Uribelarrea reclamó la vuelta del tren con una mateada de vecinos con sabor a protesta

Cientos de usuarios de Cañuelas, Uribelarrea, Lobos y sus cercanías, quedaron a pie luego de la suspensión por obras en los ramales de los ferrocarriles Roca y Sarmiento.

Interés general06/05/2025 Leandro Barni
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Uribeños y cañuelenses se juntaron para pedir que se pongan micros y apuren las obras del tren.

La estación de tren de Uribelarrea volvió a llenarse de voces. Esta vez no para recibir una formación, sino para alzar el reclamo por su ausencia. El domingo 4, vecinos, estudiantes y familias se reunieron a la tarde en una “mateada” cargada de sentido: pedir la restitución del servicio ferroviario del ramal Cañuelas–Lobos, suspendido desde el 14 de abril por obras de renovación de vías.

El encuentro, bajo el lema “Torcer la historia está en cada uno de nosotros”, buscó visibilizar una preocupación creciente: la paralización del tren, sin un plan de transporte alternativo, afecta a toda la comunidad. Los asistentes, muchos de ellos usuarios diarios del tren, compartieron experiencias y broncas entre mates, carteles y abrazos. La consigna fue clara: “Sin tren, no hay conectividad, ni seguridad, ni futuro”. 

La suspensión del ramal afecta a Uribelarrea, localidad que depende del tren para garantizar la movilidad de sus habitantes y, en especial, de los más de 100 estudiantes que viajan a diario al Colegio Salesiano Don Bosco.

Desde hace un mes, padres y alumnos intentan reorganizar sus rutinas para llegar a clases, mientras que otros vecinos buscan cómo trasladarse a sus trabajos sin gastar de más. La línea 88, que une Once con Lobos, se volvió la única opción viable, aunque no da abasto. “Los colectivos van más que repletos, entonces es un despelote viajar en hora pico”, graficó Ayelén, una vecina. 

La medida de Trenes Argentinos, enmarcada en la Emergencia Ferroviaria decretada por el gobierno de Javier Milei, incluye el reacondicionamiento de 36 kilómetros de vías entre Las Heras y Lobos. Según fuentes de la empresa, los trabajos buscan reemplazar rieles de más de 60 años, durmientes, fijaciones y mejorar pasos a nivel. Las obras, que podrían extenderse por hasta 300 días, suponen una mejora a largo plazo. Pero mientras tanto, no hay servicio ni reemplazo. 

“No es solo una obra. Es dejar a un pueblo sin tren, sin aviso y sin alternativa. Y eso es peligroso para los chicos, caro para las familias y perjudicial para la economía local”, coincidieron varios de los participantes de la mateada, que incluyó música con el cantor Bruno Carabel. También señalaron que otras veces, durante trabajos similares —como en el tramo Merlo-Las Heras— se tardó casi un año en restablecer el servicio. 

La intendenta de Cañuelas, Marisa Fassi, envió una carta formal al presidente de Trenes Argentinos Operaciones, Matías Galparsoro, solicitando una audiencia urgente. Mientras tanto, crecen las dudas sobre el futuro de los ramales suspendidos y el temor de que las obras se conviertan en un cierre encubierto.

 Según fuentes técnicas consultadas por este medio, el tramo Empalme Lobos–Cañuelas podría operar sin mayores inconvenientes durante las obras, ya que se trata de un trayecto compartido entre las líneas Sarmiento y Roca. Además, destacan que el ramal Uribe está concesionado a Ferrosur Roca, empresa que no utiliza actualmente esa vía, lo que permitiría mayor margen operativo. Aun así, desde Trenes Argentinos insisten en que la interrupción es total y necesaria. 

“Dicen que es una obra que viene de una gestión anterior. Que se cambia la tecnología. Que ahora los rieles son de 190 metros, no de 12 metros como antes. Pero para nosotros, lo concreto es que no hay tren”, remarcó Arturo, vecino de Lobos. “Y si te falla el colectivo, te quedás varado. No hay más opciones”. 

Los vecinos temen que, como ocurrió en otros puntos del país, la suspensión se vuelva permanente. “Ya con cuatro frecuencias diarias nos arreglábamos. Pero ahora es mucho peor”, explicó Adriana. “De Las Heras a Lobos hay más de 40 kilómetros. Cuanto más te alejás, menos posibilidades tenés de todo”. 

La mateada en la estación fue el primer paso. Los vecinos planean nuevas acciones si no hay respuesta. Lo que está claro es que Uribelarrea no quiere quedar fuera del mapa ferroviario.  
 

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