Desde el barrio Primero de Mayo, Austin se lanza con un estilo musical sin distinción de clase social

Entretenimiento 23 de junio de 2022 Por Leandro Barni
“Busco cumplir mis sueños y representar a Cañuelas”, dice Fabricio Agustín González. A los 20 años, pasó de trabajar en una estación de servicio a componer canciones de cumbia con presencia digital. En simultáneo, vende ropa y pollo.
austin
El veinteañero, que atiende con su hermano un local de ropas en el centro de la ciudad, sigue produciendo.

“Es un video y un tema que se llama ‘Al 100’, que finalmente llega después de seis meses. Se demoró porque se hizo con alguien que vio otro material y se ofreció hacerme algo nuevo, pero gratis en mi comienzo de la carrera musical. No lo pude apurar y lo aproveché para seguir con mi proyecto. Ya tengo ‘Rompa’, otro tema”, dice Austin respecto al nuevo material de su iniciativa que está disponible en todas las plataformas y será presentado en algún show de la región.

Es una invitación a bailar la cumbia moderna o cachengue. A salir de las más duras restricciones para combatir el Covid-19, se lanzó detalles del clip ‘Al 100’, que fue grabado en lugares de Cañuelas, como en El Castillo y la estación de ferrocarril.

Y en este nuevo trabajo, al joven vecino de 20 años, del barrio Primero de Mayo, se lo ve con un placer corporal, vistiendo la camiseta del Cañuelas FC y con gafas negras. El artista, que también es comerciante de prendas de vestir, comenzó su carrera con la pandemia. El parate impuesto por el Gobierno no fue tan extraño para él, resultó un espacio creativo y los inspiró. Mientras se quedaba en su casa, al menos físicamente, “fui tanteando el género y conociendo los gustos de la gente y hacia dónde va la música, encontrar mi placer, hasta me conozco más”.

Superada la etapa más brava de la pandemia, realizó una construcción sonora. “Necesitaba escuchar, escribir y sentir otras cosas que me dieran placer, que me generaran otra cosa”, argumenta.

Durante la semana se lo encuentra trabajando con su hermano en un negocio de ropas de Belgrano y Rivadavia. “Busco cumplir mis sueños y representar a Cañuelas en el futuro”, dice, al mismo tiempo que reconoce que “hay mucho material, mucha gente, no sé si competencia, pero posicionarte en este género es difícil. Hay buen material y también compañerismo”. Y los fines de semana se encuentra grabando en un estudio de Monte Grande, además de recibir clases de canto y piano.

Este joven autodidacta, que con la ayuda de amigos y un productor desarrolla sus temas y videos en el estilo de la cumbia moderna, y que hasta hace un tiempo fue trabajador de una estación de servicios, pudo abrir -y también ayudar a su madre- un comercio de pollos en su barrio natal.

El sonido y la estética que elige Austin, cuyo nombre real es Fabricio Agustín González (20 años), para dar vida a sus trabajos se sitúan con el estilo de ropa de los adolescentes y jóvenes cómodas, unisex, además de buscar lugares abiertos, con autos o boliches bailables.

Y cuando arrancó en el mundo de la música no tenía views, ni sponsors, ni hitazos. Tampoco lugares donde tocar. Mechando entre su familia, amigos y laburos, Austin se hizo fuerte ante algunos “no” y hasta “bajas” en YouTube. Sin embargo, sus ganas pudieron más, se juntó con amigos, buscó un productor y siguió emprendiendo. “Cuando me lancé hace unos dos años, durante la pandemia, esas negativas sirvieron para motivarme. Subo los temas y vengo remándola con ganas de mostrar y tocar, de compartir”, dice durante la charla con El Ciudadano y mientras espera la confirmación para presentarse con sus canciones en algún boliche de nuestra ciudad.

Le importa que la gente baile y pase un buen momento, como sabiéndose un engranaje de algo más grande.

Ya sea bailando en el conurbano o que se escuche en los countries. Que les guste a los pibes cumbieros y a los ‘chetos’ por igual. Austin llegó para romper los esquemas desde Cañuelas.