Fútbol de la C: lamentable, Cañuelas y San Martín suspendido por incidentes

Deportes 18 de febrero de 2020 Por El Ciudadano
Luego de tres interrupciones consecutivas de la parcialidad ‘Tambera’ no se llegó a completar el primer tiempo. La Comisión Directiva del Cañuelas Fútbol Club rescindió el contrato del jefe de Seguridad, Maximiliano Szwajko, y en un comunicado oficial repudió la violencia.
Comunicado del CFC

La tarde era perfecta, la temperatura ideal, el cielo se encontraba despejado y el sol estaba extraordinario, pero los violentos coparon la parada y Cañuelas sufrió la suspensión del encuentro a los 43 minutos del primer tiempo ante San Martín de Burzaco por la vigésima tercer fecha del campeonato de la Primera C cuando el resultado era un cerrado 0 a 0.
El partido aún estaba en pañales cuando comenzaron los conflictos de la jornada y se vislumbraban dos horas complicadas. El choque inició y la pelota rodó, pero a los pocos minutos se escucharon los primeros estruendos y las versiones parcializadas. 
Según la policía, fanáticos del CFC intentaron ingresar al estadio sin su correspondiente entrada; sin embargo los hinchas manifestaron que sí tenían los tickets. De una forma u otra, volaban piedrazos de un lado y balas de goma del otro. Se repartían insultos a la policía, a la dirigencia y al unísono. Así el árbitro de la tarde, Ramiro Magallán, pitó la primera pausa en el juego que duró unos largos minutos.
Segundo acto. Nuevamente se reanudó el pleito pero el tranquilo ambiente cañuelense se volvió espeso y violento cuando desde afuera del estadio una lluvia de piedras buscaba a la pequeña comitiva de dirigentes de San Martín. Afortunadamente no pasó a mayores pero, otra vez, se detuvo el balón. El juez fue muy claro con los capitanes de los equipos –Emanuel Trejo y Federico Scurnik– y advirtió sobre la posibilidad de finalizar el encuentro si persistían las agresiones.
Triste, solitario y final. Las acciones de una parte de la parcialidad cañuelense parecían que buscaban la solución final y que el partido no finalice a los 90 minutos. Por ello, el último acto de los violentos fue arrojar una serie de proyectiles al arquero visitante que el azar ubicó frente a la parcialidad local. De milagro ningún piedrazo acertó la humanidad de Scurnik sino las consecuencias hubieran sido mayores. 
Ya estaba todo dicho y advertido por parte de Magallán; hubieron unas nuevas conversaciones con los jugadores, con la policía y la dirigencia, pero el fútbol se volvió a manchar por unos pocos inadaptados. Cuando el juez dictaminó el final anticipado, como resultado de la violencia nuestra de cada domingo, el Arín quedó solitario y el hincha verdadero abandonó triste las instalaciones del club cuando aún restaba un segundo tiempo completo.        
¿Cómo fue el desarrollo del juego? No vale la pena.

Consecuencias post suspensión
Luego de los desmanes en el estadio y tras la suspensión del cotejo en las adyacencias del mismo ocurrieron algunos incidentes de los que se derivaron la detención de tres hinchas de Cañuelas y en los cuales seis efectivos policiales sufrieron lesiones.
Al otro día de la agresiva tarde, el presidente de la institución albirroja, Daniel Roncoli, se mostró apenado por la violencia sufrida en el estadio del CFC y comunicó, en un medio local radial, la solidaridad recibida por parte del presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Ricardo “Chiqui” Tapia. 
Unas horas más tarde, mediante las redes sociales, el club difundió un comunicado en donde expresó: “Ante los hechos de dominio público ocurridos ayer en nuestro estadio, Cañuelas Fútbol Club comunica que los lamenta profundamente, asumiendo las responsabilidades que le confiere el rol de anfitrión del partido ante San Martín de Burzaco…”.      
Mientras que en otro pasaje enfatizó: “...no avalamos ninguna manifestación de violencia, ni de autoridades ni de simpatizantes, y que como es público y notorio jamás las hemos estimulado ni en el ámbito público ni en el deportivo. Que nos sentimos muy avergonzados. Que no deseamos víctimizarnos ni deslindar ninguna cuestión...”.
Tres horas después a la publicación de este comunicado y nuevamente por redes sociales la Comisión Directiva publicó un mensaje oficial en donde difundió el cese del vínculo laboral con el club del jefe de Seguridad Maximiliano Szwajko. La publicación sentenció: “En virtud de los episodios registrados ayer con motivo del partido Cañuelas-San Martín la Comisión Directiva solicitó la renuncia del Jefe de Seguridad contratado para esta temporada, el señor Maximiliano Szwajko, llegándose inmediatamente a un acuerdo”.  


La palabra del presidente del CFC, Daniel Roncoli

–Marcelo Romero: ¿Qué reflexión tenés de lo sucedido?
–Daniel Roncoli: Estoy muy apenado. Me siento muy mal, si hay algo que me hace pensar que la dirigencia es un lugar para no estar son estos hechos, no aportan nada y son muy negativos. Acá uno tiene una responsabilidad y culpa. A veces veo que hay dirigentes que se quieren despegar de estos hechos pero en nuestro caso no es la manera. La violencia de la cancha es un recorte de un montón de violencias que están subyacentes. 

–MR: ¿Por qué despidieron al jefe de Seguridad?
–DR: Hemos fracasado como club organizador y desplazamos al jefe de Seguridad porque no estuvimos de acuerdo con el manejo que se hizo de una supuesta lista de admisión que el club no estaba enterado ni estaba oficializada. Somos muy cuidadosos y si hubiéramos emitido una lista o restricción, lo hubiéramos hecho con una comunicación oficial avalado por la Aprevide.

–MR: ¿Entonces esa lista existió?
–DR: Aparentemente esa lista existió, supuestamente fue una lista de papel hecha con lapicera y nosotros no estamos de acuerdo con eso. Ante esa posibilidad no quisimos ni discutir la situación y decidimos cortar la relación, no para desligarnos sino para hacernos cargo de la situación. Afecta a personas que no han tenido mala voluntad.

–MR: ¿Sabés que posible sanción tendrá el club?
–DR: Nosotros queremos estar a derecho y estamos esperando las sanciones que entendemos que pueden tener dos aristas. Por un lado una sanción de carácter deportivo,  que tiene que ver con la suspensión del partido, y después una sanción en lo que atañe a la seguridad del estadio.   

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