Christian Garibaldi: “Me fascinó la idea de correr en la montaña”

Deportes 29 de abril de 2022 Por LIC. Matías Folgueira
Es el único cañuelense que compite en esa especialidad. Después de dar sus primeros pasos en el Turismo Standard Histórico, el piloto pasó a correr en el exigente circuito cordobés a bordo del Ford Ka. La charla con El Ciudadano.
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A toda velocidad. Garibaldi necesitaba nuevos desafíos, adrenalina. Y los encontró a bordo del auto de Benedetto Competición.

Históricamente, el deporte motor fue sumamente fuerte en Cañuelas con una gran predilección por el automovilismo de pista, ya sea de tierra compacta o asfalto.

En la actualidad, la delegación tuerca es muy grande aunque apenas un piloto le escapa al común denominador.

Tal es el caso de Christian Garibaldi –radicado en nuestra ciudad desde 1995–, quien tras competir varios años en el Turismo Standard Histórico se pasó al mundo del rally.

Desde entonces este piloto, radicado inicialmente en Villa Adriana y desde hace unos años en Vicente Casares, ha competido en forma simultánea en el Rally Cordobés y en el Santafesino siempre sobre Ford Ka, propiedad del reconocido Benedetto Competición.

Pensando en un segundo semestre de competencia, Garibaldi ya sueña con migrar al rally raid para 2023.

–¿Cómo se dieron tus primeros pasos en el automovilismo?
–Fue en 2007 en el Turismo Standart Histórico con un Peugeot 404 con el que corrí cuatro años. Luego participé en algunas fechas con un Fiat 1500. Se corría “regularidad”, pero bajo una modalidad parecida a la del rally, ya que se hacía en rutas abiertas de tierra y con promedios de velocidad bastante altos. Luego se fue complicando hacer carreras de ese estilo y pasé a correr en circuitos.

–¿Por qué te inclinaste inicialmente al mundo de la regularidad?
–En la familia había, justamente un 404 que  iban a tirar a la calle. Yo lo acondicioné y me permitió correr en un ambiente sumamente familiar.

–¿Cuál fue el motivo por el cual dejaste este ambiente para pasar al del rally?
–Tuvo que ver con el agotamiento de una etapa. Le perdí el gusto a ese tipo de carreras y me bajé a pesar de tener un auto a disposición. Me faltaba adrenalina.

–En su momento estuviste cerca de sumarte a una categoría zonal.
–Es cierto. Tuve un acercamiento a la familia Guarnieri, pero no pasó de una charla de café. La idea era subirme al Taunus, pero en realidad ese no es el automovilismo que me gusta. No me tienta la pista, buscaba otro tipo de desafío. 

–Entonces, ¿el rally fue la opción ideal?
–El rally era algo pendiente y se dio producto de la casualidad. Un amigo me invitó a probar en el “Cordobés”. En menos de un mes, me estaba probando la butaca, fue en el 2017.

–¿Habías tenido experiencia previa en rally o te metiste totalmente crudo a correr?
–Nada de nada. Hice una prueba sobre el Ka, pero fui despacio y me pareció que no era más que un paseo por la montaña. La ficha me cayó en el primer prime de mi primer rally (Jesús María) cuando el navegante me gritaba que acelerara y que no “cortara”.

–En el rally, el navegante es fundamental.
–Para las tres primeras carreras contraté un navegante santafesino, alguien con mucha experiencia. Luego, hice un par de carreras con navegantes eventuales hasta que se subió Emilia Paz, hija de un navegante, con quien tuve buena química desde el primer momento y el papel del Benedetto Competición fue importante; hizo mucho para que la dupla funcionara.

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–Teniendo el Rally Bonaerense, el Federal o, incluso, el Mar y Sierras al alcance de la mano, ¿por qué optaste por el cordobés y el santafesino?
–Me fascinó la idea de correr en la montaña y en mi cabeza esa era la única opción. Quería probar si podía correr en ese entorno, en primer lugar, y luego ver si podía estar en los tiempos. Lo del santafesino fue un plan para lograr mayor velocidad final, algo que no se da en el cordobés por cuestiones geográficas, salvo en algunas excepciones. En el santafesino llegamos a los 170 kilómetros por caminos rurales sobre un Ka.

–¿Por qué siempre corriste con el Ford Ka?
–Es un auto muy fiable y rápido por la relación peso-potencia. Además, es un coche que cuadra en categorías como la N2 o la RC5 que son las llamadas “escuela”, o sea, divisionales por las que hay que pasar sí o sí para luego pensar en manejar cualquier otro tipo de vehículo.

–¿Aspirás manejar autos de mayor potencia?
–Creo que nos queda poco tiempo en estas categorías con un Ka. Todos están saltando a los Fiesta Kinetic, autos con más potencia siendo igual de estándar que los Ka. Pero creo que los desafíos van a estar por otro lado, como el rally raid, especialidad que me seduce y mucho. Me gustaría correr el Canav por ejemplo.

–¿Vas a correr este año?
–Por temas personales, no voy a hacer nada en el primer semestre, pero luego pienso correr alguna fecha del Rally Cordobés y, en paralelo, empezar a probar distintas cosas como un quad o un UTV pensando en el Canav o en el SARR (South América Rally Race) de cara al 2023. 
Garibaldi acelera a fondo y sueña con su nuevo desafío en la montaña.

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