Las denuncias de los ve­cinos de Alejandro Petión apuntan hacia un mismo lado. El año arrancó con actos delictivos que llaman la atención, ya que en todos aparecen como protagonis­tas jóvenes de nacionalidad chilena. La Policía comen­zó con un plan de rastrillaje para determinar si se trata de una banda de ladrones afincada en la zona o son robos al voleo. 

La alarma se encendió el 9 de febrero. Esa noche, tres ladrones irrumpieron en una casa en Alejandro Petión, mientras los dueños no estaban, y se llevaron tres bicicletas. En la huida, uno de los malvivientes fue atropellado y luego, iden­tificado como Kevin Ma­chado, del país trasandino. 

Otras fuentes dieron aviso de que en algunos campos, desde el comienzo de año, se llevaron a cabo algunos robos de herra­mientas, algo raro en la pasividad de la región que se encuentra entre la Au­topista Buenos Aires-Ca­ñuelas y ruta 205, rodeada de countries y clubes de campo. 

Hace unos días, una mu­jer fue maniatada en su casa, en el country Lomas de Petión y uno de los em­pleados del barrio privado declaró que los asaltantes tenían un acento raro, “pa­recía que eran mendocinos o chilenos”, testificó. Es­tos casos, ubicados a po­cos kilómetros, levantó la guardia de la Policía Local. 

Lo que terminó de lla­mar la atención fue lo que ocurrió el sábado pasado. Los vecinos del barrio pri­vado observaron uno de los alambrados forzados y en la espera descubrieron a los ladrones, quienes entraron a robar a la cantina de la cancha de fútbol. 

Con mercadería y ele­mentos de valor, iniciaron la retirada, pero fueron interceptados por uno de los pobladores a punta de pistola en el medio del monte. 

Uno de los sujetos fue detenido (el otro sigue prófugo) y fue identifi­cado como Felipe Muñoz Pizarra. Sí, chileno. Los residentes del lugar, hartos de los actos de inseguridad, increparon al delincuente y aguardaron por la llegada de los efectivos policiales. 

Otra de las pistas, que servirá para cruzar datos con los distintos órganos de control, es que el hom­bre atrapado no poseía per­miso para estar en el país, por lo que se presume que se trata de una banda que se encuentra de manera ilegal, sin papeles. 

El malhechor estaba ves­tido totalmente de negro, al igual que la persona que atacó la casa de la mujer hace unos días. Podría ser deportado, aunque todavía no se resolvió su situación procesal.