“El deporte te hace responsable y te encamina en la vida”

Deportes 11 de mayo de 2020 Por El Ciudadano
salmon 17 años
Mariano Salmón, con apenas 17 años, posa junto a los primeros trofeos ganados en el mundo de las ruedas finas.

Mariano Salmón es otro de los exitosos deportistas que ha representado y representa incluso hoy día a Cañuelas, viviendo momentos inolvidables en diferentes momentos de su extensa carrera.
Al igual que ‘Chupete’ Contreras, ‘Lolo’ Castagnola, Nicolás Dianda y Germán Cassani, Mariano Salmón accedió a formar parte de esta serie de entrevistas realizadas por El Ciudadano en esta peculiar etapa de cuarentena.
Cabe recordar que en esta sección todos los entrevistados reciben el mismo cuestionario base, encontrándose lo más jugoso de este ciclo de entrevistas en los diferentes puntos de vista que uno encuentra ante los mismos requerimientos periodísticos.

–¿Qué le dio el deporte?
–Muchísimas cosas: triunfos, derrotas, alegrías, amarguras, amistades, visitar nuevos lugares, viajar, compartir, relacionarme con gente del deporte, con periodistas y autoridades, convivencia con compañeros de equipo y muchas cosas más.

–¿Qué le sacó el deporte?
–Quizás lo más importante fue el título de Profesor de Educación Física. En un momento de mi carrera deportiva tuve que elegir entre mis estudios o el deporte y lo que hice fue interrumpir el profesorado. En realidad en su momento lo postergué para más adelante y nunca más retomé. También me sacó tiempo porque el tiempo que se dedica al deporte es tiempo que se le resta a la familia y es por ello que el apoyo familiar resulta fundamental.

–¿Qué perdió por el deporte?
–Creo que nada. Cuando uno practica una actividad que le llena el alma todo es positivo y siempre se gana. El deporte te hace responsable y te encamina en la vida. Hace que tengas muy presentes los valores.

–¿Qué ganó por el deporte?
–Ser una persona popular, tener una buena imagen para tus seguidores, obtener premios y reconocimientos por el sacrificio y la voluntad que uno le pone a lo que practica.

–Si pudiera volver el tiempo atrás, ¿tomaría alguna decisión diferente a las tomadas respecto a su carrera deportiva?
–Seguro. En mi plenitud deportiva me faltó muy poco para probar suerte en España, donde el ciclismo es profesional. Por circunstancias de la vida eso quedó pendiente.

–¿Está conforme con su carrera deportiva?
–Sí. Logré muchos títulos, premios, reconocimientos e infinidad de triunfos. Más que eso no puedo pedir.

–¿Alguna cuenta pendiente?
–Naturalmente. La principal es no poder haber integrado el pelotón del ciclismo europeo habiendo tenido la oportunidad de hacerlo. Me quedé con la duda de hasta dónde podría haber llegado, en ese entonces tenía 24 años cuando interrumpí mi carrera deportiva habiendo logrado muchas cosas en poco tiempo. Cuál hubiese sido mi techo en esa etapa de plenitud es la pregunta clave.

–¿Lo han defraudado en el ambiente deportivo?
–Sí, cuando me descalificaron injustamente en la Doble Bragado de 1992. Fue por cambiar de bici con un compañero tras haber pinchado con la mía. Cambiamos la bici, perseguí el pelotón hasta alcanzarlo y gané y en eso no hubo ninguna ventaja deportiva, sino más bien todo lo contrario; pero me descalificaron. Creo que eso marcó un antes y un después en mi carrera deportiva.

–¿Lo han sorprendido para bien?
–Sí. He tenido rivales con los que arriba de la bici hemos tenido una lucha constante dejando casi la vida, pero abajo de la bici hay una gran amistad. Puro contraste, pero son códigos que existen no sólo en el ciclismo sino en el deporte en general.

–Siempre dentro del deporte, ¿éste le permitió conocer una faceta diferente o impensada en gente conocida?
–Lo que te comentaba de rivales en bici y amigos debajo de ella. Me pasó por ejemplo con el roqueperense Eduardo Leguizamón, con quien en competencia fuimos rivales a muerte y luego me ha prestado una bicicleta muy cara para ir a Río Pinto por ejemplo, o me ha prestado material competitivo muy caro para mí e incluso para mi hijo Octavio.

–De no haber sido deportista, ¿qué cree que hubiera sido de su vida?
–Profesor de Educación Física, seguramente.

–¿Qué lugar ocupa en su vida actualmente el ciclismo?
–Es importantísimo. Todavía estoy en actividad, sigo compitiendo y he tenido caídas u otras situaciones que me alejaron por un determinado tiempo y cuando eso ha pasado he sentido que me faltaba algo. No podría vivir sin el ciclismo.

–¿El mayor logro deportivo? No necesariamente por el peso propio del logro en sí, sino por lo que representó para usted.
–A nivel local haber ganado el primer Premio Tarquino que se entregó en Cañuelas. Gané el de Plata en ciclismo y luego el principal. A nivel nacional debo mencionar el Premio Jorge Newbery, en 2006-2007, tras haber sido Campeón Argentino y Panamericano.

–¿El mayor fracaso deportivo? (si es que considera haberlo tenido). 
–No considero que haya sido un “fracaso” en sí, pero lo de la Doble Bragado me marcó. Al año siguiente fui por la revancha pero en ese caso la perdí yo porque faltando treinta kilómetros, siendo el líder, me quedé sin piernas y terminé en el segundo puesto.

–¿Qué consejo le daría a quien está por dar los primeros pasos en su mismo deporte?
–Tiene que comenzar muy despacio para saber si el deporte y la disciplina que eligió es aquella que lo apasiona. Una vez seguro de ello, que lo practique disfrutando lo que haga, sin presiones y sin buscar resultados; los resultados llegan más adelante.

–¿Qué consejo le daría a quien busca convertirse en un profesional del deporte que practica?
–El ciclismo es un deporte individual y por ello muy sacrificado, requiere ser muy organizado como así también de mucha voluntad y entrega. Debe ponerse objetivos de menor a mayor escala. Hoy en día el deporte es muy competitivo por lo que nada debe dejarse librado al azar. Hay que tener un buen plan de entrenamiento, la nutrición también juega un papel fundamental al igual que el descanso por lo que un médico deportólogo es importantísimo. Hay que ser muy organizado en cuanto a los objetivos que se propone para ver qué tipo de entrenamiento se requiere. Los objetivos tienen que ser a corto y largo plazo y eso alimenta tus ganas de seguir avanzando.


Lic. Matías Folgueira
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