Femicidio de Romina Ruiz Díaz: admitió una discusión, pero acusó a la víctima

Mauricio Wilvers decidió declarar en el juicio en el que está imputado por la muerte de su ex mujer. El implicado aseguró que la enfermera ejercía violencia física y verbal contra él y que, pese a su corpulencia, le tenía “miedo”.

Policiales20/06/2023 Leandro Barni
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Por casi una hora, el denunciado por femicidio dio su versión del hecho ocurrido hace tres años, en el barrio Peluffo.

Durante una hora, el acusado del asesinato de Romina Ruiz Díaz dijo ante los jueces que la última cena con su mujer y los niños, el 12 de marzo de 2020, había sufrido otra escena de violencia a las que estaba acostumbrado. Pero que en esa ocasión, tuvo miedo por él y sus hijos cuando “Romina tomó un cuchillo en plena discusión”.

Después de eso, Mauricio Wilvers dice no recordar más nada. Se despertó en un patrullero e intentó salir por la fuerza en el estacionamiento del hospital de la Cuenca Alta.


Romina fue sacada del domicilio familiar casi sin vida. Le habían asestado varias puñaladas y su marido fue encontrado en la vivienda que compartían, con sangre en sus ropas y sosteniendo una cuchilla. Wivers le aclaró a vecinos que la joven estaba muerta. Después, intentó cubrir su boca mientras los médicos intentaban reanimarla.

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“Siempre quise estar junto con ‘Romi’, pero mientras nos amábamos, también nos peleábamos y era una relación de peleas, era algo tóxica. Yo no ejercía violencia, sólo era verbal. Ella me pegaba y fue en varias ocasiones, tirando platos, una estatua, un cuchillo... Me decía que esto se iba solucionar después de las discusiones y que iba a estar bien, por eso empezó a ir a la Iglesia a buscar un cambio. En la última comida se enojó porque estábamos buscando volver a alquilar en Laferrere, cerca de nuestras familias. Con eso empezó otra discusión por el negocio que habíamos montado y los chicos que no habían sido anotados en la escuela. Le dije que me iba a ir con los chicos. Así que teniendo la beba -de un año y dos meses- en brazos, agarró una cuchilla y dijo que iba a matar a todos. Se puso loca y no me acuerdo nada más, hasta el día de hoy. Fue un horror y estoy apenado porque su padre está privado de la libertad y los chicos perdieron a su madre. Enfrento esto y de alguna manera pido perdón. Estoy arrepentido. Era agresiva pero no sé lo que hizo”, destacó el acusado, en la mañana del jueves ante los miembros del Tribunal Oral Criminal N°2 de La Plata.

El hombre, que mide 1,82 metros y pesa unos 105 kilos, señaló que trabajaba haciendo entregas para un correo y que en los últimos tiempos compartía un emprendimiento con la venta de productos de limpieza junto a su mujer en la casa familiar.

A las preguntas de su defensora oficial, Julia Martínez, reconoció que tomaba bebidas alcohólicas, además de ingerir algunas pastillas, por su cuenta. Además, aclaró que Romina no era enfermera, que cuidaba niños y ancianos en Ramos Mejía, a raíz de los contactos personales de él.

También se mostró como un padre que se ocupaba de las criaturas llevándolos a la escuela, festejando los cumpleaños y recibiendo a los familiares de Romina tanto en su casa de Isidro Casanova como en Cañuelas. Por otra parte, aseguró que nunca tuvo inconvenientes con los vecinos del barrio.

Mauricio respondió que por “miedo a ella (que medía 1.55 metros) y al qué dirán, nunca hice una denuncia de un hombre golpeado”.

El juicio se retomará el viernes. Hablará un hermano del acusado y a fin de mes serán los alegatos. Luego, la sentencia.

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