Una frase del Presidente de la Nación puso nuevamente en alerta al campo. Alberto Fernández volvió a proponer suba de retenciones el lunes. Y aunque Julián Domínguez lo desmintió, la vocera de la Casa Rosada insistió el jueves con un tema que crispa a los productores rurales.

“Mañana mando un proyecto si la oposición quiere discutirlo”, dijo en el medio de los cambios que ya se estaban gestando en la cartera económica: la renuncia de Roberto Feletti a la Secretaría de Comercio y el arribo de Guillermo Hang, quien formaba parte del directorio del Banco Central y responde al ministro de Economía, Martín Guzmán.

Bajo esta coyuntura, volvieron a reaccionar a los productores y dirigentes del campó, que no sólo ven estos movimientos como nuevos intentos del Gobierno de meterle mano al bolsillo del agro; también, lo interpretan como constantes embates y falta de seriedad a la palabra empeñada.

Fernández, que está dispuesto a mandar el proyecto de ley para una suba, además criticó a quienes se niegan a debatir ese aumento que, según su particular punto de vista, “ayudaría a bajar la inflación”.

Pero no todo quedó ahí. Y en el medio de los cruces que generó este nuevo capítulo de las retenciones y el conflicto con el campo ya existente, un ministro contradijo a Fernández. Fue Julián Domínguez. “De ninguna manera se van a aumentar las retenciones”, sostuvo el titular de Agricultura. Y enfatizó que el Gobierno no tiene en mente incrementar las retenciones y que no hay un proyecto en este sentido. Más aún, Domínguez siempre se mantuvo firme en su postura de no subirlas, ya que las considera perjudiciales para la economía en general. Al menos, lo hizo de la boca para afuera.

En cuanto a las críticas del campo al pedido de Fernández al Congreso, el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, disparó: “Es decepcionante e indignante”. Y recordó que el cobro de las retenciones “no tiene una ley que las avale”. Otros tantos dirigentes del agro también se sumaron al repudio de Pino.

Desde la SRA se presentó un recurso de amparo en la Justicia por este tema, ya que desde el 31 de diciembre vencieron las facultades que tenía el Poder Ejecutivo de modificar el actual esquema. Y no fueron extendidas porque la Cámara de Diputados rechazó –por mayoría– el presupuesto del presente año. Desde la entidad del campo sostienen que el cobro del impuesto “es ilegal”.

Por otra parte, y echando claridad a tanta falta de idea para salir adelante, el economista jefe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), Agustín Tejeda Rodríguez, sostuvo que la eliminación gradual de las retenciones llevaría a un salto productivo y exportador en 10 años, mientras que la profundización daría como resultado un estancamiento productivo.

“Aplicando un modelo en el cual se le dé incentivos al sector agropecuario en los cuales produzca una baja gradual de retenciones hasta su eliminación y se desarticulen las restricciones a la exportación, la producción de granos saltaría al 40% hasta superar 180 millones de toneladas hacia 2030. De ese modo, se podrían exportar 147 millones, mientras que, de continuar con las actuales condiciones, ese aumento sería solo del 16% en torno a las 150 millones de toneladas con despachos posibles por 115 millones”, cerró Tejada.

Gabriela Cerutti, portavoz de Fernández, aseguró: “Es una de las herramientas que tenemos, que se está utilizando en muchos países. Pero si la oposición hace un tractorazo, es una pérdida de tiempo dar esa batalla”.