“No poder retirarme a nivel profesional en el club que siempre soñé es una cuenta pendiente”

Deportes 26 de mayo de 2020 Por El Ciudadano
VILLALBA 1993 PRIMER AÑO EN INFANTILES
1993: primer año de Villalba en el fútbol infantil del CFC.

Aquel tímido pibito que se convirtió en el goleador del elenco dirigido técnicamente por ‘El Tato’ Medina y que hoy sigue en actividad en la Liga Lobense defendiendo la casaca de Uribelarrea, se ha dado el gusto de jugar en prácticamente todas las categorías del fútbol argentino, a no ser por la D, además de hacerlo en el exterior y de haber disputado incluso la Copa Libertadores.
Ismael ‘Comita’ Villalba surgió de los Torneos Barriales donde jugaba para ATILRA pasando luego al fútbol infantil del Cañuelas Fútbol Club para, con apenas dieciséis años, sumarse al plantel superior y convertirse en el goleador de aquel recordado elenco que se quedó con una de las ruedas del torneo de Primera C de entonces.
Una fenomenal promoción, justificada en una parva de goles convertidos, hizo que un grupo empresario comprara el pase del juvenil futbolista quien fue llevado, en 2001, a probar suerte al Viejo Continente intentando sumarse al Perugia de Italia y al Sporting de Lisboa aunque, en ambos casos, sin quedar efectivo ante la falta del pasaporte comunitario.
Al regresar al país Villalba se sumó a Estudiantes de La Plata integrando el plantel superior aunque jugando siempre en Reserva para, luego de un año y medio, pasar a Huracán de Parque Patricios debutando en Primera División ante Gimnasia y Esgrima de La Plata.
Tras su paso por ‘El Globito’ Villalba estuvo a punto de sumarse a Tigre, equipo con el que incluso realizó la pretemporada, arribando finalmente a Gimnasia y Tiro de Salta en el Argentino A.
Posteriormente el cañuelense se sumó a Temperley pasando luego a Tristán Suárez, donde permaneció por seis años, emigrando luego a Deportivo Cuenca de Ecuador llegando a enfrentar a Boca Juniors por la Copa Libertadores.
Concluida la etapa Deportiva Cuenca, Villalba permaneció en el fútbol mayor de Ecuador jugando para Macará retornando después a Tristán Suárez para pasar luego a Deportivo Español, de allí a Huracán de San Rafael (Mendoza), seguidamente a Gimnasia y Esgrima de Concepción del Uruguay (Entre Ríos) y Almagro produciéndose luego el regreso al CFC desde donde emigró (no por decisión propia) a Cambaceres hasta llegar a su actual Uribelarrea.
En esta entrevista, que cabe recordar responde a un mismo itinerario para todas las figuras del deporte local que semana a semana aparecen en estas páginas, el futbolista hizo un interesante resumen de su carrera poniendo en la balanza aspectos positivos y sinsabores vividos en casi dos décadas de fútbol.

–¿Qué le dio el deporte?
–En mi caso el fútbol me hizo cumplir el sueño que tuve desde que tengo uso de razón. Allá, por los 10 años,  siempre dije que quería ser jugador de fútbol y pude vivir de eso durante dieciocho años gracias a Dios.

–¿Qué le sacó o perdió por el deporte?
–Todo lo que perdí por el fútbol fue porque yo decidí ir detrás de mis sueños, por ser profesional, por lo que he quemado etapas de mi vida. Por ejemplo perder un viaje de egresados pago que, a solo tres meses de viajar, tuve que cancelarlo por el fútbol; cumpleaños lejos de la familia y amigos o no estar presente en el nacimiento de mi hijo porque estaba entrenando en el CFC (algo que no me lo perdono al día de hoy), entre otras tantas.

–¿Qué ganó por el deporte?
–Gracias al fútbol he ganado varias cosas: el respeto por el otro, el saber trabajar en equipo siendo siempre auténtico y transparente, amistades, la posibilidad de conocer lugares que jamás imaginé y, como dije anteriormente, la posibilidad de vivir por dieciocho años del deporte más lindo del mundo y del que siempre soñé poder vivir.

