La última audiencia en el juicio a Miguel Ubaldo Reynoso, conocido como el ‘Chacal’ de Cañuelas, comenzó ayer a las 12.50. Y la primera exposición,  a cargo de Helena de la Cruz, dejó claro que la fiscalía quiere que le caiga todo el peso de la ley: solicitó una condena de 50 años  ante el Tribunal Oral Criminal N°4 de La Plata, por haber violado y esclavizado a su hijastra discapacitada.

Con el rostro imperturbable, vestido con camisa de mangas cortas y zapatillas deportivas, Reynoso declinó la posibilidad de brindar sus últimas palabras antes de la sentencia. “No tengo nada para comentar”, dijo. Y luego mostró algunos gestos de cansancio, sosteniéndose la cara con una mano, cuando la fiscal esgrimía jurisprudencia internacional de la Corte Nacional y de otras provincias argentinas.

Antes de conocerse los argumentos de las partes, se aclaró que la ex esposa de Reynoso no había podido ser ubicada para acercarse como testigo al juicio oral. Se trata de Marcela Alejandra Deste, madre la víctima, quien había impulsado denuncias contra su ex pareja. Ni la  Policía, ni Migraciones, ni la Junta Electoral, pudieron dar con ella en las direcciones conocidas.

Para la fiscal se encuentra acreditado que durante febrero de 2005, en un domicilio de la calle Santiago del Estero el 400, Ezeiza, un sujeto, aprovechando la relación preexistente y convivencia, y la imposibilidad de la víctima de consentir su acción, abusó vía vaginal de una nena que entonces tenía 13 años. En un segundo hecho, en diciembre de 2010, en la calle Ceibo al 400, Cañuelas, un hombre, bajo amenazas y aprovechando la imposibilidad de la víctima de consentir libremente, abusó vía vaginal de una víctima de 18 años. Por último, en septiembre de 2016, en el mismo domicilio citado y también aprovechando la situación física y ambiental de la víctima, abusó nuevamente de la chica.

La mujer tiene 30 años  en la actualidad es madre de tres hijos, de 16, 11 y 6 años. Todos ellos producto de las violaciones con el imputado.

La funcionaria se basó en testimonios vertidos por otros dos hijos del imputado (de una relación anterior), por una ex pareja de Reynoso y por profesionales de salud. También se sirvió de la hija mayor de la víctima. Brian Reynoso, medio hermano de la mujer abusada, contó durante el juicio del retraso mental de la joven y dijo también que “es más chica de lo que parece y no sabe cerrar la puerta con llave, ni leer ni escribir, como tampoco reconocer la plata”.

Brian agregó que reconoció que su papá es el acusado y es el padre de los tres nenes, que son sus sobrinos y medio hermanos a la vez. Luego, destacó las autoagresiones que se hacía la víctima y que también desplegaba con otros. Y recordó que siempre encontraba encerrados a su media hermana y los hijos de esta, que tenían miedo y que el padre les ordenaba que no salieran de la casa. También, el testigo habló de puertas cerradas con llave y un candado. Los golpes y amenazas del ‘Chacal’ eran un común denominador en la casa de la calle Ceibo, en el barrio San Esteban. Los desplegaba contra su entonces mujer y los chicos, inclusive con Brian.

Entre otro momento, la fiscal trajo la situación de que la víctima, enterada de la posibilidad de una excarcelación de Reynoso, entró en una crisis de nervios. También dijo lo comentado por una hermana de la víctima, que habló de que “no puede tener una relación de madre con sus hijos porque no puede entender ese vínculo de madre. Ella juega con los nenes como una más y le quita los juguetes”.

La psiquiatra Aldana Piñero, del hospital Marzetti, manifestó que la víctima tenía inconductas, un retraso mental grave, ceguera en un ojo y ve un poco en otro, que no puede consentir libremente relaciones sexuales y tampoco puede reconocer a sus hijos como tales.

Ante los jueces, la fiscal fue muy vehemente al situar que la chica empezó a ser abusada a sus 13 años, cuando llegó a la casa que habitaba Reynoso. Antes no había vivido ninguna situación traumática. Asimismo, destacó la vulnerabilidad de la víctima y de la afectación de sus derechos humanos, “abusada sexualmente a corta edad, por quien ella consideraba a su papá, pero era su padrastro, en su propia casa, dejándola embarazada, habiendo tenido hijos con él”.

La fiscal solicitó en el final de los alegatos que el imputado sea condenado a 50 años de prisión por los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por la situación de convivencia preexistente, en tres hechos, y desistió de la acusación de privación ilegal de la libertad.

La abogada del ‘Chacal’, la defensora oficial María Vigorelli, alegó que hay una prescripción de la acción porque transcurrieron más de 12 años de ocurrido del primer hecho que se le acusa a Reynoso. También dijo que el tiempo de indagatoria a Reynoso, alteró el plazo máximo de prescripción de la acción, máxime cuando se trata de delitos contra la acción penal y con menores como víctimas. Y respecto a los otros hechos, admitió que no pudo refutar las pruebas y calidad científicas con respecto a la paternidad de los chicos de Reynoso.

Además, no cuestionó la discapacidad de la víctima y su falta de consentimiento para un acto sexual. Tampoco lo hizo con los otros dos hechos restantes. Solo rechazó la petición de pena de la fiscal, ya entendió que era excesiva y solicitó una pena cercana al mínimo legal, además destacó que su defendido no tiene antecedentes penales y tenía buen concepto en su comunidad.

El jueves 20 abril, al mediodía, se dará a conocer la sentencia de este hecho atroz.