Liberaron a un afilador ambulante que le hizo "el cuento del tío" a una anciana

Había sido detenido por estafar a una mujer con el "cuento del tío". En las redes sociales se había advertido de que esta persona ofrecía sus "servicios" y luego exigía un pago superior al acordado de manera violenta.

Policiales30/12/2024 Leandro Barni
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El afilador de cuchillos es oriundo de Merlo, tiene 35 años, y ahora está imputado por la UFI 1 de Cañuelas por el intento de estafa a una anciana.

Un afilador ambulante, conocido en la zona por haber estado involucrado en múltiples altercados, recuperó la libertad luego de ser detenido por  estafar a una anciana utilizando el conocido "cuento del tío".

La víctima, Rosa Arcongeletti, de 80 años, que vive en una casa de la calle Independencia al 900, denunció que tras entregarle cuchillos para afilar, el hombre le exigió un pago muy superior al acordado. La policía detuvo a Eduardo Vera, de 35 años, con domicilio en Merlo, encontrando en su posesión una cantidad de dinero en efectivo, entre ellos 20 dólares americanos. Y luego se constata\ó que tenía antecedentes de engaños similares.

Resulta que el hombre le habría exigido un pago mucho mayor al previamente acordado por el servicio de afilado. Finalmente fue localizado en la colectora de la Ruta 205 y la calle Echeverría.

La UFI 1 de Cañuelas le abrió una causa por ‘hurto’ y, tras notificarlo de la imputación en su contra, procedió a su liberación.

Este sujeto ya habría sido denunciado en varias ocasiones por engañar a sus víctimas con precios desmesurados.

El oficio de los afiladores de cuchillos, con su bicicleta y su característico silbido utilizando una armónica, no siempre es lo que parece. En las últimas semanas, varios vecinos han reportado una serie de conflictos con un hombre que recorre los barrios ofreciendo sus servicios.

El patrón común en los relatos es que este afilador, aprovechándose de la confianza, puede asegurar cobrar una determinada cifra por cada afilado. Ante un atractivo precio, muchas personas se apresuran a buscar cuchillos en la cocina para aprovechar la oferta. Sin embargo, una vez completado el servicio, las clientas descubren que habían "entendido mal" el precio, y que en realidad, el costo es varias veces superior por cada cuchillo.

La situación culmina en tensas discusiones, a menudo acompañadas de actitudes agresivas por parte del afilador, quien comienza a gritar exigiendo el pago de una cifra mucho más alta de la acordada.

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