–Si pudiera volver el tiempo atrás, ¿tomaría alguna decisión diferente a las tomadas respecto a su carrera deportiva?
–Creo que sí. A los 17 años un grupo de representantes compró mi pase y me llevaron a Europa, el sueño de cualquiera, y fue por ello que tuve que vender mi viaje de egresados. Si bien la experiencia fue única, las condiciones no estaban dadas ya que yo no era “comunitario” y en ese entonces era muy difícil quedarte en un club más allá de si tenías condiciones o no, las pruebas futbolísticas fueron todas aprobadas, pero cuando supieron de mis irregularidades a nivel papeles la respuesta fue contundente tanto en Perugia (Italia) como en Sporting de Lisboa (Portugal). Por todo ello es que si pudiera hoy cambiaría las condiciones en las que viajé habiendo tenido más conocimiento del caso y no dejándome manejar en su totalidad por un grupo de representantes que fueron dueños de mi pase por tres años.

–¿Está conforme con su carrera deportiva?
–Más que conforme y muy feliz.

–¿Alguna cuenta pendiente?
–Solo me faltó jugar en la D para haber podido hacerlo en todas las categorías del fútbol argentino dado que lo hice en Primera, en la B Nacional, en Primera B, en la C, en el Argentino A y en el Argentino B. No poder retirarme a nivel profesional en el club que siempre soñé es una cuenta pendiente también, pero el fútbol también tiene estas cosas.

–¿Lo han defraudado en el ambiente deportivo?
–Claro que sí, es un ambiente muy complejo el cual tenés que saber transitar sino durás muy poco. Pero se aprende y se sigue, ese es el secreto.

–¿Lo han sorprendido para bien?
–Sí, obviamente. En tantos años de fútbol uno conoce mucha gente no sólo en los clubes sino ligadas a ellos como hinchas, médicos, psicólogos, masajistas o kinesiólogos. Me ha tocado conocer a muchísima gente y de las cuales tengo muy gratos recuerdos y con otras grandes amistades.

–Siempre dentro del deporte, ¿éste le permitió conocer una faceta diferente o impensada en gente conocida?
–De chico jugaba en ATILRA y nuestro gran rival siempre fue el Club Sarmiento, cada partido era con bronca dado que era el clásico de los Torneo Barriales. Nos enfrentábamos a grandes jugadores con quienes en años siguientes fuimos todos compañeros compartiendo camiseta en el CFC y hoy en día varios de ellos integran mi grupo de amigos. En aquellos años de ATILRA pensaba que ellos toda la vida iban a ser mis grandes rivales.

–De no haber sido futbolista, ¿qué cree que hubiera sido de su vida?
–No tengo respuesta a esta pregunta. Desde que tengo uso de razón siempre mi meta estuvo ligada a este hermoso deporte.

–¿Qué lugar ocupa en su vida actualmente el fútbol?
–Un lugar más que importante, lo mucho o poco que tengo en mi vida me lo dio el fútbol del cual hoy en día puedo seguir disfrutando.

–¿El mayor logro deportivo? No necesariamente por el peso propio del logro en sí, sino por lo que representó para usted.
–Sin dudas el haber podido jugar la Copa Libertadores de América fue importante como así también haber convertido el gol que nos dio la clasificación a la fase de grupos que integraba por ejemplo Boca Juniors, también clasificar a octavos de esa misma copa. Otro momento que destaco es haber salido campeón con el CFC.

–¿El mayor fracaso deportivo? Si es que considera haberlo tenido.
–No considero haber tenido uno. Momentos difíciles sí y muchos, pero ninguno llegó a ser un fracaso en sí.

–¿Qué consejo le daría a quien está por dar los primeros pasos en su mismo deporte?
–En primer lugar que termine los estudios, eso no se negocia. En segundo lugar que fije bien sus metas a corto y largo plazo, pero que nada lo desvíe de ellas dado que en el camino va a tener mil obstáculos y golpes y todo es cuestión de aprender de ello, levantarse y seguir.

–¿Qué consejo le daría a quien busca convertirse en un profesional del deporte que practica/ó?
–La conducta lo es todo. Debe ser profesional al cien por ciento más allá de la categoría en la que juegue. También es importante el apoyo de la familia o de algún ser querido por lo que, si lo tienen, que se aferren a eso desde donde les toque acompañar pero que, cuando miren a los costados, van a notar que ellos van a ser su sostén y nadie más que ellos.


Lic. Matías Folgueira
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