El joven fue arrollado por un auto en la Autopista Ezeiza-Cañuelas, a la altura de Vicente Casares. Hasta ahí, la crónica de un accidente fatal. Detrás de su muerte está la historia de un robo que terminó de la peor manera.

Kevin González Machado, 24 años, de nacionalidad chilena, falleció en el hospital de Monte Grande. Presentaba fractura de cráneo y un brazo amputado. Pero se desconocía quién era y lo que había ocurrido. Hasta que fue identificado por la Policía, que lo buscaba por una serie de hechos delictivos en Alejandro Petión.

El ladrón, junto a dos cómplices, había entrado a un hogar de Junín y Vissir  durante las primeras noches de febrero. Saquearon lo que encontraron a mano en el escruche -una modalidad habitual en las casas vacías- y se llevaron, entre otras cosas, las bicicletas de los propietarios de la vivienda asaltada.

Un rato más tarde, la Policía recibió el alerta en el 911:  una bici había sido arrollada por un Toyota Corolla en la Autopista. Al mando del vehículo iba una mujer que terminó sufriendo un shock y traslada al hospital Marzetti. Iba con dos menores. A unos metros del auto, había tres bicicletas, sangre y una mochila con una barreta.

Las fuentes señalaron a  El Ciudadano que el malogrado delincuente y sus dos cómplices fueron auxiliados por una persona que viajaba en una camioneta. A González Machado lo dejaron herido en la Guardia sin brindar datos de lo sucedido. Pero recién pudieron atar los cabos cuando cruzaron datos con los agentes de las distintas localidades.

Entonces, descubrieron que los ladrones habían quedado registrados por el sistema de seguridad de la vivienda. La hermana de González Machado se enteró del accidente por mensaje de texto.

El chileno salió a robar y terminó muerto. Curiosa parábola del destino.