Ante el fallecimiento de sus padres y la partida de su hermana a España, Lauro de Jesús Batista (36 años) se quedó solo en Cañuelas. Sin familia directa, más allá de tener muchos amigos y formar parte de un gran círculo social.

Aquello fue determinante para que este cañuelense tomara la decisión, en septiembre del 2019, de radicarse en Gilet, en los alrededores de Valencia, donde justamente residían ya su hermana Carla y sus sobrinas Faustina y Filipa.

Durante muchos años, se dedicó al básquet en Juventud Unida, donde ingresó en el primer año de cadetes hasta llegar a jugar en la Primera División, lo cual realizó hasta 2013.

Pero el fútbol también es otra de las pasiones de Batista, quien no solo jugó en la Liga Cañuelense, para San Lorenzo y El Laurel; también lo hizo en la Copa ‘El Autógrafo de Lobos’ y en los torneos privados que se juegan en Vicente Casares.

Naturalmente, el fútbol tira, por lo que en el Viejo Continente, Lauro se sumó al Atlético Gilet, el equipo del pueblo, con el cual recientemente se coronó campeón y logró, además, el ascenso de categoría.

En esta entrevista exclusiva con El Ciudadano, Batista se refirió no solo a la faceta deportiva, ya que a la vez abordó otras aristas relacionadas a su presente e incluso a los motivos que lo llevaron a dejar el país.

–¿Cuál fue el motivo por el cual te fuiste de la Argentina?

–Necesitaba cambiar de aire y tanto mi hermana como mis dos sobrinas estaban viviendo en España, a quienes he visitado en vacaciones. Me gustó el lugar en el que viven y la idea de estar cerca de ellas, que es la única familia que tengo. En septiembre de 2019 me vine para acá, a radicarme en Gilet, un pueblo de unos tres mil habitantes que está a solo treinta minutos de Valencia.

–¿La elección de radicarte en España fue solo por el hecho de que tu familia estaba allá?

–La presencia de mi familia fue determinante sí, pero también fue importante el idioma y el hecho de que las costumbres y el modo de vida son similares a las nuestras.

–¿Te fuiste con trabajo ya asegurado o llegaste sin nada de nada?

–Me vine sin nada. No obstante, ya tenía ciudadanía portuguesa, por parte de mi papá, lo cual me permitió estar en regla desde el primer minuto. Enseguida conseguí trabajo. Actualmente, soy comerciante de alarmas y estoy muy tranquilo.

–¿Cómo surgió la posibilidad de jugar al fútbol en España?

–A los pocos días de haber llegado conocí a un grupo de chicos que jugaban en el equipo del pueblo, quienes me invitaron a formar parte de un entrenamiento. Desde entonces juego para el Atlético Gilet.

–Recientemente se consagraron campeones y lograron el ascenso.

-Tal cual. Ganamos el Torneo Segunda Regional de la Federación de Fútbol de la Comunidad Valenciana, algo similar al Torneo Federal de Argentina, logrando, además, el ascenso. Este certamen está regionalizado por comunidades autónomas, por lo que cada grupo se forma con los equipos de los pueblos más próximos; el viaje más largo que tenemos es de media hora. Por lo general, cada pueblo tiene un equipo en tanto que las ciudades suelen tener varias instituciones que las representan. Cada zona tiene entre 16 y 18 equipos y se juega todos contra todos en partidos de ida y vuelta. Este torneo lo ganamos de punta a punta, siempre estuvimos a diez puntos de ventaja, aunque en el tramo final se nos acercaron algunos equipos, pero eso no hizo peligrar nuestro dominio. Hace unos diez años que el Gilet no lograba un título. En esta misma liga ha jugado Damián Junco y tengo compañeros que han jugado con él. Este logro nos permitió ascender a la Primera Regional, división de mayor jerarquía con jugadores de mayor nivel y equipos más fuertes. 

–¿Desde tu llegada a España siempre jugaste para el Gilet?

–Siempre hay posibilidades de jugar en otros equipos porque la verdad están todos cerca, pero siempre lo hice en este club y la verdad es que estoy muy cómodo en todo sentido. No he tenido intenciones de irme a otro club.

–¿Cuándo debutan en el nuevo torneo?
–La pretemporada comenzará en agosto para al mes siguiente dar inicio a la competencia. De los próximos rivales aún no sabemos nada porque todo depende de lo que determine el fixture.

–Estamos hablando de fútbol amateur con el cual no se vive. ¿A qué te dedicás en cuanto a lo laboral?

–He tenido varios trabajos, pero siempre he ido mejorando en cada cambio. Ahora vendo alarmas para una firma internacional.

–¿Te adaptaste fácilmente a España?
–La verdad que sí. Estoy contento y cómodo. El pueblo está en medio de la montaña y a diez minutos de la playa, lo cual permite disfrutar mucho en los tiempos libres. Tengo la montaña y el mar al alcance de las manos.

–¿Cómo está conformado tu entorno social?
–Tengo muchos conocidos por el fútbol, que es el entorno con el que más me relaciono por fuera de la familia. Por otro lado, desde hace dos años estoy en pareja con una chica española y tengo dos hijas del corazón. Desde lo social la adaptación fue sencilla.

–¿Extrañás algo?
–¡Los amigos, sin lugar a dudas! Y algún que otro asado hace falta también.

–¿Has regresado en alguna oportunidad a Cañuelas?

–Aún no porque justo, al poco tiempo de haber llegado a España, se desató la pandemia y eso tuvo mucho que ver con la imposibilidad de viajar. Tengo pensado ir en los próximos meses aunque no tengo fecha definida. Necesito estar con mis afectos y arreglar algunas cosas que quedaron pendientes.