Mayol, otra vez, fue elegido como el mejor manjar para el paladar de la gente

El público no falla y así lo reafirmó Paulina Mayol, integrante de la cuarta generación de productores de la mítica empresa familiar de lácteos de Gobernador Udaondo. El Ciudadano degustó la versión con chocolate que realizó exclusivamente para la Fiesta del Dulce de Leche.

Interés general23/11/2024El CiudadanoEl Ciudadano
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A pura sonrisa. Paulina Mayol es la cuarta generación de productores y el futuro de la empresa. La acompañan su hijo Santiago y Silvana Gratti.

Las miradas de la Fiesta del Dulce de Leche otra vez estuvieron puestas en Mayol, la empresa que volvió a imponerse con su producto estrella en la elección popular. Y se da con una apostilla histórica: Paulina Mayol, integrante de la cuarta generación en la familia emprendedora, es la primera mujer que figura como cabeza en la industria de Udaondo.

Por algo, la firma se ganó un lugar al frente  en la nave que año tras año es visitada por miles de personas ávidas de cucharear el manjar que representa a todos los cañuelenses.

“Es una gran satisfacción volver a ser elegidos por los visitantes. El jurado técnico es importante, pero el paladar de la gente no falla y es lo que más vale. Nunca cambiamos nada, la fórmula fue siempre la misma desde que arrancó la Expo”, confirmó la titular de la empresa que ya es una marca registrada de la fiesta.

Paulina dio la palabra luego de recibir el premio en el escenario mayor y visitó la carpa de El Ciudadano. Y por supuesto, llegó con dos tarros, uno clásico y el otro de chocolate. No tardamos mucho en sacar la tapa y comprobar lo que sostiene la gente: el dulce de leche de Mayol es exquisito.

El dulce cañuelense producido desde 1936 fue el elegido por más de mil personas que durante el viernes y sábado pasaron por la carpa donde degustaron los distintos productos que estaban dispuestos con un código numérico en envases sin etiqueta. Sí, fue a ciegas.

Y en la charla con este medio, la titular de la empresa no anduvo con misterios: “El secreto de Mayol es que no tiene ningún saborizante ni aromatizante, la gente realmente le siente el gusto al dulce de leche. Y seguimos con el pote de cartón, ya que el consumidor  lo asocia con nuestro producto. Tenemos algunos en frascos, ya que muchas personas lo compran para llevar al exterior”.

En base a eso, Paulina comentó: “El cartón es un material permeable, por eso damos tres meses de vencimiento. De todas maneras, se puede endulzar, ya que el azúcar funciona como conservante”.

Y también se refirió a una variante que da qué hablar todos los años: “La versión de chocolate la hacemos solamente para la Expo, es uno de los más buscados y la gente se lo lleva como souvenir. Acá, en el final del proceso le agregamos cacao amargo, por eso no es invasivo y se da una combinación increíble”. Y entregó un tip importantísimo, para tener en cuenta: “Con este tipo de dulce, le agrego un poco de manteca y maicena y lo guardo en el freezer en forma de bolita, como hacen en Brasil. Es altamente recomendable”.

“Amo mi trabajo. En la empresa, tratamos de perfeccionarnos día a día. Trato de probar todas las partidas que salen de la fábrica”, confió.

Cabe resaltar que la fábrica se encuentra en  localidad bonaerense de Udaondo, en el medio del campo, y fue impulsada por Ernesto Mayol, su bisabuelo, que llegó de Paraguay casi sin estudios, fundó un pequeño tambo en esa zona, conocida como la Cuenca del Abasto.

Respecto al presente, expresó: “Ahora estamos en temporada baja, ya que el principal consumo de dulce de leche es en invierno, pero seguimos en contacto con más clientes y en especial con los alfajoreros artesanales”.

En ese sentido, remarcó: “El auge de la producción de alfajores nos viene muy bien, ya que estamos en contacto con más emprendedores y cadenas en esta última etapa”.

 “El crecimiento de la producción de alfajores nos vino muy bien, es por eso que últimamente estamos trabajando con varias firmas”, redondeó Paulina.

Pese a los vaivenes de la economía, los valores se mantuvieron estables.  El pote de un kilo se vende a $5.000 y el de medio a $3.000. En tanto, el 1/2 que posee chocolate cuesta $3.500. 

La fábrica familiar producía crema para varias exportadoras. En los tiempos de la Segunda Guerra Mundial, el emprendimiento fue el principal proveedor de La Finaco, que preparaba leche y huevo en polvo.

Luego, llegó la elaboración de quesos para grandes compradores de la provincia y recién en la década del ‘80, la familia incursionó en el dulce de leche.

Con el correr de las décadas, Mayol fue vista como una marca de excelencia en la región y recibió ofertas para integrar sus productos al exterior.

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