El Tribunal Oral en lo Criminal N°5 de La Plata condenó a un hombre y una mujer por prostitución infantil. Además, fueron sentenciados por la tenencia de estupefacientes con fines de comercialización y portación de arma de fuego, delitos ocurridos en un barrio de nuestra ciudad, a fines de 2016.

Se trata de Osvaldo Javier Contreras y Estefanía Sabrina Noemí Marastonis. La mujer recibió 15 años de pena, según el fallo de la Justicia, “por sustracción o retención por la fuerza de intimidación de una menor de 13 con menoscabo de su integridad sexual, en concurso ideal por la explotación económica de la prostitución”. 

El hombre, en tanto, tendrá un castigo de 20 años de cárcel por “tenencia ilegal de arma de fuego de guerra, abuso sexual gravemente ultrajante y acceso carnal, corrupción de menores agravada por violencia y amenazas, sustracción o retención por fuerza de intimidación sexual menor de 13 contra la integridad sexual, además de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización”.

El fiscal fue Martín Chiorazzi. La defensora oficial María Vigorelli representó a Marastonis y el abogado particular, Adrián Norberto Cajal, a Contreras. Los jueces fueron Carmen Palacios Arias, Augusto Medrano y Hernán Javier Decastelli.

Luego de la condena, los defensores presentaron un recurso contra la sentencia que está en Casación, en un juicio que tuvo varias jornadas y postergaciones.

Según la investigación del entonces fiscal Fernando Cartasegna, un reducido grupo de hombres usaba juguetes sexuales para que otros sometieran a las víctimas menores de edad en el barrio Municipal. Durante varios meses, la Policía siguió la pista de un hombre con antecedentes, ahora sospechado de ser un proxeneta de menores.

En octubre de 2016, Drogas Peligrosas, junto al Grupo Halcón, allanó una serie de objetivos vinculados a la venta de estupefacientes. Se encontraron con marihuana y cocaína, un arma de fuego corta y juguetes sexuales.

El caso se abordó con efectivos policiales ajenos a Cañuelas, ya que cada vez que se pretendía avanzar, no había material de interés en la causa, iniciada con la denuncia de una madre de una menor. La mujer indicó que en el fondo de una casa algunas chicas eran sometidas sexualmente a cambio de dinero.

La denunciante afirmó que su hija había sido cooptada por Marastonis, progenitora de una nena de 11 años y amiga de su hija. La finalmente condenada, además de ser consumidora de drogas, fue vinculada con Contreras, un tranza que se dedicaba a la venta de estupefacientes en Cañuelas. La mujer descubrió que su hija, de doce años, tenía la ropa interior sucia y marcas en los pechos después de la invitación de Marastonis, de 26 años, que entregó hasta su propia niña. Las sedaban y abusaban de ellas.