El papá del campeón del mundo que jugó en Cañuelas FC

Deportes 27 de enero de 2023 Por Jonatan Pedernera
Daniel Paredes es el padre de Leandro y estuvo en el ‘Tambero’ en 1986. Sus compañeros y técnicos de la época lo recuerdan como un volante aguerrido, muy distinto a su hijo, figura en la Selección Argentina y la Juventus de Italia.
Foto Paredes Página 18 21 de enero
Mi hijo, el campeón del mundo. Los Paredes dejaron su huella en la Selección y Cañuelas.

Leandro Paredes pasó de ser un enganche exquisito a volcarse al mediocampo como eje. Y se entiende, el gen en la marca lo sacó de su padre, Daniel. El ‘Indio’ jugó en el ‘Tambero’ un puñado de partidos y todavía se recuerda la vehemencia con la que disputaba los duelos en el Ascenso. “Téngalo con la rienda corta”, había advertido Carlos Aimar, uno de los que lo recomendó.  Al parecer, no hubo caso, ya que en su paso se cargó de expulsiones.

Paredes debutó en febrero, en el empate sin goles contra Laferrere. Ya en su segundo encuentro, vio la tarjeta roja en la derrota (1 a 0) ante Sacachispas. Jugó apenas cinco partidos en 1986, en un campeonato de relleno en el momento que nacía la B Nacional, antes del campeonato de México donde brilló Diego Armando Maradona.

Los entrenadores Juan Iglesias y Alberto García fueron los artífices de su llegada al ‘Rojo’, gracias a la amistad con el ‘Cai’ Aimar, quien terminó siendo el nexo. En ese año, Paredes llegó desde Ferro junto al delantero Guillermo Ferro. El jugador fue uno de los abanderados en el mediocampo en el Torneo Apertura de 1986. Fue dirigido por Iglesias, Jorge Maestú y Rubén Moreno.

Segunda Foto Paredes Página 18La más deseada, Leandro fue una de las figuras del Mundial.

“Yo en ese entonces dirigía afuera, pero siempre iba a ver a Cañuelas. A Paredes lo vi dos o tres veces y lo expulsaron en tres oportunidades. Jugó muy poco por las suspensiones”, recordó García, quien referenció al volante como  “un jugador tremendo, pero no tenía frenos, a diferencia de su hijo, que se pudo domesticar a tiempo”. Y agregó sobre sus cualidades: “Era parecido a Leandro, un poquito más bajito de contextura.

Jugaba muy bien y era un guerrero, se bancaba solo el mediocampo”.

En un momento, los dirigentes le pidieron a García para que interceda y charle con él: “Era un muchacho de pocas palabras. Me dijo que era algo que no podía controlar el tema de su juego fuerte y se arrepentía”. 

“En la ciudad era muy querido, a pesar de haber jugado muy poco por las suspensiones en un año especial. Después del Mundial, muchos se dieron cuenta de que el Paredes de Cañuelas terminó siendo el papá de Leandro”, sintetizó el entrenador cañuelense.

Daniel Lespada, arquero en esa época, lo recordó como “un buen chico, con una calidad bárbara, pero raspaba como loco”. Además, agregó características: “Jugó poco porque lo expulsaban seguido. Era increíble, se transformaba en la cancha y era un asesino serial”.

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