“Sánchez actuó de forma salvaje e impiadosa, como un monstruo frente a un niño", dijo el abogado de la familia de Alex Campo

Los alegatos del abogado defensor y la fiscalía cuestionaron la lógica del impacto. Pidieron prisión perpetua para el productor rural. La defensa se aferra a una escena de accidente a partir de un robo de terneros. La sentencia se conocerá el 23 de junio.

Policiales10/05/2025 Leandro Barni
emociones
Abrazos y lágrimas. La familia de Alex Campo, el chico que fue asesinado el 24 de mayo de 2020.

El juicio por la trágica muerte de Alex Campo, el adolescente de 15 años del barrio Guzzetti atropellado por una camioneta mientras cazaba con amigos en un campo de la Ruta 205, está llegando a su etapa final. Este viernes se realizó la esperada jornada de alegatos en el Tribunal Oral en lo Criminal N°4 de La Plata. La sentencia se conocerá el lunes 23 de junio a las 10 de la mañana, y se espera que el veredicto resuene.

La sala A del tribunal vivió, una vez más, momentos cargados de tensión y emoción. Lágrimas, gritos y miradas cruzadas acompañaron cada una de las instancias de la audiencia. El ambiente explotó cuando Rodolfo Sánchez, el único imputado por el hecho, se retiraba del recinto con sus dificultades para caminar y asistido por uno de sus hijos. Desde el público, cargado de dolor, se escucharon gritos de “asesino” y una frase que resume la indignación de la familia y allegados de la víctima: “Todo por unos terneros”.

Contra todo pronóstico, el productor rural decidió hacer uso de su derecho a declarar. “Cuando declaré, dije que había sido una tragedia de dos familias. Soy padre. Jamás quise que pasara esto”, dijo entre sollozos. Visiblemente quebrado, continuó: “Lo siento mucho. No hay día que no recuerde lo que le pasó a esta familia. Le podría haber pasado a uno de mis hijos”. Se quitó los anteojos y se secó los ojos.

La audiencia, que comenzó a las 10.30 y concluyó pasadas las 15 con un cuarto intermedio, estuvo atravesada por los contundentes pedidos de las partes. Los abogados querellantes y el fiscal Mariano Sibuet solicitaron prisión perpetua para Sánchez, al considerarlo autor de un homicidio calificado. Sibuet fue tajante al afirmar que hubo intención directa de perseguir y embestir con la camioneta Dodge RAM, de casi tres toneladas, al adolescente. La defensa, en cambio, pidió que se lo condene por homicidio culposo, argumentando que se trató de una desgracia no premeditada.

La reconstrucción de los hechos sostiene que la víctima fue embestida tras una persecución de aproximadamente 150 metros. Sánchez nunca descendió del vehículo ni brindó asistencia, y sus llamados al 911 alertaron más sobre un supuesto robo en un predio rural que sobre la necesidad de una ambulancia. Según el fiscal, el acusado mintió deliberadamente: “No pidió ayuda médica. Habló de delincuentes, no de una tragedia”.

Maximiliano Rusconi, abogado de la querella, fue aún más duro: “Sánchez actuó de forma salvaje e impiadosa, como un monstruo frente a un niño. Le quitó la vida sin obstáculos ni dudas, en plena llanura, sin que nada impidiera su visión”. Además, denunció que durante el proceso se intentó justificar el accionar del acusado con frases como “bien muerto está” o “era un chorro”.

Un día antes, militantes del Movimiento de Liberación Territorial habían copado las inmediaciones del fuero penal con pancartas, bombos y reclamos de justicia. Viajaron desde Cañuelas y otras localidades de la región, recordando que la muerte de Alex no es un hecho aislado, sino parte de una violencia estructural que afecta a los sectores más vulnerables.

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Améndola, abogado de Sánchez, intentó instalar la idea de que su cliente solo produjo un accidente.

El abogado de la familia de la víctima, Martín Villar, cuestionó con dureza la versión de los hechos brindada por la defensa de Rodolfo Sánchez, el único imputado. 

“El espejo retrovisor fue lo único que lo tocó, dicen. Entonces, ¿cómo puede ser que no se haya destrozado?”, lanzó Villar ante el Tribunal. La observación apuntó directamente a una de las piezas centrales del argumento defensivo: que el impacto fue leve, un accidente, y que el contacto se habría producido únicamente con el espejo lateral de la Dodge RAM que conducía Sánchez. Pero para Villar, ese detalle técnico no cierra: “Alex tenía un tajo profundo y una fractura en la cabeza. No es compatible con un roce. No es compatible con un espejo”. 

En contraste, Fabián Améndola, defensor de Sánchez, insistió en que su cliente actuó bajo la convicción de estar siendo víctima de un robo. “No solo pidió asistencia policial, sino también una ambulancia”, aseguró, buscando derribar la acusación de que Sánchez nunca intentó socorrer a la víctima tras el incidente. También remarcó que el vehículo presentó “una rotura y astillado en el espejo retrovisor”, como prueba de que el impacto no fue más que un accidente desafortunado.

Las declaraciones profundizan el choque de versiones en un juicio que expuso fisuras sociales y éticas. Para la fiscalía y la querella, hubo intención de atropellar. Para la defensa, fue un hecho lamentable sin premeditación y con un intento de robo de terneros recién nacidos.

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