Pocos fieles y misas virtuales para evitar contagios
La voz serena del cura párroco Ramón Costilla vuelve a ocupar cada rincón del templo católico de calle Del Carmen 561. En la actualidad los fieles son pocos, pero los presentes reciben la oración como siempre.
Desde que empezó la vuelta a los sitios religiosos en octubre pasado, los presentes se reparten alcohol en gel o agua con alcohol fino, casi como un producto más del ritual del culto.
Los días están calurosos, sofocantes, por ello ahora en verano las misas presenciales se fijaron de martes a sábado, a las 20; y domingo, a las 8 y a las 20. Con su torre en silencio por la rotura del sistema que acciona las campanas y sin el reloj, se cumple con un protocolo; que comprende también a las tareas administrativas y se permiten rezos de hasta 40 personas, con una distancia de, al menos, un metro y medio entre los fieles. Para ingresar al templo, hay que anotarse y reservar lugar. Para ello dispusieron de un WhatsApp o dejar sus datos antes del ingreso. Una medida que a algunos les resulta un poco fastidiosa.
“Hay un movimiento, pero no es la misma cantidad de antes. Estuvimos cerrados varios meses y al abrir con una limitación de no más de 40 personas, para tener distancia, pero arrancamos con ese límite”, dice Costilla, el referente de la comunidad católica local.
El religioso relata que también volvieron con los bautismos y casamientos. “Desde noviembre bautizamos con grupos reducidos y hoy podemos llegar a tener entre cinco y seis, cada sábado”, señala Costilla. Mientras que en la semana la cantidad se reduce un poco. “Hicimos casamientos, pero siempre respetando el protocolo”, aclara. Además retomaron la catequesis.
Mientras se esperan más avances para resolver el problema de la pandemia, desde el mundo espiritual, el sacerdote también afirma: “Los que pueden se acercan a misa, el fin de semana, o entre semana. A los que participan de forma activa les aclaré que el precepto no corre por ahora el domingo, ya que no podemos hacer que vengan todos. Se sacó la obligatoriedad del precepto en este tiempo de pandemia”, señala el hombre tucumano, de 63 años.
Asimismo, dice que las misas se pueden seguir a través de YouTube. El cura tiene un pie metálico para su teléfono celular y se despliega sobre una pila de libros religiosos, frente a su computadora de escritorio que tiene en el despacho de la iglesia, mientras recibe a este cronista. “Tenemos un seguimiento importante. Sin llegar a poder abrir un canal en YouTube porque no tenemos lo que se requiere, estamos arriba de los 600. Antes de la pandemia lo hacíamos vía Facebook y tampoco estamos haciendo una campaña al respecto”.
El párroco indicó además que siguen con misas en el barrio Primero de Mayo, en la futura Capilla San Martín de Porres, el segundo domingo de cada mes, a las 18. Y en Los Aromos, se abre a diario la Capilla, a partir de las 16. Los segundos y cuartos sábados, a las 17, tienen oficio.
Leandro Barni – [email protected]