Celebridades deportivas cañuelenses en un test íntimo

Deportes 13 de abril de 2020 Por El Ciudadano
contreras año 82
Contreras en una competencia disputada en pleno Día de la Madre, en 1982.

La habitualmente congestionada agenda deportiva hace que, en tiempo de competencia plena, se torne imposible contar con espacio para publicar artículos periodísticos que escapen a las habituales crónicas en las que se refleja lo que pasó el último fin de semana.
Por tal motivo el receso veraniego suele ser una oportunidad ideal para publicar otra clase de material, situación que se replica en estos momentos de cuarentena que ocasionó la consecuente inactividad total de competencia alguna y ausencia de crónicas deportivas.
Por este motivo desde esta sección se ideó un cuestionario base que se envió a representantes de la escena deportiva local, abarcando diferentes disciplinas e incluso a deportistas en actividad como también a otros ya retirados.
En este caso no se trató de un cuestionario donde los entrevistados responden sobre comidas favoritas, las vacaciones más recordadas o películas preferidas. Por el contrario, se apeló a una secuencia de preguntas que tienen como objetivo conocer una faceta más íntima de deportistas que han provocado muchas sensaciones en el pueblo cañuelense.
En esta primera entrega el protagonista es Rubén ‘Chupete’ Contreras, exponente del ciclismo de los ‘80 que, ante el retiro obligado por cuestiones de salud, adoptó inicialmente el rol de relator para ser a la vez entrenador por lo que durante años siguió ligado al ambiente del ciclismo.

–¿Qué le dio el deporte?
–Disciplina. También me permitió conocer mucha gente buena y linda de toda la provincia de Buenos Aires e incluso de otras provincias. Con muchos de ellos aún tengo relación a pesar de estar alejado de la práctica activa del ciclismo, como por ejemplo Darío Calderón de la Barca.

–¿Qué le sacó el deporte?
–En realidad no me sacó nada, solo me dio. El deporte fue todo para mí. Tal vez podría ser tiempo, pero en realidad uno decidió invertir ese tiempo en lo que estaba haciendo.

–¿Qué perdió por el deporte?
–He perdido algunos dientes producto de duras caídas que he tenido (risas). A decir verdad he perdido a varios amigos que han tenido accidentes fatales mientras entrenaban en la ruta, algo muy doloroso por más que pase el tiempo. Eso es algo que te marca.

–¿Qué ganó por el deporte?
–Los trofeos son anécdotas al igual que las carreras que quedan en fotos para mostrarles a familiares sobre todo cuando uno se vuelve grande. Lo principal que he ganado fueron amigos entre las ruedas finas, cuando yo competía, como así también en el mundo del rural bike acompañando a Miriam (N. de la R.: su esposa). Lo mejor que gana uno con el deporte son los amigos. Ayer justamente saludé por su cumpleaños a Mario ‘Chiquitín’ Avaca, de San Miguel del Monte, a quien conozco desde que competíamos en Menores de 14 siendo que ayer cumplió sesenta años. Imaginate la amistad que tenemos, de toda una vida. Nos conocimos siendo nenes y hoy ambos ya somos abuelos. No me imagino una vida sin el deporte. Empecé a practicar básquet a los 12 jugando para el Club Cañuelas, mientras que a los 13 comencé a correr en bicicleta. Tuve un intervalo donde por dos años jugué al básquet para Tamberos Unidos de Tristán Suárez para luego retornar al ciclismo hasta que mi enfermedad me retiró. Pero luego seguí acompañando a mi señora. También practiqué paleta, así que no me imagino una vida sin deporte.

–Si pudiera volver el tiempo atrás, ¿tomaría alguna decisión diferente a las tomadas respecto a su carrera deportiva?
–No cambiaría nada de lo que hice. Fueron otros tiempos, muchos más difíciles que los actuales y si bien siempre está complicada la cosa desde lo económico, hoy cualquier chico tiene una bicicleta de carbono. Nosotros no podíamos tener un cuadro de acero trefilado, lo cual pude tener recién de grande. ¡De chico mi bicicleta pesaba doce kilos! Siempre traté con la gente que debía, disfruté todos los momentos que viví y estoy seguro que no cambiaría nada como deportista ni como entrenador de Miriam.

–¿Alguna cuenta pendiente?
–Participar en el campeonato del mundo con Miriam (N. de la R.: se refiere a su esposa, con la cual Contreras ofició de entrenador) aunque lamentablemente las Master en ruta no tienen ese tipo de competencias, el techo es el Panamericano donde ganó tres medallas de Oro. Mi sueño hubiese sido llevarla a un campeonato del mundo. Pero de todos modos estamos conformes con lo hecho.

