El sonido, la música y las emociones

Salud y Bienestar 07 de marzo de 2024 Por Prof. Anabella Lucione
Ejercicios con melodías que nos llevarán a profundizar con nuestros sentimientos. El significado de las canciones y lo que puede producir en nuestro estado de ánimo.
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La música es capaz de alterar nuestras emociones y crear lazos sociales, porque nos permite compartir sentimientos.

¿Cuántas veces hemos sentido una emoción, sobre todo tristeza, enfado o alegría y hemos puesto una música que nos ha permitido llorar, calmarnos o bailar?   ¿Cuántas veces le hemos cantado a nuestros hijos o a nuestro alumnado para calmarlos, dormir o jugar?

Sin ser conscientes, asociamos los sonidos que apreciamos con las emociones. Esta asociación sonido-emoción hace que entendamos las situaciones en las que estamos, permitiéndonos reaccionar acorde al contexto. Por ejemplo, detectar la alegría o la tristeza en una persona solo con el sonido de su voz. Es decir, asociamos la tristeza a un tono de voz más bajo y grave de lo normal y lo opuesto con la alegría. Ocurre lo mismo con la música.

Cuando  escuchamos música se activan las áreas del cerebro que se encargan de la imitación y la empatía. Son las zonas donde están las neuronas espejo que actúan reflejando las acciones e intenciones de los otros como si fueran propias. De esta forma, podemos sentir su dolor, su alegría, su tristeza. Quizás por eso la música es capaz de alterar nuestras emociones y crear lazos sociales, porque nos permite compartir sentimientos.

La música está relacionada con la inteligencia emocional, siendo esta la capacidad que tienen los individuos de reconocer sus propias emociones así como también las de su entorno. Otra función que tiene la música es calmar las emociones y los estados anímicos perturbados, como el temor. Esto sucede gracias al ritmo y armonía constante que generan tranquilidad y calma. Es por eso que a los niños se les cantan canciones de cuna, ya que el sonido estable y constante hace que las pulsaciones disminuyan logrando que se duerma.

Las melodías se entrelazan con nuestra memoria emocional, convirtiéndose en testigos de eventos sonoros y significativos en nuestras vidas. Vemos cómo ciertas canciones se convierten en catalizadores de recuerdos, vinculando de forma perdurable la música con nuestras experiencias más conmovedoras.

Diversos géneros musicales actúan como portadores de emociones, proporcionando experiencias únicas. La música clásica, como la “Sinfonía del Nuevo Mundo” de Dvorak, induce serenidad, mientras que un solo de música electrónica, como “Strobe” de Deadmau5, nos lleva a una travesía emocional enérgica. Además, la música country, con narrativas emotivas como “I Will Always Love You” de Dolly Parton, nos conecta con historias de amor y pérdida, generando una resonancia emocional única. La música electrónica, con sus pulsantes ritmos y sintetizadores, transporta a un estado de euforia y liberación, mientras que el jazz, con su improvisación y complejidad, genera sensaciones de libertad y exploración emocional. La variedad de géneros, desde el hip-hop que impulsa la autoexpresión hasta la música clásica que invita a la reflexión, enriquece nuestro repertorio emocional, brindándonos una paleta de expresiones sonoras (“Neuro Center”).

Maderera Llavallol RGB

Más allá de su influencia emocional, la música se destaca como una forma de terapia eficaz. La musicoterapia, una práctica terapéutica en ascenso, utiliza la música como medio para aliviar el estrés, mitigar la ansiedad y fomentar la curación emocional. Un ejemplo concreto podría ser el uso de música tranquila y armoniosa para ayudar a pacientes con trastornos de ansiedad a encontrar calma y equilibrio emocional.

Actividades

Las emociones se pueden trabajar a través de muchas actividades:

1) Ejercicios rítmicos -conectan con la fuerza, la tierra, el dinamismo y la parte física. Las podemos utilizar para sacar el enfado y descargar. 2) Audiciones musicales -las músicas con predominio de instrumentos de cuerda, relajan. Con predominio de instrumentos de viento o percusión, activan. 3).Escuchar y aprender canciones -a través de la respiración en el canto también relaja el sistema nervioso. 4) Instrumentación de temas y canciones. Utilizando percusión podemos acompañar canciones o melodías. Es una forma de expresar lo que sentimos través de la vibración.5) Inventar canciones para un momento concreto. 6) Improvisaciones vocales o instrumentales. 7) Visualizaciones a través de la música. 8) Dramatizaciones con música. 9) Cuentos musicales.

También podemos tener un repertorio relacionado con cada emoción:
Tristeza: “Vocalise”, Rachmaninoff.
Miedo: “Tubular Bells”, Mike Oldfield.
Enfado: “5ª Sinfonía”, Beethoven.
Alegría: “Irish Jig”, Gwendal.

La música es vida, al igual que las emociones, relacionadas en la propia fibra. Y sentir es vivir, permitiéndonos percibir en cada nota que somos seres sintientes, y aceptar cada etapa de nuestra vida acompañados de uno de los mayores inventos del ser humano, la música.

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