Falleció Roberto Ponce, el creador de una tradición familiar en Cañuelas. Pasó toda su vida dedicado a elaborar productos artesanales de gran calidad con la firma Chacinados Ponce. El año pasado organizó una gran fiesta familiar por los 80 años de su esposa, donde también estuvieron amigos y vecinos. 

La gran figura de la empresa familiar, que deja una marca registrada para Cañuelas, falleció este domingo 7 de enero de un paro cardíaco, en su campo del Camino del 72. Sus restos son velados hasta las 22, en Casa Rodríguez, Rivadavia 134. "Don Roberto se acostó y siguió durmiendo. Nunca se despertó", contó un familiar totalmente consternado, porque "más allá de la edad, gozaba de buena salud".

El Gobierno Municipal de Cañuelas emitió un rápido comunicado donde lamenta "el fallecimiento del reconocido vecino Don Roberto Ponce, artífice de la producción local y fundador de la fábrica de chacinados Ponce, un verdadero ícono cañuelense". 

La intendenta Marisa Fassi decretó un Duelo Comunitario en su homenaje por 48 horas, expresando su "sentido pésame" a sus familiares y amigos.

"Don Roberto Ponce tenía 83 años, y desde temprana edad vivió en la zona rural entre Cañuelas y Gobernador Udaondo. Trabajador rural, se incorporó al tambo familiar y realizó diversas actividades en el campo hasta que en 1973 comenzó a fabricar embutidos siguiendo la receta de su padre. Chacinados Ponce creció en producción y volumen, pero sin abandonar nunca el criterio de producción artesanal por el que es reconocido en toda la Provincia. Desde hace más de 20 años cuenta además con un local propio de venta al público, y la empresa continúa creciendo en manos de su familia. Don Roberto ha sido un ejemplo de esfuerzo, generando trabajo y apostando por la producción y el crecimiento de Cañuelas.", expresa la misiva emitida por la Municipalidad de Cañuelas. 

Había nacido en General Las Heras, el 13 de septiembre de 1940. Y a los 2 años se instaló con su familia en una zona rural entre Gobernador Udaondo y Cañuelas.

Se casó a los 26 años con Azucena Irma Sevani, una maestra que también trabajó en su tambo familiar. El que se transformaría en mentor de los chacinados famosos, antes supo hacer tareas rurales, como alambrador, cosechador de maíz y con el manejo de tractor.

Recién en la década de los ´70, Ponce se dedicó a la venta de lechones. Y de manera inesperada se introdujo en la industria alimentaria. El hecho fortuito fue que cuando Ponce estaba cargando maíz, pasó una chancha de un vecino -de apellido Garmendia- y a Don Roberto le gustó. "Se la vendo; haga chorizo y véndalos", le respondió el amigo. Con una receta de su padre empezó a sacar los embutidos. Subió unos 60 kilos de chorizo en una camioneta y se largó a vender en nuestra ciudad.

La venta fue inmediata. A partir de allí no paró y se tradujo en una empresa familiar, hoy continuada por sus hijos: Germán, Javier y Silvina. En 2003 inauguró el primer local de venta al público, en Lara y 9 de Julio, aunque la empresa cuenta con distribución en toda la provincia de Buenos Aires.

Marcelo Ponce, presidente de Cañuelas FC y sobrino de Don Roberto, también expresó su dolor en un breve contacto con El Ciudadano: "Estamos muy tristes por la inesperada noticia".