Crece la solidaridad, la asistencia y la necesidad en los comedores de Máximo Paz

Sociales 27 de abril de 2020 Por El Ciudadano
La necesidad alimentaria se incrementa en muchas familias cañuelenses y la ayuda de estos espacios comunitarios es fundamental para el sustento de las mismas.
zolcitto
Un buen plato de guiso para los chicos del Zolcitto.

Debido al aislamiento obligatorio que recorta las posibilidades de trabajo formal e informal, muchos vecinos de la localidad maximopaceña acuden por mercadería o viandas a los comedores y merenderos de la zona que trabajan día a día para mitigar el hambre.
En los distintos barrios existen espacios destinados a la asistencia alimentaria y El Ciudadano dialogó con algunos referentes que emprendieron, con mayor o menor antigüedad, un trabajo comunitario esencial para el sostén familiar. Todos y todas comparten la misma preocupación ya que en las últimas semanas han recibido una mayor cantidad de pedidos de productos o comida.
En el barrio La Torre Sofía prepara viandas cuatro días a la semana en el Merendero Zolcitto para unos 80 chicos del lugar. Comenzó con la actividad solidaria en noviembre del año pasado. “Me ayuda una persona de Tristán Suárez y desde que empezó a pasar todo esto se sumó más gente. Lo abrí porque hay muchas familias que están sin trabajo y yo también pasé por la situación de no tener para comer. Hoy reparto viandas y también para la merienda, hago dos días de merienda y dos días de comedor. Hago lo más que puedo porque a veces no tengo. Por suerte la intendenta envió productos hace poco y con eso estamos tirando”.
Julio Fonte es de Villa Mónica y conduce el Merendero Mil Sonrisas desde hace tres años. Allí prepara la merienda para los chicos del barrio que aumentaron considerablemente desde el inicio del aislamiento. “Abrimos con una cajita de té, un paquete de yerba y otro de azúcar; hoy me ayudan de todos lados. Antes teníamos más o menos 40 chicos que por ser un barrio de seis manzanas es mucho, hoy casi se duplica esa cantidad porque vienen chicos que antes no venían. De las cosas que nos donan hacemos tortas fritas, mate cocido, arroz con leche, lo que salga en el momento. Ahora por la cuarentena los que retiran son solo los padres y cocinamos mi hermana, mi señora y yo, antes éramos como nueve”. Cuando pueden también funcionan como comedor o reparten bolsas con mercadería. 
En el barrio Altos Verdes, Máximo Paz Oeste, el Comedor y Merendero La Familia, a cargo de Rodolfo y Raquel, abastecen a alrededor de 120 familias. Raquel comentó “estamos desde hace unos años y de lunes a viernes entregamos la merienda y un taper con comida. Los sábados hacemos una olla popular para todo el barrio. Nos ayuda el municipio y hacemos rosquitas, chocolatada, tortas fritas que retiran los padres”. 
Julieta Yedro es la encargada del Comedor Merendero Corazoncitos Felices que inició su labor en noviembre de 2019 y queda en el barrio Matadero. “Hay mucha necesidad por esta cuarentena, hay muchos vecinos que están parados y no pueden trabajar. Necesitamos ayuda, hoy más de 20 familias se llevan una vianda los lunes y jueves,  estamos hablando con los vecinos para ver cómo seguir. En mi casa siempre hubo chicos del barrio y por eso empecé con el comedor porque ayudar es algo que me encanta. Recibo ayuda del frigorífico, de vecinos, de organizaciones sociales y el Ejército trajo mercadería del municipio pero se necesita más. Ahora viene el invierno y también se van a necesitar zapatillas, frazadas, abrigos”.            
El Comedor y Merendero Los Pekes funciona desde hace cinco años de la mano de Macarena Falcón, en Villa Hunter, y por el momento asiste a 12 familias de entre las cuales hay dos que agrupan a más de 20 integrantes. “Nosotros tenemos merendero dos veces por semana, lunes y miércoles, y comedor los sábados. Estamos entregando viandas y todos los días alguien se acerca a pedir alguna mercadería, hay mucha necesidad. Por suerte la Municipalidad nos ayuda mucho, tengo la colaboración de la cooperativa, de una carnicería local y del peladero que nos acerca pollo. En la cuarentena sumamos algunas familias ya que hay muchos que no pueden trabajar en sus changas y eso complica las cosas”.     
Además de los vecinos que aportan su esfuerzo cotidiano y utilizan una parte de sus hogares para la preparación de alimentos, diferentes organizaciones sociales apoyan los emprendimientos, al igual que la cooperativa de trabajo Frigocarne que dona carne a algunos establecimientos. 
Otra fuente importante de abastecimiento para los merenderos y comedores de la zona proviene del área de Desarrollo Social del municipio, que en las últimas semanas reforzó la cantidad de productos entregados con la logística y los soldados del Ejército Argentino.

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