De Cañuelas a Amstetten, historia de dos criminales atroces

Policiales 09 de mayo de 2023 Por Leandro Barni
La reciente condena de Miguel Ubaldo Reynoso, el ‘Chacal’ del barrio San Esteban, trajo al recuerdo a Josef Fritzl, el ‘Monstruo’ de Austria. Abusaron, esclavizaron y dejaron embarazadas a sus propias hijas.
Chacal
El ‘Chacal’. Reynoso, custodiado por la Policía, antes de su condena. Le dieron 40 años.

Cañuelas y Amstetten están separadas por 12 mil kilómetros. ¿Qué une a estas dos localidades de Argentina y Austria? Dos criminales atroces, es la respuesta.

Hay un paralelismo entre Miguel Ubaldo Reynoso y Josef Fritzl. El ‘Chacal’ del barrio San Esteban y el ‘Monstruo’ de la ciudad de Baja Austria. 

La diferencia entre el caso cañuelense y el austriaco es que la víctima del agresor argentino era la hija que su pareja, producto del primer matrimonio de la mujer, y la cantidad de niños que nacieron como consecuencia de esas violaciones: fueron tres y en cautiverio.

El europeo tuvo siete hijos/nietos con la víctima Elisabeth Fritzl, su propia primogénita a quien tuvo encerrada 24 años.

Fritzl
El ‘Monstruo’. Fritzl, en 2009, cuando lo sentenciaron a cadena perpetua en Austria.

En ambas situaciones, desarrollaron la violencia física y psicología sobre sus sometidas, a las que tuvieron secuestradas sin que el Estado o los vecinos intervengan. Aunque en el caso del barrio de San Esteban, en la calle El Ceibo, era un silencio a voces que había una menor que terminaba embarazada.

Mientras que Reynoso fue condenado a 40 años de prisión, Fritzl resultó sentenciado a reclusión perpetua e internación psiquiátrica.

Un caso resonante

"Estamos conformes, pero no fue un logro judicial, fue por la repercusión mediática. Si no hubiéramos hecho ruido, esto era un caso más”.

Así lo resumió el abogado penalista Julio Torrada, apoderado de Verónica, hermana de la víctima del ‘Chacal’ de Cañuelas, como lo apodó la prensa producto de sus terribles delitos.

El letrado siguió el juicio oral que terminó con la contundente condena contra el abusador.

Tal cual fue publicado por El Ciudadano, Reynoso abusó en reiteradas oportunidades de su hijastra. A raíz de esa violencia sexual, tuvo tres hijos con la joven. El condenado aprovechaba la soledad de su hogar para someterla. Cuando su pareja se iba de la casa, apagaba las luces y encerraba en una habitación a la víctima,  entonces menor de edad con el agravante de su discapacidad mental. El primer ataque se lo hizo cuando ella tenía 13 años.

El mes pasado, el delincuente fue sentenciado a 40 años de prisión por tres casos de ‘abuso sexual agravado contra una menor, que no estaba en condiciones de consentir libremente la acción, por la situación de convivencia’. Más de 70 páginas tiene el resolutorio de la condena al ‘Chacal de Cañuelas’ que le aplicó el Tribunal Oral Criminal N°4 de La Plata.

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Una persona que nunca pudo ubicarse por la Justicia, y que tenía para aportar información, es la ex pareja de Reynoso. Aparentemente llevaba una vida displicente, se ausentaba del hogar, además de algunos consumos de sustancias. La mujer había presentado las primeras denuncias, pero luego no se interesó en sostenerlas.

En tanto, la hermana más grande de la abusada, Verónica, se hizo cargo de ella y de los tres hijos. “Esa mujer demuestra una excelente condición humana y se hizo cargo de la responsabilidad de la propia hermana y la de sus sobrinos. Lo cual hizo que la chica mejore su comportamiento y se desarrolle mejor en su vida”, destacó el juez Emir Alfredo Caputo Tártara, integrante del TOC 4.

Además, dijo que no hubo prescripción en uno de los tres casos por el que fue juzgado, porque “el Estado no estuvo acorde a las circunstancias en un caso como este y a la persona se le velaron todos sus derechos, para lo cual hay varias fallos y convenciones, que señalan que la persona debe estar a debida cobertura legal y estatal. Esta chica no lo estuvo en absoluto, por eso me opongo a la prescripción que plantea la defensa del acusado y que se lo condene”.

El magistrado además expresó que “no podemos suponer que en lapso tan extenso como manifestaron los hermanos convivientes y algunos otros, había una continuidad sistémica. Nació una nena, luego un varón y después otra nena”.

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