Marcelo Bernasconi es médico y se lanza a la política con La Libertad Avanza: “Quiero devolver algo a Cañuelas con acciones útiles”

A los 68 años, con una extensa trayectoria en la medicina y una vida atravesada por episodios familiares y profesionales que lo marcaron, decidió meterse en la arena pública local. Apuesta a rodearse de vecinos sin experiencia partidaria.

Política28/08/2025Leandro BarniLeandro Barni
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Desde su local de la calle Lara, rodeado de carteles libertarios y colaboradores, Bernasconi contó su historia.

En su local partidario de la calle Lara, entre Basavilbaso y Vélez Sarsfield, se lo ve rodeado de carteles violetas, folletos de La Libertad Avanza y un grupo de colaboradores que, como él, no vienen de la política tradicional. “La idea es juntarse con gente que conoce de sus necesidades, de sus barrios, de sus déficits, pero que no pertenece a lo que el Presidente llama la casta”, dice Marcelo Bernasconi, el médico que se lanza a la arena política.

—¿Por qué a sus 68 años, con una profesión consolidada y sin experiencia política, quiere meterse en esta actividad legislativa local?

—Hace casi cuatro décadas que vivo en Cañuelas. He visto un deterioro evidente: barrios nuevos entregados sin agua ni cloacas, terrenos vendidos sin planificación, pozos por todos lados, establecimientos educativos insuficientes. Instalan cámaras de seguridad, pero nadie informa las normas para los conductores. El tránsito es un caos. Entonces siento que es tiempo de devolver algo a la comunidad.

La conversación se desplaza a lo personal. Bernasconi cuenta que desde hace unos años dejó su casa en Libertad y Vélez Sarsfield para instalarse en el barrio Los Aromos, donde levantó su hogar en un terreno propio. “Cada vez que paso por Santa Rosa o Máximo Paz me impacta ver cómo la gente busca una canilla, con calles anegadas y el arroyo convertido en un basural. Faltan obras hidráulicas sencillas, levantar la altura de ese arroyo. Es increíble que todavía no se haya hecho”.

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Marcelo Bernasconi, en su local de campaña de la calle Lara, junto a colaboradores de La Libertad Avanza.

Su historia profesional es extensa. Médico clínico y laboral formado en la UNLP, creó un servicio de emergencias y consultorios privados en la ciudad. Esposo, padre de cinco hijos —ninguno de los cuales eligió seguir la carrera de la medicina— y abuelo de dos nietos, atravesó en 2009 un accidente automovilístico que casi le cuesta la vida a su mujer. “Fue en una curva con escarcha, a más de 100 kilómetros. Frené, el auto se fue como una bala, dimos vueltas y ella se fracturó en siete partes. Yo salí ileso, pero debí dedicarme de lleno a su recuperación”, recuerda.

Ese hecho coincidió con su paso como director del Hospital 'Ángel Marzetti', adonde había llegado convocado por Marisa Fassi y su esposo, el exintendente y actual funcionario nacional Gustavo Arrieta. “El primer año fue durísimo, porque había resistencias internas. Después entendieron que queríamos mejorar. Se logró una nueva sala de maternidad, se reestructuraron las guardias. Pero cuando el hospital empezó a escaparse como bastión político, vinieron las desavenencias. Me fui en buenos términos, pero convencido de que el rumbo era otro”.


—¿Hay que provincializar el hospital o agrandarlo?


—El Marzetti es de todos los vecinos. Hoy está abandonado. Se fomenta al Hospital Cuenca Alta y se deja caer al hospital local, que tiene quirófanos rotos, infraestructura destruida, falta de equipamiento. Eso obliga a derivar al Cuenca casos simples, como apendicitis o cesáreas. Hay que reestructurarlo, armar un proyecto, recuperar cirugías de mediana complejidad y estudios de diagnóstico. Si no, seguiremos sobrecargando un hospital de alta complejidad con cosas triviales.


—En el orden nacional hay denuncias de supuesta corrupción en el Gobierno, ¿cree que eso afectará a la hora de votar?

—No estoy en los detalles de ese tema. Lo sé por los medios. La justicia debe definir y, si hay errores, a pagarlos. No creo que involucre al Presidente; si hay algo será debajo de su gente. Pero tengo dudas porque justo coincide en la previa de elecciones, con una Unión por la Patria complicada, y entonces surgen estas cosas —responde Bernasconi, sin alzar demasiado la voz.

Otra preocupación que lo moviliza es la cuestión ambiental. “Veo basura sin discriminación en las calles, en los contenedores, en la Ruta 6. La planta de reciclado EcoPunto está devastada, sin herramientas ni tecnología. Eso refleja desidia y falta de planificación. El medio ambiente debería ser parte de las prioridades”, remarca.

Pero su mirada no se limita a la salud y el ambiente. En el terreno de la seguridad, Bernasconi apunta contra la falta de planificación. “El Conurbano nos acorrala. Se hacen operativos en pleno centro, mientras los delincuentes entran y salen como si nada por la Autopista o por la Finaco. Es un sistema montado para mostrarse, no para prevenir”, sostiene.

A lo largo de la charla, surgen recuerdos de su vida privada. Hincha de Gimnasia y Esgrima La Plata, tiene plateas, las cuales frecuenta desde los 4 años, cuando iba con su padre y su tío. “Tengo memorias hermosas, como almorzar con el ‘Loco’ Gatti cuando jugaba en el Lobo. O ir con mi hermana en la heladería artesanal de la familia, con las frutas que venían en envases de aluminio”, relata.

Su discurso mezcla nostalgia, convicciones médicas y un fuerte rechazo a las prácticas políticas tradicionales. “No soy un político y no quiero serlo. Lo mío es trabajar, escuchar y devolver algo de lo que recibí”, dice al despedirse, antes de volver a conversar con los colaboradores que lo acompañan en esta nueva aventura.

En un escenario local donde La Libertad Avanza busca consolidarse, la figura de Bernasconi aparece como la de un médico de trayectoria que, más allá de las dudas y contradicciones, decidió cruzar la línea que separa la vida privada del compromiso público.

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