En rigor de verdad, Andrés Mendizábal es cuarta generación de quienes llevan el apellido, pero tercera desde que se dio inicio a la actividad consignataria. Cuenta con una amplia historia familiar y de experiencia en el sector ganadero y hoy lo encuentra con la responsabilidad máxima de la presidencia del Mercado Agro Ganadero, donde junto a un grupo de colegas que ya operaban en el antiguo Mercado de Liniers, logró algo que por muchos años sonaba siempre imposible: el traslado definitivo a la ciudad de Cañuelas, donde hoy tienen su epicentro de trabajo y continúan siendo formadores de precios en la ganadería Argentina.

-Faltan pocos meses para que se cumpla un año de la puesta en funcionamiento en forma completa del MAG, ¿qué te dice? 
-Con 7 meses de vida en el MAG, tuvimos que aprender cómo manejarnos en un mercado totalmente nuevo, tanto nosotros como los trabajadores del mercado. También, a ser mejores usuarios. Con el correr del tiempo nos fuimos capacitando en ese sentido y pudimos hacerlo funcionar de la mejor manera. Hoy todo está alcanzando un funcionamiento óptimo  en cuanto a lo operativo, tratando siempre de que sea lo más eficientemente posible.

-¿Qué lugar ocupan en la ganadería?
-Tenemos un papel trascendental en la referencia de precios de la ganadería argentina, con muy buenas entradas de animales que rondan las 9 mil a 10 mil cabezas y eso hace que marquemos el rumbo de las cotizaciones. Tal es así que se vio reflejado este último tiempo en el reordenamiento de precios y la actualización de valores, que estaba muy atrasada en un mercado que refleja día a día las cotizaciones en las que pujan casi 400 compradores que asisten a las ventas.

Mendizábal también aseguró en la charla con El Ciudadano: “Sin un mercado de referencia y concentrador, sería muy difícil lograr este ordenamiento de precios. De otra manera, se hubiera dado muy despacio en el tiempo. Al mantenerse esta fuente, que es importante para todo el sector, se logró un rápido aumento”.

-¿Cómo va a ser 2023?
-Estamos a la puerta de un año difícil y complicado. Vamos a tener índices de preñeces muy bajos y destetes con algunos puntos porcentuales por debajo de lo normal, con menores kilos y menor producción. Por la seca, por ejemplo, se destetó en diciembre cuando no es habitual. De acá a dos meses vamos a estar un poco más complicados con la producción ganadera, pero vamos a tener que afrontarlo, nosotros y el productor, que tiene que salir a reponer por falta de vacas preñadas como así también, tiene que recomponer sus rodeos. Vamos a ver también cómo se dan los valores de los vientres, que es una de las categorías más atrasadas, igual que la hacienda gorda y la invernada.

-¿Qué expectativas tiene el MAG?
-Esto fue un desafío muy grande, mudarnos de Liniers a Cañuelas, terminar con un lugar de más de 120 años de historia para pasar a un lugar nuevo donde un viernes nos fuimos de allá y el lunes siguiente ya estábamos acá. Es un hecho histórico que estar en el día a día de este trabajo. Tal vez no podemos tomar real dimensión de lo que se generó, pero estamos muy conformes de seguir siendo referentes de valores y seguir aportando a toda la ganadería del país, es a lo que siempre apuntamos y es un logro muy importante para seguir creciendo.

-¿Cómo se movieron con las fuentes de trabajo?
-Era también un desafío muy grande poder contener a toda la masa de trabajadores que ya estaba en actividad en Liniers, casi el 90 por ciento de ellos están en Cañuelas, y a eso hay que sumarle los nuevos puestos de trabajo que se han generado en la zona y alrededores, ya que el mercado tiene un efecto multiplicador.

-¿Cómo es eso?
-Es que en la economía regional también contribuimos. Todos los días entran más de 300 camiones que utilizan lavaderos, estaciones de servicio, comedores, el personal que trabaja y todo lo relacionado a la actividad se ha magnificado de manera importante.

-¿Qué se siente ser presidente del MAG?
-Soy la tercera generación de Mendizábal en la actividad consignataria y, casualmente, la vida me puso en este lugar, como le tocó a mi abuelo llevar adelante un proyecto de traslado del mercado en los ‘60 y luego, en 2000/2001, mi papá estuvo trabajando en el traslado nuevamente del mercado, pero que por circunstancias del país quedó trunca.

Mendizábal (h) representa la cuarta generación de una saga iniciada por aquel férreo inmigrante vizcaíno, dedicada hace cincuenta años a desarrollar la consignataria de hacienda de su mismo nombre. El pionero (primer Mendizábal), nacido en San Salvador del Valle el 1° de diciembre de 1887, llegó a la Argentina en el siglo XX. Andrés II fue el fundador de “A.J. MENDIZABAL & CÍA”, hijo mayor de aquel español que arribó al puerto de Buenos Aires cargado de ilusiones. Nació en Bolívar el 26 de marzo de 1913.

Andrés Mendizábal III continuó con el legado y al finalizar el siglo, el diario La Nación lo definió como “Hombre de campo por donde se lo mire, tanto en la condición de productor como de esa prolongación de la actividad ganadera que es la de consignatario”.

Andrés IV cuenta su historia en El Ciudadano. Habla del esfuerzo heredado que le valió a la empresa familiar un lugar destacado en el sector agropecuario argentino. Joven exponente en una actividad centenaria y graduado en Administración de Empresas, aporta sus conocimientos universitarios y sus ideas innovadoras para posicionar la gesta de su abuelo a la par de los desafíos del nuevo milenio.