El Gobierno le anunció a la Mesa de Enlace el inicio de las obras de dragado en el Río Salado

El proyecto, con una extensión de 760 kilómetros, busca prevenir inundaciones, mitigar sequías y mejorar el uso de los recursos hídricos. El anuncio se produjo en medio de reclamos por las retenciones y en un contexto de fuerte tensión entre Nación, Provincia y productores rurales.

Interés general30/09/2025El CiudadanoEl Ciudadano
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El Gobierno anunció la reactivación de obras en la Cuenca del Salado, una deuda histórica con los productores rurales.

En un encuentro que prometía estar dominado por las quejas de la Mesa de Enlace respecto de las retenciones y el funcionamiento del nuevo INTA, el Gobierno Nacional llevó  una noticia inesperada: la reactivación de las obras de dragado en la Cuenca del Río Salado. Con una extensión total de 760 kilómetros y atravesando cinco provincias, el megaproyecto había quedado paralizado y simbolizaba la desidia estatal frente a un reclamo histórico del agro.

La primera etapa anunciada abarca 33,4 kilómetros entre el cruce con la Ruta Nacional N°205 y la localidad de Ernestina, en el partido bonaerense de 25 de Mayo. Según el comunicado oficial, el dragado permitirá “prevenir inundaciones, mitigar sequías y mejorar el manejo de los recursos hídricos a través del ensanche y profundización del cauce, reservorios y nuevas secciones de conducción”. La medida apunta a recuperar tierras productivas y aliviar el anegamiento que hoy mantiene bajo agua a vastas zonas de la provincia de Buenos Aires.

El malestar en los territorios afectados es palpable. La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) estima que hay tres millones de hectáreas comprometidas: una parte bajo agua y el resto inaccesible porque los caminos rurales también se encuentran intransitables. Municipios como 9 de Julio, Bragado o Bolívar aparecen entre los más golpeados.

El Plan Maestro Integral de la Cuenca del Salado fue concebido en los años 90 como una política de Estado para enfrentar los ciclos de inundaciones y sequías. Sin embargo, su recorrido quedó atado a los vaivenes políticos: se reactivó y frenó en sucesivas gestiones, utilizado muchas veces como ficha de negociación entre Nación y Provincia. Para los productores, el anuncio de ayer es un alivio, aunque saben que se trata apenas de un primer tramo en una obra que demorará años en completarse.

Desde la Federación Agraria Argentina, su presidenta Andrea Sarnari celebró la novedad: “Nos informaron que la obra hídrica del Salado empieza su ejecución en el día de hoy. Es una buena noticia después de tanta gestión, más en un contexto donde la provincia está inundada y con muchísima lluvia sobre los campos. Sabemos que va a demorar aproximadamente un año, pero marca un avance”.

En la misma línea, Carlos Castagnani, presidente de CRA, afirmó: “Es una buena noticia, una obra esperada desde hace mucho. Necesitamos que se termine este tramo para que empiece a funcionar”.

El Gobierno aseguró que el proyecto contempla movimientos de suelo por más de 19 millones de metros cúbicos, con impacto directo en 59 municipios y 1,45 millones de habitantes. La recuperación de hasta cinco millones de hectáreas cultivables es uno de los beneficios más relevantes para el sector productivo.

Pero el anuncio también desnuda una paradoja. Desde el inicio de su gestión, Javier Milei hizo de la paralización de la obra pública una bandera de austeridad fiscal. Ahora, con este giro, el Ejecutivo reconoce que la intervención estatal es indispensable en situaciones críticas. El gobernador Axel Kicillof no perdió la oportunidad de recordar que la Nación retuvo fondos de emergencia y recortó partidas clave para infraestructura: “Las inundaciones son reales, los daños son reales. Lo que no puede ser real es el abandono”, lanzó en declaraciones radiales.

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