La descripción es escalofriante. Todo comenzó en el medio de una cena en la casa de la abuela, en el barrio Las Chapitas, donde la pequeña de 9 años acudió junto a su familia. De repente, con lágrimas en los ojos, la menor pidió irse de la mesa y el gesto llamó la atención. Ante la consulta de su mamá, siguió el relato del horror.

“Cuando estábamos en la habitación de la abuela, su novio me tocó la pierna y después, la vagina. Es la segunda vez que pasa, pero no le quise contar a la abuela ni a vos porque me daba vergüenza”, fueron las palabras textuales de la chica. Furiosa, la madre quería volver al comedor para increpar al hombre acusado, del que solo trascendió la inicial de su nombre, “S.”. Sin embargo, la nena le pidió por favor que no lo hiciera. Luego de escuchar una y otra vez los detalles, la mujer llamó a su propia mamá para detallarle los hechos lamentables.

La denuncia fue radicada en la Comisaría de la Mujer y de inmediato los profesionales se pusieron a disposición de la víctima y toda la familia.

Por su parte, la abuela se sorprendió ante los hechos, ya que en ningún momento sospechó sobre su pareja y de inmediato echó al hombre de la casa. Convivieron durante seis años y de manera normal, mantenían vínculo con todos los familiares. La madre de la niña, que será sometida a la Cámara Gesell el próximo martes,  fue tajante en las  redes sociales: “Mientras él está contento en libertad, mi hija tiene que pasar por psicólogos y muchas cosas más sin contar el trauma que le deja para toda su vida. Le arruinó la niñez con su mente enferma”.

Y agregó en esa suerte de comunicado que publicó en su muro de Facebook: “Yo sé que la Justicia puede ser lenta, pero vas a pagar. Esto no va a quedar así, vamos a ir hasta las últimas consecuencias. Que la condena social te caiga encima, que no puedas caminar tranquilo. Que tu vida, a partir de hoy, sea un infierno así como convertiste en infierno la vida de mi chiquita de 9 años. No nos importa si tus hijos nos amenazan, no tenemos miedo. No nos van a callar y vas a pagar”.

La realidad es que el imputado está en libertad mientras avanza la causa y cuenta con una restricción de acercamiento hacia la familia de la denunciante. Según algunos testigos, se resguardó en la comisaría para mantener su integridad física. “Nunca estuvo aprehendido, es una vergüenza. Ahora, está en la casa del hijo, como si nada”, agregó un familiar de la niña.

La chiquita, que está siendo acompañada por profesionales y médicos, será evaluada el martes. Luego del análisis, los responsables elevarán más detalles a la causa para determinar el tipo de sentencia para el abuelastro.