‘Chola’ Rizzi, la vecina que terminó la primaria de grande y es una destacada escritora local

Interés general 24 de febrero de 2023 Por Leandro Barni
Ysolina Beherens, nacida y criada en Gobernador Udaondo, cumplió 95 años. Hija de tamberos, dice que terminó el colegio “a los ponchazos”. No se animó al secundario. Pero aprendió el arte de la literatura y fue distinguida con varios premios.
thumbnail_chola 1
‘Chola’. Así le dicen a Ysolina. Con un gran ánimo a su casi centenaria edad, tiene una historia de vida espectacular.

“Más que bien”, resume ‘Chola’ Rizzi cuando sus amigos o vecinos le preguntan “¿cómo estás?” al enterarse de que cumplió 95 años el fin de semana pasada. Se trata de la popular escritora infantil, pero también de muchas otras cosas. Tratando de encontrar alguna explicación a ese sentir y el buen ánimo en una edad casi centenaria, desliza que quizás su signo astrológico (Acuario) tenga algo que ver. Mientras tanto, no deja de disfrutar de salidas al teatro, de compartir encuentros con gente afín, haciendo tejidos, escuchando música y preparando dulce de higos, entre otros productos culinarios.

Ysolina Beherens de Rizzi -‘Chola’ para todos- nació en Gobernador Udaondo durante una lluviosa jornada, como le recordó siempre su madre, en 1928 y en medio de la nada. Sus padres eran trabajadores de un tambo que pertenecía a unos vascos. Concurría a la escuela rural N°9 y jugaba con los hijos de los tamberos. Cursó hasta cuarto grado. Luego, terminó la primaria en Cañuelas.

Y reconoce que su formación escolar acabó “a los ponchazos”. Lo explica: “Cuando iba a la escuela del campo por la mañana, nos quedaba bastante lejos, por lo que íbamos por las vías del tren”. En el colegio aprendió a tejer con la maestra Yolanda Perpicaroli, quien tenía su vivienda en el mismo establecimiento educativo. Y es una actividad que mantiene con pasión. Es su costumbre hacer regalos con lana. A esa escuela algunos maestros llegaban en auto. Todo un acontecimiento para la época, sobre todo para una mujer, Alicia Amundarain, quien salía manejando sola desde Cañuelas.

CIDI hizontal

Contradiciendo a su madre que le espetaba que los libros que tomaba de la pequeña biblioteca de su abuela le iban a “hacer mal a la cabeza”, ella no se detenía y hasta alentaba que leyeran sus hermanos. Su interés por la lectura fue precoz. Uno de los títulos preferidos era ‘Flor de Ceibo’ o ‘Pinino’. También le gustaba andar a caballo.

Fue una pasajera frecuente -con su familia- del Tren Provincial para llegar a La Plata. Se tomaba el tren en Gobernador Udaondo. Y cuando venía para Cañuelas, también en tren, menciona que no lo encontraban tan atractivo como la capital bonaerense, donde además le gustaba andar en el tranvía.

Pero terminó su escolaridad de adulta, una vez que se casó y tuvo hijos. En el centro de jubilados ‘Tito’ Garavaglia concluyó su formación. Hubo algunos que intentaron alentarla para seguir en el colegio secundario, pero no se animó.

‘Chola’ es segunda hija de seis descendientes que tuvieron sus padres, que profesaban la religión protestante. En 1945, con 15 años, llegó a instalarse en la ciudad, donde en 1961 se puso de novia con el que sería su marido.

Fueron siete años de novios y sesenta de matrimonio con Alfredo Rizzi, a quien conoció en el Prado Español, durante un baile al aire libre con una orquesta, donde llegó con un hermano más grande que vivía en Temperley.

A pesar de que en ese entonces el muchacho “era un queso de cuarta bailando”, la había impactado su figura y el pelo rubio. Ella era habitué de otros lugares donde se bailaba y siempre lo hacía con alguno de sus familiares.

Se movían en un carro pequeño a caballos. Al momento de salir a bailar había que esperar el código del cabeceo.

También conoció los conventillos porteños cuando tenía 7 años. Tenía una tía y compartió un tiempo conviviendo con ella. La intención de su madre era que la pequeña estudiara en la ciudad de Buenos Aires, pero ella extrañaba a uno de sus hermanos (‘Cholo’) y regresó a Cañuelas.


Ya siendo una abuela, fue que se lanzó a la escritura. De manera autodidacta. Luego, tomó algunos talleres literarios. Y fue acompañada de una nieta cuando le salió escribir su primer poema.De esa manera comenzó y no paró. Esa producción en su casa del barrio Sarmiento se trasladó a los libros, algunos de los cuales fueron declarados de interés cultural por el Concejo Deliberante de Cañuelas y hasta fueron presentados en la Feria del Libro de Palermo.También participó de antología de autores locales y provinciales. Fue galardonada en el ‘Día de la Mujer’, como la mujer del año por su ciudad. Y en 2003 recibió un homenaje con otras mujeres por la Comisión de la Mujer Bonaerense de la Cámara de Diputados bonaerense, por su actividad literaria.

Al año siguiente, el Senado provincial la distinguió como mujer innovadora. Y la Casa de la Provincia de Buenos Aires también la eligió por su aporte a la cultura.

También este semanario, en su 50° aniversario, la buscó para distinguirla con el premio ‘Mariano Moreno’, a la labor, en  2014.

De forma de coplitas son sus poemas infantiles, con el nombre de los niños en los temas, escribe. Pero, además, sigue su vida con la danza folclórica y el canto coral. Hace unas cuatro décadas que integra distintos grupos de ese tipo. Y es un orgullo para Cañuelas.

Te puede interesar