Calma, Hergenrether, calma

Interés general 25 de agosto de 2022 Por Leandro Barni
Trabajó en nuestra Redacción durante varios años y fue despedido por deslealtad. Desde su portal de noticias emprendió una campaña en contra de El Ciudadano. ¿Qué intereses tiene detrás? ¿Será que la Justicia laboral no lo atiende como quisiera?
german-768x510
Hergenrether, ex trabajador de El Ciudadano que está ensañado con el medio.

La crisis personal de un periodista que supo caminar las calles de Cañuelas es una realidad que cada día se vuelve más difícil de tapar. Luego de querer convencer a un ex titular de este semanario para intentar quedarse, ahora Germán Hergenrether ataca al  medio que le dio de comer durante décadas.

Lo hace atentando contra los que formamos parte de una estructura que hace muchos sacrificios en estos tiempos de crisis. El Ciudadano pasó por muchos momentos difíciles, pero el trabajo nunca faltó y de una u otra manera se fueron cumpliendo los compromisos con la gente, aunque algunos interesados quieran hacer creer otra cosa. 

Se preocupa por contarle las costillas a un medio, sin hacer otro análisis de pymes colegas o empresas, para ensañarse hoy con una fuente de trabajo en la que están sus ex compañeros, peleándola a diario.

¿Por qué dese su portal dispara contra El Ciudadano? Haciendo Foco SRL sigue siendo la dueña del medio, solo hay nuevos socios a cargo (sabe bien Hergenrether que las personas jurídicas son distintas de los socios que la integran). Se trabaja con profesionalismo y responsabilidad. ¿Por qué se empecina en hablar de cuestiones extra periodísticas? ¿Qué busca? ¿Qué hay detrás? ¿Será que  la Justicia laboral no lo está atendiendo como quisiera?

Hace años que Hergenrether ya no aparece por esta ciudad, ni vive en ella. Se fue de nuestro pueblo para reconstruir su vida, pero nadie quiere saber o estar relacionado con alguno de sus asuntos. Salvo cuando preguntan por la sede de la oficina de Infocañuelas –así se llama su medio- y nadie encuentra respuesta. ¿Desde dónde opera? ¿Desde la clandestinidad? ¿Cuánta gente emplea? Es un interrogante que a menudo se hacen los vecinos que llegan a la sede de El Ciudadano

A sus íntimos les habla pestes de El Ciudadano, pese a que cuando desarrollaba sus funciones las dirigía a su portal y se quedaba con las mejores producciones periodísticas, además de las fotografías, de las cuales se llevó para su uso personal y de su archivo, donde conserva imágenes, videos y audios de los cañuelenses. Ese accionar le valió el despido por deslealtad. 

Los que lo conocen sostienen que él considera que debe seguir en los medios marcando la agenda, como lo hacía décadas atrás. Y al mismo tiempo, busca erigirse en paladín de la ética y atacar a cuanto escollo se le cruce en su camino, con una sotana santurrona de la demagogia. En especial, a quienes le dieron sustento económico. 

Desde estas páginas se encargaba de levantar o enterrar la carrera de cualquier persona con intenciones políticas. Además de hacer tapas, por ejemplo, con la instalación de un bingo en una cantera, donde hoy se levanta un hospital regional de excelencia, el mismo lugar en el que era restituido el angiógrafo tan esperado.

Es curioso el acto de desagradecimiento del periodista, que luego de recibir su indemnización laboral, lastima con publicaciones referidas a El Ciudadano. El resto de las personas del medio aceptaron el incentivo cuando la firma pasó a otras manos, siguieron y no eligieron irse, cumpliendo con sus tareas laborales.  

Ahora, esta persona habría recibido alguna motivación, que no aclara, para ir contra el semanario fundado en 1964. Encara una especie de carrera contra El Ciudadano con despecho, como si tuviera otros intereses, otras intenciones. En la NOTA se nota demasiado.

Te puede interesar