Durante la tercera audiencia del juicio oral y público que afronta la ex pareja de Mónica Riboli, declararon un hermano de la víctima, una vecina del barrio y una psiquiatra-criminalística. Todos reconocieron que la mujer venía sufriendo violencia psicología y física.

En este proceso está siendo juzgado el albañil Jonathan Omar Rodríguez, por  la muerte violenta que sufrió Mónica, el 9 de septiembre de 2018, en la casa que habitaba con sus cinco hijos menores de edad, en el barrio Libertad. El hombre está acusado de femicidio y es defendido por dos abogados de Quilmes, ciudad donde es oriundo el acusado, Fabricio Esquivel y Jorge Merchori.

Este lunes por la mañana declaró Nelly Liliana Jaime, una vecina de la víctima, quien recordó que estuvo con ella media hora antes de enterarse de su muerte en el ingreso a su casa, sobre la calle Castro Barros 242. “Hablaba con ella y me contaba de los insultos que recibía de parte de Jonathan, a quien también conocía. Le decía gorda puta, te andás encamando con otros en la parrilla de Uribelarrea. Mónica había conseguido un trabajo. Le rompió el teléfono y también la tarjeta Sube. Nunca vi una pelea entre ellos, pero Mónica me contaba como también que se iban juntos a los recitales y me enteré que a él le habían dado una perimetral”, contó la testigo.

Además dijo: “La vi bien, estaba contenta organizando el cumpleaños de una de las nenas que era al día siguiente y andaba comprando algunas cosas. Una media hora antes de enterarme lo que pasó, estuvo conmigo tomando mate y me dijo que las nenas habían quedado con Jony. Me acerqué a la casa, que está a una cuadra y media de la mía. La vi tirada en la entrada y ya estaba la Policía. Nunca creí en lo del suicidio. Era muy gorda y la planta no había podido resistir".

La mujer pesaba alrededor de 130 kilos y medía 1.60 metros. Aseguran que se colgó de una planta.

En el caso que se está resolviendo en el Tribunal Oral Criminal 3 de La Plata, se debe determinar si la mujer murió producto  de un suicidio o se montó una escena para simular un crimen, tal como se supone que lo perpetró Rodríguez, quien fue encontrado en la vivienda junto al cuerpo de su mujer.  El albañil afirmó que su ella quitó la vida en el ingreso a la casa que hasta un tiempo compartían como matrimonio con hijos.

El testimonio del hermano

“Se conocían hacía más de diez años. Al principio era normal la relación, estaban juntos, proyectaban y luego se tornó engorroso y con violencia. Pude vivir alguna situación y tratar de mediar entre los dos", dijo ante los jueces Juan José Ríboli, hermano de la víctima. Y continuó: "Hasta inclusive tuve que pararme de manos con Jonathan porque se estaba destruyendo el vínculo y con las nenas muy chiquitas de por medio. Le rompía las ropas, les tiraba cosas a la calle, la maltrataba, la amenazaba y acusaba de alguna infidelidad. Mientras que él se iba con otra mujer en los últimos tiempos. Pero a pesar de todo esto, ella lo quería, lo esperaba con las nenas y se volvían a encontrar. Y el día que pasó todo esto me enteré más tarde, hablando con mi sobrina Brenda, quien era una nenita, que el día del hecho estaba lloviendo, que preparaban el cumpleaños de una de sus hermanas y Mónica y Jonathan empezaron a discutir y se fueron adentro del auto”.  

El hombre que declaró desde el sur patagónico, a través de una videollamada, recordó que en una oportunidad tuvo que llevar a su hermana al hospital Marzetti porque se había cortado una muñeca en un intento de suicidio. Por otro lado, comentó que la había encontrado llorando en otras ocasiones por la situación que mantenía con su marido.

Las pericias psicológicas

La médico psiquiatra forense y criminalista, Verónica Gordon, recordó que el caso “era bastante particular. No había información completa ni detalles del hecho. Hasta que pudimos recolectar evidencias y estudios se supo que estábamos ante un caso de violencia de género.  La victima denunció violencia sexual en enero de 2018. Además, teníamos un relato del padecimiento físico y psicológico de la victima, que se atendía en el hospital Marzetti. Esa violencia se perpetuó por extorsión, con situaciones de depresión de la paciente, autoagresión y deseos de agredir a otros. Luego, siguió la exclusión del hogar, pero la violencia continuó en 2019, hasta concluir con el hecho letal”.

La profesional, además, comentó su informe forense criminalística. “La causa de muerte es asfixia mecánica. Y las lesiones y signos eran de un caso complejo. Las marcas y surcos del cuello no eran los típicos de estrangulación a lazo o de atadura al cuello. Se pensó también en un suicidio, pero con una persona sentada, con un cable de internet, sin fijación, al lado de un cuerpo. Las características anatómicas de la víctima y las manchas de sangre por la comprensión no estaban en el cuello, estaban en la cara. No es suficiente para una atadura ni el mecanismo, ni la lesión con la hipótesis de suicidio. Y los ADN dieron que había uno correspondiente al imputado en el cable usado como lazo, manipulado por un tercero y de otra persona que no se pudo identificar. En el informe final proponemos que fue golpeada en la boca, abordada por detrás, con premura, para sofocarla y asfixiarla; con una víctima que no logró defenderse y con un perpetrador del hecho que se tomó el tiempo para intervenir el cuerpo y escenificar la escena del crimen. Es más robusta la probabilidad de un homicidio. Y no había índices de suiciabilidad aguda ese día y esa tarde para una crisis de ese tipo”.

El caso se retomará el lunes 3 de julio con los alegatos.