José Alvarez, influencer del campo: “No hay libertad individual sin libertad económica”

El ingeniero agrónomo de 51 años produce en Argentina y EE.UU. Desde la red social X se transformó en Bumper Crop, donde transmite su experiencia. “Nuestro país fue próspero y después, quedó en una meseta durante décadas”, dice.

El Ciudadano Campo01/05/2025 Martín Millán
Foto Página 6
La imagen de Bumper Crop, como se hace llamar José Alvarez en las redes sociales, en uno de sus campos. Se toma el tiempo para discutir con los usuarios de X y se divierte mucho.

José Alvarez, Ingeniero en Producción Agropecuaria, es productor en Argentina y Estados Unidos.
Con 51 años, se reconoce trabajador del campo de toda su vida y alguna errática participación en un directorio de empresas de otro rubro. Pero desde hace un tiempo, entre tantas tareas, es una suerte de influencer rural. Se presenta como Bumper Crop en X.

A Alvarez le gusta discutir con los usuarios de la popular red social de Elon Musk, pero no lo reconoce como una pérdida de tiempo. “Un día, una persona me preguntó por qué intercambiaba opiniones con gente que no quiere entrar en razones y le contesté que es un método pedagógico de difusión con utilización de sparrings dialécticos, en donde el lector independiente arriba a las conclusiones correctas mediante la confrontación hasta el ridículo con individuos menos favorecidos”, dice entre risas. 

Su mirada sobre Argentina es particular, no muy diferente a la de otros que quieren un cambio de verdad. Alvarez puntualiza que todavía no hay una clara tendencia al “resurgimiento” del país. “Digo resurgimiento porque el país fue grande alguna vez. No fue un país pobre, pero ahora, va lentamente transitando hacia la prosperidad. Argentina fue próspera y después, quedó en una meseta durante décadas”, le dice a El Ciudadano.

Su padre vino de España y primero se dedicó al comercio, fue empleado y hasta lava copas, como muchos en la Argentina de otro momento. Empezó a progresar y, junto con otros cuatro socios (cinco en total), compraron un negocio y empezaron con la actividad gastronómica. 

Con la actividad agrícola comenzó tímidamente un tiempo después, a fines de los ‘70. De a poco, porque el primer campo era chiquito, “a mí me tocó dedicarme solamente a esto, la agricultura, él tuvo las dos actividades (agricultura y ganadería), con la política del ahorro y reinversión durante muchos años. Fue comprando propiedades chicas, pero tratando de agrandar la explotación de esa manera”, dice Alvarez. 

Y agrega: “El resultado de alquilar campos para producción, sobre todo en los últimos años, es bastante neutro. Haciendo todo bien, ya sea por el clima, por los mercados, o por las intervenciones estatales, lo cierto es que la gente, en muchos casos arrendando, se contenta solamente con ganar de la inflación. Y no con ganar genuinamente dinero”.

-¿Por qué apoyás a este Gobierno?
-Yo apoyo a toda fuerza política que busque justamente el progreso del país y la libertad económica. No hay libertad individual posible si no hay libertad económica para las personas.

-¿Creés que se va a normalizar la situación del sector agropecuario?
-Desde que impusieron las retenciones, tristemente apoyada por una parte del sector ya que no se le consultó a todo el mundo –y a los que se les pidió su opinión  estuvieron a favor–, prácticamente no hubo normalización. Y ahí se nos fue la mitad de la vida viendo cómo el mercado agrícola, la fuente principal de divisas del país, la del 85 por ciento de los dólares que entran y a su vez se quedan en Argentina, nunca tuvo un momento de libertad plena para exportar.

El reacomodamiento de la economía y la liberalización del cepo era uno de los ítems más esperados por el sector agropecuario en relación directa con los insumos, fertilizantes y agroquímicos. Alvarez analiza: “Cuando seguís agregando unidades de insumo, la respuesta es cada vez menor. Pero cuando uno tiene distorsionada la relación de precios entre insumo y producto, está más corrido hacia el punto de origen que hacia el potencial que tienen nuestros suelos. Es decir, si uno paga el fertilizante al valor internacional, que es lo que corresponde, y agrega los fletes, impuestos y otros gastos, que es algo que no debería ocurrir con un insumo que va directamente a producción, por otro lado recibe menos que el precio internacional de los productos que exporta. Entonces, la relación de precios hace que el ideal económico esté disociado del ideal agronómico, y la gente se ve obligada a fertilizar menos, a aplicar menos tecnología, y no incurrir en la inversión de bienes de capital, como por ejemplo, el riego”.

-¿Por qué se riega poco en nuestro país?
-Argentina tiene un potencial de 16 millones de hectáreas que podrían tener riego total y complementario. Es decir, en zonas donde llueve bien, y por razones climáticas en el mismo lugar se produce un déficit hídrico marcado, como pasó en los últimos tres años. Debería tener un equipo para salvar la producción y no lo tiene. Nosotros regamos solamente 2 de las 16 millones de hectáreas posibles, prácticamente poco más que el 10 por ciento, y deja de producir mucho, lo que lleva a una variabilidad interanual tan grande que hace tambalear a los gobiernos.

-Ante este panorama, ¿cuánto creció el país?
-Si tomamos los últimos 25 años, producíamos la misma cantidad de soja que Brasil, hoy ellos producen dos veces y media más, es decir, alrededor de 175 millones de toneladas. Esto sucede por producto de la falta de capitalización de las empresas.

-¿Qué opinás del levantamiento del cepo, que beneficia a las personas, pero todavía no permite la libertad de las empresas?
-Para las empresas es bueno cuando reparten de dividendos a sus integrantes. Entonces, ellos serán los que puedan acceder al dólar unificado, y después, los que aporten capital en la empresa, o por lo menos yo imagino que será así la operatoria.

-¿Qué se hace con las retenciones?
-Hay que hacer una diferenciación. Una cosa es estabilizar la economía y otra cosa es dejarla crecer. La economía no va a crecer jamás mientras haya derecho a exportación. Lo cierto es que el sector agrícola y pecuario están a tiro de duplicar la producción en muy poco tiempo, solamente con conservar la relación de precios internacionales. Es decir, con un esquema normal de comercio exterior. De 130 o 140 millones de toneladas que producimos, podríamos pasar a 300 perfectamente”.

-¿Ves la luz al final del túnel? 
-Yo creo que estamos en camino de eso, la opción que tomó la sociedad fue la correcta. De eso no hay ninguna duda, uno espera que la cosa mejore mucho más, es lo que tenemos que hacer y decirlo y nadie tendría porqué ofenderse.

-¿Y es posible con tanta rosca política?
-Lo que tiene que hacer la política es dejar que crezca la economía. El dinero que produce la gente puede financiar al Estado en lo que sea necesario, pero después tienen que quedarse en las manos de la gente. Nunca el Estado, sea del color político que sea, va a estar más capacitado que la gente para multiplicar la riqueza que la misma gente creó.

Te puede interesar
Lo más visto