Otro Colombo llegó a Primera para honrar el legado de una familia con ADN de Cañuelas FC

Laureano Colombo entró a los libros de Cañuelas FC. Es que no es apellido común en el mundo del fútbol en la ciudad, los Colombo van de la mano con la historia albirroja. Ante Deportivo Paraguayo, la fecha pasada en González Catán, el joven de 22 años saltó a la cancha en el segundo tiempo para demostrar toda su categoría, que viene de familia.

El chico es hijo de Sebastián, un delantero explosivo que jugó en la década del ‘90 junto a otros símbolos del CFC, ‘La Vieja’ Moreno y Marcelo ‘El Pacha’ Luchetti.  Y eso no es todo. ‘Lau’ también es sobrino de José Raúl, el ‘Bocha’, un volante exquisito que dio qué hablar en el club y de Leonardo, recordado mediocampista de Quilmes. ‘Lalo’ dio sus primeros pasos en el ‘Rojo’ y se destacó en el ‘Cervecero’, con la ‘10’ en la espalda, entre 1990 y 1999. River pidió por él, pero entonces el club del Sur no lo dejó ir a Núñez.

Y faltaba algo más en esta familia de futboleros que siguió el estreno de Laureano, el delantero –que se formó entre Cañuelas FC y la Escuela de Fútbol Infantil– es primo de Nazareno, defensor que pasó por Estudiantes, Defensa y Justicia y actualmente está en Racing.

-¿Qué sentiste cuando Aldirico te dijo “entrá”?
-Fue una mezcla de emociones, tenía mucha ansiedad y nervios. Se dio lo que tanto había soñado. Cuando terminó el partido y vinieron todos mis compañeros a saludarme, se me vino a la cabeza todo lo que viví en el club, las lesiones y, obviamente, mi cabeza estaba en casa, en la familia y en todos los amigos que estaban pendientes de mí.

-¿Hablaste con tu papá después del debut?
-Cuando llegamos al vestuario y prendí el celular, tenía muchísimos mensajes: el primero era uno de él. Mi mamá se sumó enseguida. Les hice una videollamada, necesitaba verlos, ahí me mostraron toda la emoción que tenían y me largué a llorar.

-¿Qué te dijeron tus tíos?
-Ellos también, estaban muy felices y orgullosos, prendidos a la transmisión por streaming. Enseguida repitieron: “Un Colombo más”. Me comentaron que se les vinieron muchos recuerdos de cuando ellos arrancaron en el mundo de la pelota.

-Tu papá dijo en una nota que siempre el más chico en familias de futbolistas tiene la presión de ser el mejor, ¿qué sentís?
-Yo no pienso eso, al contrario, siento orgullo. Cada vez que hacía un gol en Inferiores o la Reserva, enseguida salen los nombres de ellos, es algo muy lindo.

-¿Qué jugador sos?
-Me considero potente y explosivo en el cuerpo a cuerpo. Como todo delantero, me encanta el gol. Hablando con mi ‘Viejo’, me dijo que tengo cosas de mi tío ‘Bocha’, sobre todo en la potencia. Mi plus es la velocidad, algo que trato de aprovechar al máximo.

-¿Quién es tu espejo?
-Cuando era más chico, copiaba mucho a Thiago Nuss, ya que lo tenía de vista en EFIC. Después, empecé a seguir a Julián Álvarez, me encanta lo intenso que es. Y en la actualidad, miro mucho a Maxi Salas, va a todas las pelotas como si fueran las últimas.

-¿Te bajoneaste mucho con las lesiones?
-Sí, en especial con la primera, ya que estuve una año sin jugar prácticamente. Estaba lo más bien y me volví a romper la misma rodilla. Fue algo increíble, porque con los problemas ligamentarios al final llegué a estar tres años afuera. Pero la última vez fue un clic, prometí que iba a volver con todo y por suerte quedó todo en el pasado.

-¿Es especial este presente con chicos del club?
-Totalmente. Yo lo vivo de una manera especial, soy fanático del CFC. Siempre estuve alentando, en las buenas y en las malas, en la popular. Hasta llegué a ser alcanzapelotas.