueron responsabilidad de la industria nacional”, dice Borri.
Asimismo, planteó que “el 50% de las ventas que se generan en el sector son de productos importados, 50% son nacionales, pero el 70% del financiamiento se lo llevan esos productos importados”.
“Por eso es clave poder defender esta ley como ha tenido la industria automotriz. Es decir, cuanto más integrás o producís en la Argentina, más beneficios tenés”, enfatizó.
El presidente de CAFMA, apuntó, por otro lado, que “la industria local es superavitaria, ya que exporta más de lo que nosotros necesitamos para seguir fabricando, pero en el caso de las empresas multinacionales instaladas acá es totalmente lo contrario. Es decir, nosotros tuvimos un superávit de alrededor de 60 millones de dólares y ellos un déficit de 400 a 500 millones de dólares en 2022″.
Ante la falta de claridad en muchos aspectos, el dirigente pidió que las reglas sean claras y reclamó citando el ejemplo de la industria brasileña. “Si uno no integra un determinado porcentaje que puede ser del 50%, 60% o 70% a nivel local, no te financian. Entonces, lo que estamos buscando con el BNA, por ejemplo, es algo específico, pero sin el marco de una ley no se puede sostener en el tiempo. Cambian los funcionarios, vienen nuevas presiones y esto se termina cayendo. Este proyecto de ley lleva por lo menos más de diez años y damos vueltas y vueltas cada vez que tenemos una nueva instancia”, se quejó Borri.
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