El viejo cementerio de Uribelarrea fue alambrado y tenía un valor turístico

Inaugurado en 1926, y considerado un monumento local, sufrió reiteradas profanaciones. A partir de un proyecto del Concejo Deliberante, se buscaba proteger el patrimonio histórico para evitar el olvido y darle un marco de seguridad al campo santo de la localidad turística.

Turismo21/06/2025 Leandro Barni
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La bóveda de las familias Espina y Suárez. Sus restos debían recibir santa sepultura tras su vandalización.

El cementerio de Uribelarrea, inaugurado en 1926, es un reflejo del paso del tiempo y de la inacción que ha marcado su historia. Durante décadas, el lugar fue descuidado debido a problemas administrativos entre jurisdicciones, lo que llevó a un deterioro progresivo. Hoy, el camposanto se encuentra en estado de abandono, con solo algunos vestigios de su antiguo esplendor: el portal de acceso y la bóveda de la familia Espina-Suárez, que se destacan en medio de una llanura pampeana, rodeados por eucaliptos centenarios y montes lejanos. Sin embargo, el paso del tiempo no ha borrado por completo el recuerdo de su importancia histórica.

En 1998, el municipio de Cañuelas, bajo la Ordenanza Municipal N°1351/98, declaró monumento histórico tanto al cementerio como a la bóveda Espina-Suárez. A pesar de este reconocimiento, el lugar continuó siendo víctima de la indiferencia y el abandono, y los turistas que se acercaban para ver sus ruinas solo encontraban un predio deteriorado y un pastizal que cubría las tumbas.

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El cerco que busca proteger el antiguo campo santo  cercano a la localidad turística de Cañuelas.

La situación empeoró cuando ese mismo año se registraron reiteradas profanaciones. Actos vandálicos, como la rotura de las puertas de la bóveda y el desparramo de restos humanos por todo el predio, llevaron a las autoridades a actuar. En una sesión del Concejo Deliberante de Cañuelas, se presentó un proyecto que fue aprobado por unanimidad: cercar con alambre el viejo cementerio. También se autorizó a la Municipalidad a darles sepultura cristiana a los cuerpos de los Espina y Suárez, que hasta ese momento yacían en la bóveda, transformando el lugar en un monumento histórico.

El  reciente cercado con alambre se consideraría una medida de protección urgente para evitar nuevas profanaciones y para preservar el valor histórico del cementerio. A pesar de la decisión tomada, las condiciones del lugar siguen siendo una preocupación. Como destacó el historiador aficionado y recopilador de historias de la región, Pablo Garavaglia, en una publicación en su perfil de Facebook, la falta de gestión y el paso de los años han puesto en peligro la conservación del lugar. “Tal vez, una buena gestión hubiera salvado a este lugar para el uso turístico, beneficiando tanto a Lobos como a Cañuelas”, afirmó, sugiriendo que el viejo cementerio tiene un potencial turístico que aún no ha sido aprovechado.

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