–¿Lo han defraudado en el ambiente deportivo?
–Sí, como en la vida misma siempre alguien te defrauda. Pero yo siempre saco lo mejor de todas esas cosas y trato de cambiar lo que puedo y lo que no, lo dejo a un costado y sigo por mi camino. Cuando te sentís defraudado es difícil volver atrás y hacer como que nada ha pasado. En el ambiente deportivo siempre he dicho lo que no me ha gustado al igual que no me ha gustado muchas veces lo que me dijeron a mí. Llevo cuarenta y seis años ligado al ciclismo y en todo este tiempo han sido pocos los que me han defraudado, me sobran los dedos de una mano para contarlos.

–¿Lo han sorprendido para bien?
–¡Sí! Por ejemplo me sorprendieron Germán (Cassani), Alfredo (Auge) y Mariano (Salmón), cuando empezamos todos juntos, más que nada por lo que ganaron inicialmente, logros que después siguieron creciendo en cantidad. También podría señalar el hecho de haber recuperado la amistad con Darío Calderón de la Barca, pudiendo acompañarlo y ayudarlo en su momento a recuperar su nivel. Miriam también me sorprendió en Puerto Rico, donde estaba seguro que una medalla iba a ganar, y se trajo tres.

–Siempre dentro del deporte, ¿éste le permitió conocer una faceta diferente o impensada en gente conocida?
–Al convivir muchos años con deportistas uno conoce muchas facetas de ellos. Pero tuve la suerte de encontrarme, casi siempre, con gente muy frontal y con buena familia. Por ejemplo al formar a Germán (Cassani) con su familia tengo un lazo muy fuerte al igual que el que tuve con Hugo Auge, el papá de Alfredo, con quien compartimos muchas cosas principalmente en la etapa Master de Alfredo.

–De no haber sido deportista, ¿qué cree que hubiera sido de su vida?
–No tengo idea, no tengo respuesta para esto.

–¿Qué lugar ocupa en su vida actualmente el deporte?
–No lo practico activamente, pero sigue ocupando el mismo lugar que cuando competía. Sigo asistiendo a carreras acompañando a Calderón de la Barca, a Alfredo (Auge), a Germán (Cassani), a Mariano (Salmón) y a Mario Avaca, entre otros. Sigo muy ligado al ciclismo a pesar de estar algo alejado a no ser por la carrera de rural bike que organizo a modo de homenaje a mi hermano ‘El Pato’. Ahora por la cuarentena me la paso mirando videos de La Vuelta de España o el Tour de Francia. También ando mucho con la paleta, soy vicepresidente del Club Estudiantes y eso me ha permitido conocer a mucha gente de un ambiente diferente al ciclismo.

–¿El mayor logro deportivo? No necesariamente por el peso propio del logro en sí, sino por lo que representó para usted.
–Estar entre los diez primeros del Triángulo Fraterno del año 1985 donde terminé octavo. Para mí fue algo muy importante al lograrlo sobre más de ciento y pico de ciclistas. No tuve la oportunidad de correr mucho en ruta y eso es lo que lo hace más importante para mí. También haber clasificado, en el velódromo, dos veces en las Vueltas Puntables en Primera-Cuarta, lo que sería Elite de hoy, entre los grandes monstruos de la década del ochenta.

–¿El mayor fracaso deportivo? Si es que considera haber tenido uno.
–No haber podido llevar a Germán (Cassani) a Primera División, o sea Primera-Cuarta, tras luchar tanto en Juveniles. Nos quedamos sin poder volcar en el primer nivel todo lo que había hecho en Juveniles, que fue impresionante. Como entrenador ese fue mi fracaso mayor.

–¿Qué consejo le daría a quien está por dar los primeros pasos en su mismo deporte?
–El ciclismo es un deporte muy duro donde si uno quiere llegar, va a tener que sacrificarse mucho. En el ciclismo no hay casualidad, sí suerte como en todo deporte, pero tiene que haber muchísimo trabajo. Lo más importante es escuchar a quienes llegaron y no volcarse por uno solo, sino escuchar a varios y así ir aprendiendo día a día.

–¿Qué consejo le daría a quien busca convertirse en un profesional del deporte que practicó?
–Tiene que trabajar el doble que el amateur. Tiene que dedicarle su vida al deporte dejando muchas cosas de lado, estando preparado mental y psíquicamente para hacerlo. El profesionalismo es algo muy serio en cualquier deporte y obliga a cada deportista a rendir casi en un cien por ciento en cada presentación para poder estar a la altura de las circunstancias y para ello hay que estar preparado desde lo físico y desde lo psíquico. En Cañuelas tenemos a Alexis Miranda quien tiene muchas chances aunque este problema del coronavirus ha complicado todo, pero es el primer ciclista de Cañuelas en correr una temporada en Europa siendo luego convocado por segunda vez.


Lic. Matías Folgueira
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