Las razones de los incendios de enero que preocupan a los bomberos

El calor, la sequía, el fenómeno de La Niña y mucha imprudencia generan trabajo extra. Durante el primer mes del año, los servidores públicos tuvieron que intervenir en más de una decena de siniestros forestales por día. Además, hay pocas lluvias en la región.

Interés general24/01/2023
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Los bomberos voluntarios creen que la mayor cantidad de focos ígneos se producen por la mano del hombre.

Para los bomberos voluntarios de Cañuelas, las quemas de pastizales y campos son la causa de la mayoría de las intervenciones diarias. Tienen de 10 a 15 incendios por jornada. Pero la preocupación no pasa tanto por la cantidad, sino por el comportamiento del fuego. Se atraviesan altas temperaturas y escasas precipitaciones, con fuegos que se caracterizan por su virulencia, por la velocidad a la que se expanden y por las dificultades que plantea combatirlos.

Enero preocupa. Los pronósticos meteorológicos anuncian que las temperaturas seguirán por encima de lo normal y las precipitaciones no abundan, más allá de la tormenta que desató el fin de semana. Son  condiciones favorables, advierten los especialistas, para que los incendios proliferen en el distrito.

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Los incendios de pastizales, campos y banquinas son la mayor causa de los siniestros.


Se le atribuyen, básicamente, a la influencia del fenómeno de La Niña.

La inquietud por el fuego no se produce solo en el ámbito local: el Consejo Federal de Medio Ambiente, junto con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, declararon la emergencia ígnea en todo el territorio nacional.

Desde hace tiempo que los bomberos apuntan a que la principal causa del fuego, cuya expansión en todo caso el clima favorece, es la mano del hombre.

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La mayoría de los focos en los que intervienen son causados por la acción humana. A veces, porque el fuego se usa como herramienta, sobre todo en las periferias, para eliminar pastos o quemar basura. En condiciones de calor y sequía, como las que Argentina atraviesa en los últimos dos años y la gravitación del mencionado fenómeno climático en la región, a veces se hacen difíciles de controlar las llamas, cada vez más violentas.

Además, hay periferia que cambió, ya no es solo campo y matorrales. Hay construcciones entre los campos, lo que exige un accionar más efectivo para combatir los incendios y pone en riesgo viviendas, quintas y galpones.

Entonces, hay que recordar que no se pueden quemar campos para después sembrar, como tampoco desmalezamiento del entorno de la casa porque es una suerte de barrera contrafuego en el caso de desatarse un incendio forestal como ocurre el último tiempo.

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