La historia desconocida de John Miller

El Ciudadano Campo 07 de mayo de 2023 Por Martín Millán
Heredera del escocés que introdujo la raza Shorthorn que le dio vida al toro Tarquino en nuestro país, María Alejandra charló con El Ciudadano. La historia del estanciero británico que impulsó la ganadería desde Cañuelas a todo el mundo.
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John Miller. Una de las pocas imágenes que se conoce del escocés nacido en 1788.

Argentina y su historia siempre estuvieron plagadas de emprendedores y visionarios. Personas que, en todo momento, observaron en estas tierras, ya sea viniendo de otros países o habitando desde su nacimiento aquí, un crisol de oportunidades. Desde las primeras expediciones bajaban con animales que no eran propios de estos lugares, pero lograban una fácil adaptabilidad y desarrollo en el medio de praderas vírgenes para su reproducción.

Entre estos eventos históricos se dio el crecimiento de la ganadería en nuestro país, con incontables dificultades, pero con un objetivo claro “mejorar”, que hoy se traduce en una producción cárnica reconocida en el mundo por su calidad y su alta condición de rendimiento.

En este proceso, John Miller, el escocés introductor de Tarquino, el toro de la raza Shorthorn, se lleva el mérito de ser “el padre de la ganadería moderna”. En definitiva, tuvo mucho que ver con la visión típica de los comerciantes de esa época.

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¿Quién fue John Miller? El Ciudadano habló con una de sus descendientes directas en sexta generación, María Alejandra Miller de Petersen, de 67 años. Con mucho conocimiento del árbol genealógico sobre su familia, revela detalles hasta ahora desconocidos de aquel escocés, comerciante y visionario de la ganadería.

–¿John Miller fue un visionario o un hombre arriesgado que realmente no sabía que iba a estar en las páginas grandes de los libros de historia de la ganadería argentina?
–Tengo entendido que este antepasado nuestro era un gran visionario y emprendedor, era un comerciante exitoso allá en Escocia. Por lo que dicen, de una distinguida familia y al venir acá y ver la rusticidad de las vacas criollas que habían venido con la fundación de Buenos Aires, decidió traer el toro para mejorar la raza en carne. Así que considero que fue un visionario y a la vez arriesgado por el desafío en el cual se emprendía.

–Sos descendiente directa, ¿seguís en el ambiente ganadero? ¿Cuántas generaciones recorren este camino?
–Soy descendiente directa, por los años que calculo, sería sexta generación. Nosotros somos cuatro hermanas mujeres, mi padre siempre decía que después de tantos años de su lado se perdía el apellido porque éramos mujeres, así que él estaba muy orgulloso de ser descendiente de John Miller por lo que había logrado. La Caledonia en Cañuelas y otros campos dejaron de estar en la familia. Por mi parte, sigo vinculada al ambiente ganadero, pero en los campos de mi padre nunca no participé porque los vendieron antes en este momento.

Por parte de mi madre, que nació en 25 de Mayo, continúo en el negocio, aunque ellos son criadores de Angus, no de Shorton. Ahora también vivo en el campo por la familia de mi marido. Y estamos ligados a la ganadería y a la agricultura, pero en otra zona, en el sur de Córdoba.

Pag 5 va estaMaría Alejandra es una de las descendientes del estanciero. Actualmente, vive en Córdoba.

–¿Cómo se te ocurre que fueron esos primeros pasos con un toro que abrió las puertas a la ganadería moderna?
–Pienso que esos primeros pasos, no debe haber sido fácil por toda la época, pero también era un comerciante exitoso, así que se ve que tenía, no solo era emprendedor, sino que tenía los medios como para lograr su cometido. Y así fue.

–Ya pasaron 200 años de la llegada de Miller, ¿cómo está hoy la familia?
–Somos Luis Alberto, Ana Inés, Ricardo y Alicia. Ricardo falleció y Luis, que tiene un hijo varón, y es en realidad el único que lleva el apellido, porque todas las demás somos mujeres, María Cristina, Patricia Elena, María Isabel y yo.

Como corolario de una intensa vida dedicada al campo, Miller también supo entrar en otra de las hojas de los libros de historia, como criador de caballos. A través de lo escrito en el Libro “Hipotecnia” resalta que “a fines del año 1825, un grupo de residentes británicos fundaron el Buenos Aires Racing Club (asociación para cultivar el deporte), entre ellos John Miller, quien además de ser el introductor del primer toro Shorthorn a la Argentina, también es poseedor de varios mestizos descendientes de caballos de carrera introducidos en las invasiones inglesas. Tuvo uno más famoso, el parejero ‘Gustavus’, por largo tiempo invicto y que corrió su última carrera el 6 de noviembre de 1826 en la Playa de Barracas”.

Los Miller tienen una amplia gama familiar que recorre la ganadería desde sus albores hasta hoy. Con destacado reconocimiento, siempre se nombra a quien tuvo la posibilidad en sus manos de traer un procreador que dejo su estirpe bien parada en el ámbito de la crianza de ganado vacuno del país. Destacó John Miller por sus dotes de visionario y de comerciante prospero, y una hidalguía familiar escocesa. Supo proponer cambios en la ganadería e inicio los primeros pasos de una raza que hoy destaca entre su adaptación a diferentes terrenos y a su calidad cárnica. Nacido en el 22 de marzo de 1788 en Elgin, Moray, murió en 1843 en La Caledonia.

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