La Cámara Argentina de Feedlot se queja del dólar soja

Con el anuncio y puesta en marcha del dólar soja durante el mes de septiembre, la industria dedicada a la producción de engorde intensivo no la pasaría para nada bien. La balanza comercial con la que venían trabajando entre la compra de insumos (derivados de la soja para la alimentación de los animales) y el resultado final de venta, no le daría valores positivos ni mucho menos, algún margen de ganancia a la caja de dichos establecimientos.
De por sí, el margen de ganancia en la industria del engorde a corral de ganado vacuno ya es muy fino (casi siempre lo fue) y al hecho propio de acomodar los números con los sojeros para que la caja del Estado cierre de alguna manera en forma positiva, le desajusta al mismo tiempo la balanza a otros sectores de la industria que trabajan con el derivado de la oleaginosa.
En ese contexto, esta nueva paridad cambiaria, aumentó inmediatamente un 43% el precio doméstico de la soja y sus derivados y provocaría una retención del cereal (otro insumo que se utiliza como alimento), por lo conveniente que les resulta a los agricultores aprovechar el beneficio de vender al actual dólar soja.
El vicepresidente de la Cámara Argentina de Feedlot (CAF) y propietario del Feedlot ‘Los Vaqueros’,
Juan Carlos Eiras, dialogó con El Ciudadano respecto del impacto en el engorde a corral que provocaría el actual dólar soja. Y aseguró que, como toda medida asimétrica direccionada a un sector tan específico, pero con un diferencial tan importante como un 43% en el valor, va a traer un impacto, sobre todo mayor, en los cerdos y las aves. Sobre todo, en términos de la utilización de la harina de soja para las dietas, además de arrastrar a otros subproductos, los que hoy utilizan en la industria del intensivo, con lo cual va a tensionar precio y volumen de oferta.
Por otra parte, Eiras comentó: “El actual productor de soja, también lo es de maíz, por lo que si va a vender un volumen adicional de soja para aprovechar esta situación, no va a vender maíz en septiembre y en octubre, ya que no va a tener necesidad de hacer caja para cubrir su presupuesto vendiendo más. Se va a cubrir holgadamente con la venta de soja”.
Y amplió: “Ahí está el problema, ya que una cosa es un peso más o un peso menos, pero otra muy distinta es cuando la disponibilidad desaparece como oferta, entonces aprovechan y aparecen aquellos que te venden con un sobreprecio importante. Ese es el efecto más negativo para las tres industrias intensivas de pollos, cerdos, vacunos y también, el tambo”.
Bajo esta coyuntura, todo impacta en el resultado final (la ganancia), a lo que se suma la baja que sufrió el gordo de mayo a la fecha y la inflación.
Eiras, que sabe mirar el engorde con ojo clínico, aseguró al respecto: “Como feedloteros, no somos formadores de precio, con lo cual no va a cambiar el precio hacia el matarife de consumo o el de la cuota 481 de exportación. Nosotros tenemos que absorber un aumento de costos teniendo en cuenta que hoy los valores del gordo son muy pobres”.
Y enfatizó: “La baja de precios de mayo a la fecha (con relación a la inflación), impacta en las ganancias sin necesidad de que se modifique nada, seguimos entregando novillos con precios que no se condicen con la realidad de precios relativos ni con la evolución que ellos tendrían que tener respecto de lo que pagamos por la invernada, que es nuestro principal insumo. Todo esto, más que ganancia lo que nos genera es pérdida”, concluyó el dirigente de la ciudad de Lobos.