Los efectos de la sequía darán el peor rendimiento mínimo de soja que se tenga presente en sus propios registros. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires, que había calculado en 29 millones de toneladas su previsión de recolección, ahora dice que bajó a 25 millones. 

La estimación es de una caída del 44,4% con respecto a la producción promedio de las últimas cinco campañas y ubica el rendimiento medio nacional por debajo del registrado durante el ciclo 2008/09, que fue de 19,2 quintales por hectárea. Para la presente campaña se esperan rindes de 18,5 quintales por hectárea.

Debido a los pronósticos anunciados por la entidad bursátil, la sequía implica una caída interanual del 35% de la producción nacional de trigo, cebada, maíz, sorgo y girasol, además de soja. Se estimó un volumen global de 84 millones contra 134 millones de toneladas de la última campaña. Con este escenario productivo, teniendo en cuenta que el sector representa el 65% del ingreso de dólares al país, con la nueva estimación las exportaciones caerían en US$20.811 millones y la recaudación fiscal bajaría en US$7.376 millones.

La BCBA explicó en su informe que “la ausencia de precipitaciones sobre los núcleos sojeros del centro del área agrícola, heladas tempranas durante mediados del mes de febrero y temperaturas medias por encima a los promedios durante etapas críticas para la definición de los rendimientos, reducen a 25 millones de toneladas la estimación de producción de soja”,

De acuerdo a los registros de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca y la Bolsa de Cereales porteña, la campaña 2022/2023 se perfila como la peor desde 2000/01. Aquella que, por ese entonces, había dado 10.927.330 hectáreas sembradas, de las que se cosecharon 27.266.252 de toneladas.

Impacto
La entidad también informó que el dato también pesa sobre los núcleos de soja del sur de Santa Fe y el norte de Buenos Aires, donde hay más de 1,5 millones de hectáreas de soja de primera que se encuentran al finalizar su ciclo productivo con rendimientos esperados por debajo al mínimo de la serie histórica (2000/2001).

En soja, los rendimientos esperados sobre los núcleos productivos del centro del área agrícola continuaron disminuyendo a lo largo de las últimas semanas como consecuencia de las altas temperaturas registradas. 

Las regiones más afectadas se concentran sobre Santa Fe, el norte de Buenos Aires, Entre Ríos y el centro-norte de Córdoba. Santa Fe, el norte de Buenos Aires y Entre Ríos concentran el 41% de la superficie sembrada de soja de segunda.

“Por desgracia, estos planteos no solo que iniciaron su ciclo productivo en perfiles cuyas reservas hídricas ya estaban agotadas por el consumo del cultivo antecesor de fina (trigo), sino que también estuvieron expuestos a condiciones desfavorables para su establecimiento y su posterior crecimiento”, aseguraron desde la Bolsa.

Por otro lado, alertó que hay localidades en los núcleos de soja del centro del área agrícola, como Pergamino, Arrecifes, Rojas, Rosario y Bragado, que tienen una pérdida de área cosechable de hasta un 80% en soja de segunda. Asimismo, advirtió que Entre Ríos es una de las zonas más afectadas por la pérdida de área cosechable. En este contexto, los lotes aún en pie dependen de lluvias en el corto plazo para evitar más pérdidas.

Las últimas lluvias pudieron frenar el deterioro, pero no llegaron a tiempo, por lo que se espera más pérdidas en la cosecha de soja (maíz también), con rindes por debajo de los esperados y no se descartan nuevos recortes. En el caso del girasol, los informes indican que aumenta su productividad a medida que avanza la recolección.

Las precipitaciones de las últimas semanas, llegaron tarde para los cultivos de gruesa, que pudo mejorar la condición hídrica en el área sembrada, pero las estimaciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires continúan asegurando que es una de las peores en los últimos 20 años.

Como muestra, en localidades del núcleo sur como Junín y Baigorrita, se reportaron entre 10 y 15 qq/ha, respectivamente. Para la soja, el agua caída no tendrá un impacto positivo sobre los rindes cosechados.